Advierten del riesgo de incendios por instalaciones eléctricas viejas
Es porque los propietarios tienden a reemplazar los artefactos a gas por electrodomésticos cada vez más potentes. Los cables de las construcciones antiguas no tienen la resistencia suficiente para soportarlos.
Después de que el secretario general del sindicato de trabajadores de edificios (Suteryh), Juan Domingo Rodríguez, revelara que en Mar del Plata 52 edificios tienen suspendido el servicio de gas total o parcialmente, su par de Luz y Fuerza General Pueyrredon, Eduardo Coppola, advirtió que reemplazar los artefactos a gas por los eléctricos puede generar riesgos de incendio.
Es que, según alertó, los edificios antiguos de Mar del Plata tienen instalaciones eléctricas que no están preparadas para soportar la potencia de los nuevos aparatos. "En algunos casos el cableado es de tela y goma. Tienen mucho menos resistencia a la temperatura que los materiales que vienen ahora", dijo Coppola a LA CAPITAL.
Las diferencias son notorias: mientras los cables de tela y goma pueden soportar una temperatura de 80 grados, los de PVC (policloruro de vinilo) u otros materiales más modernos tienen capacidad para resistir entre 105 y 110 grados, diferenció el gremialista.
También hay una distancia amplia entre los 80 o 100 kilovatios que podían consumir los edificios que se construían "hace 30 o 40 años" con los "eléctricamente intensivos", que tienen una potencia instalada de 350 kilovatios. "Es decir, tres veces y media mayor", apuntó Coppola.
"La gente que se ve privada del uso natural del gas para calefacción, para cocinar o para el aseo personal lo está queriendo reemplazar de alguna manera, y nosotros, si bien no tenemos autoridad para decirle que no lo puede hacer, sí podemos advertir las posibles consecuencias", explicó.
En general, las instalaciones eléctricas tienen protecciones. "Es el elemento que salta antes de que se pueda generar un incendio, por lo que el propietario se queda sin energía", señaló Coppola. Pero alertó que la empresa de distribución de la energía eléctrica, EDEA, "tiene esas protecciones hasta el medidor", y que de allí al interior del departamento "cada propietario tiene su protección" de acuerdo con las sugerencias del profesional que realizó la instalación.
"Cuando se sobrecarga la línea, tenés una mayor temperatura. Y ahí está el peligro de que esas protecciones no actúen y se pueda generar un incendio", aseguró. Por eso recomendó que en edificios con instalaciones viejas el uso de artefactos modernos "sea racional" y esté avalado por el responsable técnico.
A menudo sucede con los termotanques eléctricos. Hay casos en que el propietario ya compró el aparato, lo colocó y lo está por empezar a usar cuando el técnico del edificio hace notar que, si no se reemplaza el cableado viejo, será imposible utilizarlo. "Esto es muy común. El comerciante tiene que ser responsable y decirle al cliente qué instalación necesita para usar el aparato. Lo mismo que el técnico del edificio", mencionó el secretario de Luz y Fuerza.
El que había puesto en evidencia los problemas que se podían generar fue el titular de Suteryh. "Hoy nos encontramos con 52 edificios con el gas suspendido. En estos momentos en que llega la época invernal, creo que se va a acrecentar el problema. Los propietarios empiezan a comprar artefactos eléctricos para calefaccionarse", dijo Rodríguez.
"No nos olvidemos que antiguamente en una casa había a lo mejor un televisor, una plancha, alguna radio y nada más. Hoy en día hay pavas eléctricas, cafeteras, microondas, dos o tres celulares, a lo mejor dos televisores y computadoras. Todo enchufado a una red eléctrica de un departamento. Y en esos edificios que en la ciudad de Mar del Plata tienen 80 o 90 años", apuntó.
A su entender, es "otro riesgo que están corriendo los consorcistas y lo van a tener que ir viendo, a pesar de que quieren calefaccionarse". Mencionó que "la gente joven puede paliar la situación de otra manera, pero también hay gente grande que sufre el frío". Ellos "son los que van a comprar caloventores para calefaccionarse".
La corrosión, un problema
Así como el cableado eléctrico viejo se recalienta por la potencia de los nuevos artefactos, la cañería del gas natural sufre la corrosión, que se agrava en una ciudad marítima como Mar del Plata.
"Acá se genera mucha corrosión por efecto del mar. Se van pudriendo las cañerías. Los caños van por dentro de la pared o por abajo de la tierra. Hay edificios en que han detectado en la entrada la pérdida de gas, entonces hacen un bypass y no cortan el edificio. Pero hay otros que así como está afuera, está adentro también, por lo que no tienen otro remedio que cortar el suministro de gas", indicó Rodríguez.
En la zona de la vieja terminal, recordó, "hasta no hace mucho tiempo cuando caían cuatro gotas de agua se inundaba todo". Y el agua drenaba por algún lado. "Mucho se iba al mar pero mucho lo chupaba la tierra. Entonces eso también hacía que las cañerías se fueran deteriorando", marcó.
