El "milrayitas" vivió una noche de pesadilla y resignó su serie de 7 triunfos seguidos. Los misioneros hicieron un gran partido de principio a fin.
Por Marcelo Solari
La noche comenzó torcida y terminó igual. El planteo y la ejecución de Oberá Tenis Club resultaron a la perfección y Peñarol resignó una productiva serie de siete triunfos consecutivos, al perder este sábado, en el Polideportivo Islas Malvinas ante los misioneros, por 87 a 71.
Virtudes ajenas y defectos propios llevaron a Oberá a un triunfo más que merecido.
De arranque, Peñarol se encontró frente a una situación extraña. Tuvo que afrontar una buena parte del primer tiempo, especialmente el primer cuarto, en donde fue su rival el que impuso las reglas del juego.
Fue Oberá Tenis Club el que logró jugar más tiempo a lo que convenía a sus planes. Y el “milrayitas”, que no logró atacar como siempre, también expuso algunos desajustes defensivos.
Primero fue Agustín Brocal, luego Nicolás Quiroga y más tarde Bruno Sansimoni, quienes supieron usufructuar una acción repetida: detectar el espacio para el rompimiento y atacar la canasta o, atraer la ayuda para generar la descarga.
A esa receta, le sumó una presión ostensible sobre el balón y por esa vía complicaron el traslado y/o concretaron valiosos recuperos. El primer cuarto, realmente lo padeció Peñarol. No estuvo preciso con el tiro abierto, y entonces Oberá entendió que la defensa zonal podía reportarle réditos. El 15-27 de máxima ventaja pudo maquillarlo Roberto Acuña con una opción de foul y gol sobre el cierre de los primeros 10 minutos.
Con mucha mayor intensidad defensiva en el reinicio, el “milrayitas” le puso freno a uno de sus problemas. Oberá estuvo 4 minutos sin anotar.
Pero los misioneros también hicieron sus deberes atrás correctamente. Por caso, Santiago Barrales se pegó como estampilla a Al Thornton y la pelota casi no pasó por las manos del “Sheriff”.
Y como Luciano Guerra tampoco podía aportar su acostumbrado caudal de gol, el local dependió de alguna inspiración individual -intermitente, es cierto-, de Facundo Vázquez o Agustín Pérez Tapia.
Sobre el final, apareció la eficacia con el tiro abierto, pero la visita respondió de la misma manera y se llevó una renta de +7 al descanso largo.
Cuando regresaron de los vestuarios, el juego se hizo cada vez más enredado. En virtud del enorme trabajo defensivo de uno y otro lado, a ambos les costó anotar con frecuencia. Oberá compitió admirablemente y un certero Brocal llevó la diferencia otra vez a los dos dígitos (+10) en el tramo final del tercer cuarto.
Y aunque un triple de Nathan Hoover y una mini racha de Thornton aplacó el momento misionero, un misil de Lucas Andújar sobre el cierre de la bocina volvió a marcar territorio.
El local, con grietas para defender similares a las del primer cuarto, tocó fondo a los 2 minutos del segmento final. Oberá ganaba 66-50 y del producto del tiempo muerto de Leonardo Costa dependía gran parte del futuro inmediato en el partido.
La máxima llegó a ser incluso peor (50-68) y si bien una ráfaga de aciertos lejanos encendió al público y redujo la distancia (59-70), la esperanza naciente se disolvió con una daga de Will Vorhees desde tercera dimensión. Eso fue todo. Oberá tuvo un final a toda orquesta y festejó en Mar del Plata.
Síntesis
Peñarol 71
F. Vázquez 11 (x), A. Pérez Tapia 24, X. Carreras 5, G. Córdoba 3 e I. Basualdo 6 (FI). L. Guerra 6, A. Thornton 5, N. Hoover 6, R. Acuña 5, F. Tolosa 0. DT: Leonardo Costa.
Oberá Tenis Club 87
B. Sansimoni 17, N. Quiroga 7, A. Brocal 27, D. Draper 9 y W. Vorhees 13 (FI). L. Andújar 9, S. Barrales 2, A. Azpilicueta 3, P. Ianguas 0. DT: Fabio Demti.
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas.
Árbitros: Pablo Estévez, Danilo Molina y José Luis Lugli.
Parciales: 18-27, 35-42 y 49-59.