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La Ciudad 20 de abril de 2016

Otros dos testigos aseguraron haberles confiado sus documentos a Giri y Fiocca

Se trata de dos marplatenses que aparecieron cobrando abultados sueldos en el Astillero Río Santiago. Ambos dijeron haberles entregado sus datos a Emiliano Giri y Roberto Fiocca ante promesas de empleo. El abogado de Giri presenció sus declaraciones.

Fabrizio Zampatti, el segundo de la izquierda junto a Emiliano Giri, declararon en la causa por la que este último fue detenido.

LA PLATA (Corresponsalía) El fiscal de Delitos Complejos de La Plata, Jorge Paolini, citó a dos testigos para declarar en la causa del desfalco realizado contra la empresa estatal Astilleros Rio Santiago, que le costó 16 millones de pesos a las arcas de la provincia y en la que se encuentra imputado el ex presidente del Ente Municipal de Turismo, Emiliano Giri.

Las declaraciones fueron tomadas de manera consecutiva y con apenas una hora de diferencia en la mañana del 19 de abril último, bajo la atenta mirada de Héctor Granillo Fernández, abogado defensor de Emiliano Giri, conocido en Mar del Plata luego de haber defendido y obtenido la absolución del Juez Pedro Federico Hooft, en el Jury de enjuiciamiento al que se lo sometió hace exactamente 2 años.

El primero en declarar fue el abogado Miguel Takla, quien indicó ser conocido del imputado, aunque aclaró “que no es amigo personal” de Giri.

Explicó que su situación laboral desde 2013 no lo tuvo con trabajos fijos y que jamás tuvo alguna relación laboral o conoció a alguien vinculado al Astillero Rio Santiago.

Takla admitió haberle entregado a Emiliano Giri una copia de su DNI “a fines de 2012 o principios de 2013” luego de que este lo llamara a su casa porque “tenían posibilidades de conseguirle un trabajo de unos planes de trabajo” aunque jamás le dijeron qué tipo de labor debía realizar.
También afirmó que sabía que la copia del DNI terminaría en manos de Fiocca, quien sería el encargado de tramitar su posibilidad laboral.

El testigo aclaró su relación con Emiliano Giri al informar que lo conoció en la Agrupación “Morena” en Mar del Plata en la que militaban juntos desde fines del año 2010 o enero de 2011 y aseguró que según los dichos de su hermano, Germán Takla, también María Inés González e Ignacio Lucarno le habían dado copias de su documento a Giri.

Según sus declaraciones, Takla considera a Giri como una buena persona, motivo que le inspiró la confianza necesaria para entregar las copias de su documento, y luego enterarse a través de la ANSES, que desde mayo a setiembre de 2013 él percibió un sueldo de 40 mil pesos.

El segundo en prestar declaración fue Fabrizio Luis Zampatti, quien manifestó ser amigo de Emiliano Giri y Roberto Fiocca, aunque aclaró que esto no sería un impedimento para expresarse con la verdad.

Zampatti aclaró que entre 2012 y 2013 tuvo trabajos informales y negó también cualquier vinculación con el Astillero Río Santiago o alguien que allí trabaje. A diferencia de Takla, admitió tener una relación personal de amistad con el ex funcionario del intendente Arroyo y con el publicista Roberto Fiocca.
Al primero dijo conocerlo “de toda la vida” mientras que con Fiocca dijo tener trato desde “1990 cuando trabajaba en Chocolate”.

En su declaración indicó que fue a este último a quien le entregó la copia de su pasaporte luego que lo llamara desde Miami por teléfono y le dijera: “Fabri pasame fotocopia de tu documento que te voy a dar una mano con el tema del trabajo” y confirmó una relación entre ambos -Giri y Fiocca- al remarcar que sabía que “Fiocca le dijo a Emiliano que le podía dar una mano con trabajo para gente que Emiliano tenía trabajando en su campaña”.

También aseguró que Fiocca “era una persona de su confianza y no había nada que lo hiciera desconfiar de la situación”, al igual que Giri del que indicó que “es una persona a la que quiere mucho”.

La confianza que ambos testigos tuvieron sobre quienes les prometían una salida laboral que aliviara su mal pasar económico, fue la llave a una puerta que los depositó en la silla de un juzgado donde deberán defenderse debido a su aparente bonhomía, algo que seguramente no estaba en sus planes cuando entregaron sus datos para conseguir un trabajo.



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