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La Ciudad 10 de febrero de 2019

Pacientes del Inareps realizan huerta, ayudados por el INTA

Con una capacitación de un año, dada por INTA Mar del Plata y el Programa ProHuerta, una docena de pacientes del ex Cerenil transformaron un depósito en un espacio verde productivo.

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En Mar del Plata, en el marco del Programa de Entrenamiento Laboral de Huerta y Vivero que se desarrolla en el Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur, doce pacientes se forman y capacitan en la producción de plantas y hortalizas para uso personal y/o comercialización.

Desde hace casi un año, personal del Inareps y técnicos de INTA Mar del Plata y del Programa ProHuerta (Ministerio de Salud y Desarrollo Social de Nación e INTA) capacitan en huerta y vivero agroecológico a pacientes y familiares del Instituto. En menos de doce meses transformaron un depósito en un espacio verde y productivo.

Para formalizar y consolidar esta articulación Ricardo Cragnaz, director del Inareps, recibió a Carlos Mezzadra, director de INTA Balcarce, para recorrer el vivero y la huerta y conversar con el equipo responsable de este trabajo: Gabriela Chialva, Mercedes Moroni y Lauro Fulco, por el Inareps y Mauricio Navarro y Lorena Rodríguez Urroz, por INTA.

“La mayoría de los pacientes que pasan por acá logran tener la huerta en su casa y muchos han encontrado una salida laboral”, aseguró Mercedes Moroni, coordinadora del taller. Y agregó: “En este espacio de formación también aprendemos a resolver a partir de los recursos que hay disponibles, a reciclar, a transformar, a reutilizar objetos que tal vez ya no se utilizan en otros lugares del Instituto y que nosotros podemos adaptarlos para el trabajo en el vivero o la huerta. Es un lugar para la superación en todo sentido”.

Agregando valor

Por eso el trabajo no tiene límites en los cercos del vivero: la producción encontró algunos puntos de venta. Esto impulsó a los pacientes a sumar valor agregado junto con el trabajo colectivo. Desde el taller de cerámica del Instituto se diseñan y realizan las macetas para comercializar junto con la producción del vivero. Además, desde el taller de informática se aprende a confeccionar lista de precios, stock, cartas de presentación. “La posibilidad de venta posibilitó desarrollar experiencias más colaborativas entre quienes pueden producir plantines en el vivero, hornear piezas de cerámicas y manejar una computadora o vender y cobrar en el punto de venta”.

Al finalizar la visita, Mauricio Navarro, uno de los responsables del proyecto por INTA, resaltó que para el 2019 esperan poder lograr convertir el vivero y la huerta en un espacio demostrativo modelo. Por su parte, el Ingeniero Mezzadra no solo destacó el trabajo del equipo sino los múltiples beneficios que brinda la huerta, como es en este caso la rehabilitación en salud y la reinserción en el mundo laboral.



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