El reconocido periodista e historiador Carlos Pagni regresó a la ciudad que lo vio formarse académicamente para recibir el prestigioso título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), en el marco de la conmemoración de los 50 años de la casa de estudios. En un emotivo encuentro, Pagni compartió sus reflexiones sobre la importancia de la distinción, sus recuerdos universitarios y brindó una contundente perspectiva sobre el actual debate en torno al financiamiento de la universidad pública en Argentina.

Emoción y la conexión con la vocación

Visiblemente emocionado, Pagni destacó que el reconocimiento de la UNMDP es de una trascendencia particular, ya que es el “lugar donde yo me formé”. “Estoy muy marcado por esta casa,” afirmó.

La distinción, según el periodista, llega en un momento propicio, ya que este tipo de honores rompen con la “inercia del trabajo, de los automatismos de la profesión”, obligando a uno a preguntarse “cómo está haciendo lo que hace, por qué lo hace, cuál es la conexión con su vocación”. Lo describió como una “ocasión fantástica” que, de manera generosa, invita a esa introspección fundamental.

Mar del Plata y la “época fantástica” de la universidad

Al evocar su paso por la universidad, Pagni trajo a la memoria una etapa “extraordinariamente luminosa y muy agradable”. El ingreso a la vida universitaria representa un momento de “enormes descubrimientos”, una bisagra entre la adolescencia y la madurez, donde se descubre la “complejidad de muchas cosas de carácter intelectual”.

Más allá de lo estrictamente académico, Pagni recordó que su formación se unió a descubrimientos cruciales como “la ficción literaria, el cine, la música”. Con una nota de nostalgia, destacó una particularidad de la Mar del Plata de aquel entonces: “era una época fantástica porque sobra el tiempo“. Un contraste con el ritmo de otras grandes ciudades, este tiempo libre y la dulzura de la etapa marplatense dejan en él un “recuerdo muy dulce”.

El diálogo giró ineludiblemente hacia la tensa discusión que el actual gobierno de Javier Milei ha instalado respecto al presupuesto y financiamiento de las universidades públicas. Pagni sentenció que existe un “valor intrínseco a la universidad pública, histórico” que la hace ser algo más que un mero lugar académico o científico.

Para el periodista, la universidad pública cumple una función vital en la democracia al ser un “lugar de debate público de ideas, de problemas, de distintas perspectivas”, enriqueciendo la conversación social más allá de su rol educativo.

La Universidad como “la única escapatoria”

Sin embargo, el análisis se vuelve más sombrío al conectar la realidad universitaria con el contexto social. Pagni señaló que Argentina es un país que “se ha empobrecido muchísimo”, un reflejo que se ve incluso en Mar del Plata, la cual, según él, ha reflejado en su historia la “degradación o de la declinación social y laboral del país”.

En este contexto, la universidad se erige para “muchísimos chicos” como “casi la única escapatoria” a un panorama económico que ofrece pocas perspectivas de futuro. Este valor, sostiene Pagni, es ampliamente reconocido por la sociedad.

Sobre la estrategia gubernamental, Pagni fue categórico: el gobierno “se metió con la universidad de manera muy brutal”, confundiendo temas coyunturales como las auditorías con el “sentido general de la educación universitaria” y su financiamiento.

La respuesta social fue “muy poderosa”, notándose tanto “en la calle, sino también en las encuestas”. Pagni reveló que los propios encuestadores advirtieron al presidente sobre el peligro de esa confrontación, utilizando una analogía anglosajona: “Cuidado con este lugar porque estás tocando lo que los anglosajones llaman el tercer riel”.

El “tercer riel” hace referencia al riel por donde pasa la electricidad de alta tensión en los sistemas ferroviarios, un punto de contacto extremadamente peligroso. Para Pagni, este debate, más allá de las necesarias discusiones sobre calidad y transparencia en el manejo de recursos públicos, ha provocado una “toma de conciencia del valor que representa la universidad pública para la gente”.