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Arte y Espectáculos 2 de mayo de 2018

Para terminar su filme, un cineasta marplatense pide ayuda colectiva

Javier García trabaja desde hace tiempo en un documental sobre la vida y la obra del músico jujeño Ricardo Vilca. Aunque recibió ayuda del Incaa, necesita de la colaboración comunitaria para estrenar su filme.

García es actor y director de cine.

“Ricardo Vilca. Quebrada, música y silencio” es la opera prima del cineasta marplatense Javier García que recorre el legado musical y pedagógico del músico jujeño Ricardo Vilca. Aunque el rodaje ya esta terminado, para poder terminar este documental, el director decidió iniciar una campaña que busca financiamiento colectivo, con el fin de recaudar donaciones que le permitan afrontar la postproducción del filme, un costoso y necesario proceso antes del estreno, previsto para noviembre.

“Es importante pensar estas campañas como un granito que uno aporta a un proyecto y que estos proyectos necesitan mucho de esos granitos. Si alguien abre una campaña es porque realmente lo necesita, entonces no importa si la ayuda parece mucha o poca, lo importante es que sumen su aporte a ese todo, que en definitiva, va a permitir que un artista comunique lo que tiene para contar, que se exprese”, dijo García, un marplatense que está radicado en Buenos Aires desde 2006.

La campaña de financiamiento colectivo, o también llamada “crowdfunding” estará abierta hasta fin de mes en www.verkami.com, “un sitio que se destaca por la facilidad a la hora de generar el apoyo a los proyectos que en él se promueven”, agregó a LA CAPITAL. Y contó que los interesados en realizar una donación tienen que ingresar a ese sitio en la web y buscar el proyecto “Ricardo Vilca. Quebrada, música y silencio”.

Destacó García que “el sistema de crowdfunding es algo que ha crecido muchísimo en todo el mundo, y es una herramienta más que tenemos los artistas independientes para poder concretar nuestras obras”.

Actor formado con el director Daniel Lambertini, García conoció a Vilca en 2002, en el seno de un encuentro de teatro antropológico que se realizó en Humahuaca, Jujuy, y al que asistió. “Una noche fuimos a la Peña que Ricardo Vilca tenía en ese momento: El Caminante. Allí lo escuché por primera vez, quedé fascinado con su música y luego volví a ir un par de días a escucharlo. Al final del viaje, me llevé a Mar del Plata dos de los tres discos que había editado hasta ese momento. Era increíble, cada vez que escuchaba su música sentía que me trasladaba a la quebrada”.

Pronto empezó a preguntarse: “¿Qué tenían estas melodías que transmitían vívidamente colores, clima, sonidos y el contexto general y particular de donde lo había escuchado?”. Así elaboró el guión de la película y obtuvo un subsidio del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales para producción de largometraje documental. Sin embargo, el dinero recibido no llega a completar la cantidad necesaria para terminar el documental. Ahora, la película se encuentra en instancia de revisión del material filmado, para luego iniciar la postproducción.

– ¿Qué tiene de excepcional la vida de Ricardo Vilca?

– Es un músico excepcional que por no hacer música “para turistas o para bailar” fue menospreciado y dejado constantemente de lado. Trata de un docente innato que por no cumplir con algunas formalidades del sistema educativo, tuvo que luchar para poder dar clases contra trabas impuestas por propios docentes que no podían ver la llegada, más que pedagógica, que tenía en los alumnos. Para producir sus discos, necesitó siempre de apoyo externo porque oficialmente tampoco fue muy tenido en cuenta y como su música no entra dentro del mercado masivo, las discográficas jamás se fijaron en él. Es la historia que se repite constantemente en tantos y tantos rincones del mundo, donde en vida se niega apoyo de manera genuina y desinteresada a personas que representan valores culturales desde lo más profundo y luego, cuando ya es muy tarde, todos quieren subirse al tren del “maestro” o del “genio incomprendido”. Ricardo creó en soledad. En silencio. Como pudo. Y como lo dejaron. Aún así, su genio pudo más que las mezquindades mundanas. Pero ojo que Ricardo fue un ser humano como cualquiera de nosotros y la película, no busca endiosarlo.

– ¿Qué aspecto de Vilca contará el documental?

– Dentro de este marco, la historia hace confluir presente y pasado del Ricardo protagonista. El presente reflejado en el registro de una nueva edición del “Encuentro del árbol de la amistad” que se realiza cada siete de enero en la que fue su peña, y que el propio Ricardo comenzó a organizar hace ya más de 25 años. Allí, se juntan a honrar la Pachamama, a brindar por la amistad, por la música. Y el pasado estará en voz de los entrevistados y del material de archivo, que nos recuerdan como era Ricardo en su faceta de músico, de docente y como persona. Pero no nos quedamos solo con los testimonios de los más cercanos sino que buscamos abrir el panorama, profundizar un poco más y conocer la visión de su obra desde la mirada de la filosofía y la sociología.

– ¿Qué encontraste en los caminos afuera de Mar del Plata?

– Siempre me interesó investigar de manera autodidacta, recorrer caminos apoyado en mi intuición, en mis sentidos. Creo fervientemente en que uno debe formarse prestando atención a la pulsión interna que nos da vida. Eso me llevó a mudarme a Buenos Aires en el 2006. En el 2012 estrené la obra “Pessoa (Saudades)”, sobre textos del poeta portugués Fernando Pessoa. Luego comencé a desarrollar activamente el documental sobre Ricardo. Y paralelamente estoy escribiendo un nuevo unipersonal y otro guión, esta vez de ficción.