El actor Paulo Brunetti y el director Oscar Barney Finn vuelven a trabajar juntos en Mar del Plata con “Vanya”, una versión unipersonal y contemporánea de “Tío Vanya” de Antón Chéjov, escrita por el dramaturgo británico Simon Stephens. La obra, que cuenta con el apoyo de Café Cabrales, tendrá su estreno este sábado a las 20.30, en el Espacio Agua de Cuatro Elementos (Alberti 2746), donde continuarán con funciones todos los sábados y domingos de enero y febrero.
Dirigida por Oscar Barney Finn (Premio ACE de Oro 2023), esta adaptación propone un recorrido intenso y poético por el universo chejoviano a través de un solo intérprete que encarna a ocho personajes.
Más de un siglo después de su escritura original, el texto vuelve a poner en primer plano las esperanzas, los sueños, las frustraciones y los sentimientos más profundos de sus protagonistas, pero esta vez con una mirada anclada en la realidad argentina.
“Como sociedad y como público somos muy chejovianos”, sostuvieron los artistas en una charla con LA CAPITAL, a horas del debut.
La reinterpretación contemporánea del clásico ruso ha tenido amplio reconocimiento internacional desde que, en 2023, el actor Andrew Scott la presentó en Londres, dirigido por Sam Yates. La puesta fue grabada y difundida en cine y este 2025 inició su recorrido internacional en Nueva York.
Tras haberla visto en Londres, Barney Finn asumió el desafío de adaptarla con una sensibilidad bien local. Director e intérprete coinciden en destacar la vigencia de los temas que atraviesan la obra. Más allá de la distancia temporal, los conflictos, las frustraciones y los deseos de los personajes resultan reconocibles. “No quisimos presentar un producto arqueológico de un autor conocido y famoso, sino a un autor que tiene hoy vigencia, fundamentalmente por la manera de tratar los sentimientos”, explicó Barney Finn.
En ese sentido, la adaptación sitúa la acción en la Argentina actual y propone una lectura política del material original. “Yo no creo que la obra tal cual la vimos en Londres sea la misma que estamos haciendo nosotros. Los sentimientos chejovianos tienen mejor traducción o cercanía con nosotros”, entendió el director. Por eso, la obra transcurre en una provincia argentina sin nombre, de la Patagonia, y uno de los personajes es un político. “Es un hombre que tuvo campo y no lo supo manejar, se dedicó a la política, dependió de la política y llega a esto de querer vender el campo, teniendo en cuenta nada más que sus intereses. Eso se aproxima más a nosotros, que creo que estamos signados por el materialismo, por los intereses, por el dinero. Es de lo que se habla todo el día. Pero en la obra hay una fuerza mayor que es la que tienen otros personajes, que logran de alguna manera una postal justa, no sé si para siempre”.
También consideró que “la obra habla de bosques, de tala, de incendios, un tema que, creo, está más vigente hoy que cuando fue escrita”.
Brunetti apuntó, en tanto, la “inteligencia” de haber adaptado el texto a la situación argentina y también haber mantenido el humor. “La obra no elude el humor, pero no es un humor de risa fácil. Es esa risa que nos pone un poquito nerviosos, incómodos. Te reís, pero te quedás pensando”, definió el actor.
Desde lo interpretativo, “Vanya” implicó un desafío importante, que profundiza y complejiza aún más lo que había mostrado en “Muchacho de luna”, cuando realizaba monólogos de distintos personajes de Federico García Lorca y se ponía en la piel del poeta y dramaturgo español, pero sin diálogos entre ellos. Ahora, Brunetti encarna a ocho personajes con registros, voces y corporalidades distintas, incluso en escenas donde todos están dialogando entre sí.
“Fue un desafío desde lo físico, desde la letra, todo. Un trabajo minucioso, de ensayos en mesa de equivocarnos y buscar por otro lado”. Esto se dio en un año en el que el actor alternó los ensayos con viajes semanales a Chile para grabar una serie. “Dos meses antes del estreno nos metimos a fondo en la sala. Tuvimos la suerte de poder ensayar en el British Art Center, donde íbamos a hacer la obra, eso no siempre se da y fue muy bueno”, recordó.
Lazo ineludible con Mar del Plata
La llegada a Mar del Plata, una vez más, entusiasma a la dupla, por presentarse frente a un público federal. “A mí me interesa mucho ese contacto”, afirmó Brunetti. Y fue a más señalando: “Firmo contento un contrato que diga que tengo que venir todos los veranos a Mar del Plata”.
Barney Finn, con una extensa historia de trabajo en la ciudad, incluso como parte del equipo en los años de recuperación del Festival Internacional de Cine, destacó también el escenario en el que se presentarán: Cuatro Elementos. “Tiene una corriente de público estupenda y una sala muy acorde a lo que queremos hacer”.
El vínculo de Barney Finn con la obra de Chéjov atraviesa buena parte de su trayectoria. En 2003 realizó “Bocetos alrededor de Chéjov”, un homenaje audiovisual que recorrió textos, escenas y reflexiones sobre el autor ruso, con la participación de actores, directores y periodistas, entre los que estuvo Brunetti. “Es algo que uno lo ha disfrutado mucho también, viéndolo, escuchándolo y representándolo en otros teatros”, recordó.
Para Paulo Brunetti, el encuentro con Chéjov también tiene que ver con su formación y su recorrido profesional. “Cuando entré en el Conservatorio Nacional, en el 94, en segundo año teníamos Chéjov como casi materia obligada. Creo que para todo actor, las obras completas de Chéjov son como el libro de cabecera, por lo menos para mí lo fue”, afirmó el actor a quien un seminario cerrado sobre el autor ruso lo marcó y ese conocimiento fue clave para los ensayos. “Trabajar en base a la equivocación y volver a probar otras cosas fue central”, cerró.