Arte y Espectáculos

Pedro Aznar se aferra a la “bendición” de los conciertos digitales

por Aitor Pereira

El músico Pedro Aznar, célebre por su carrera en solitario y en compañía de referentes como Charly García o Luis Alberto Spinetta, prepara la segunda edición del concierto virtual “A la carta”, una modalidad que ve como una “bendición” y quiere mantener tras la cuarentena.

“Extraño la presencia física del público, extraño el aplauso, extraño una calidez que se da en los shows presenciales, pero ya volverá, mientras tanto yo este método de comunicación lo abrazo como lo que siento que es: una bendición. (…) Creo que lo voy a querer seguir haciendo una vez que volvamos a los escenarios porque tiene su propia característica”, afirmó a EFE.

Durante la cuarentena, que en Argentina ya cumplió tres meses, el autor de “A primera vista” y “Décimas” protagonizó varias retransmisiones en vivo para sus seguidores, una experiencia que lo dejó “entusiasmado” porque permite “un vocabulario propio” con opciones diferentes a los conciertos tradicionales.

“Es como un cruce entre televisión, cine, comunicación personal, concierto… Permite momentos de reflexión, momentos de leer textos, contar anécdotas más de la música. La gente lo ve con excelente definición, en primera fila, en la comodidad de sus casas y se escucha precioso, en estéreo”, agregó.

A la carta, Volumen II

El próximo 26 de junio lanzará su segundo evento de pago, un espectáculo virtual con fines benéficos donde sus seguidores podrán elegir que canciones quieren escuchar mediante una votación que pueden hacer tras comprar la entrada.

“La gente votó con muy buen criterio, con muy buena puntería, un montón de música. Votaron como 120 canciones, me dieron una idea excelente para armar repertorio”, remarcó el músico de 60 años, quien adelantó que las canciones más solicitadas son “A primera vista”, “Quebrado”, “Ya no ha forma de pedir perdón” y “A cada hombre, a cada mujer”.

Parte de lo recaudado irá la Fundación Sí, una de las principales organizaciones benéficas del país, y otra parte la empleará para pagar al personal que hace posible la retransmisión, que “cobran como un show en un lugar grande”.

En estos espectáculos los aplausos se tornan en comentarios, que el ganador de cuatro premios Grammy como miembro de la Pat Metheny Group sigue a través de su dispositivo, y en ellos encuentra “una comunicación más cabal”.

“Es distinto al aplauso, el aplauso es inmediato después de cada canción, y esto es otra modalidad. La gente se manifiesta verbalmente en estos mensajitos que envía. Permite una expresión más cabal que el aplauso, porque la gente puede enviar recomendaciones, cosas”, destacó el músico, quien además cuenta con dos libros de poesía publicados.

Ante el aumento de conciertos digitales que la cuarentena trajo consigo, la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (Sadaic) estableció una tasa del 12 % a la “transmisión de recitales, conciertos, festivales o similares en el entorno digital”, una medida que Aznar considera justa y lógica.

“Yo como interprete estoy cobrando una entrada, la gente está escuchando esa música y es justo, lógico y necesario que los autores cobren por su trabajo”, subrayó.

Nuevos instrumentos

Los asistentes a sus conciertos digitales podrán también ver su nueva guitarra, la primera pieza de una línea de instrumentos personalizada que está elaborando con el reconocido luthier Eduardo Fanta Beaudoux, el mismo que modificó y le quitó los trastes al primer bajo que usó en la emblemática banda Serú Giran, donde coincidió con Charly García, con quien forjó una fuerte amistad a lo largo de los años.

“Hablamos cada tanto, somos un poco como una especie de familia disfuncional, como esos hermanos que se ven un poco a las perdidas y cuando se ven tienen toda una vida de anécdotas para compartir y un código de humor muy profundo y muy cómplice, pero a veces pasan largos meses que no compartimos una sola palabra, pero no hace falta y no importa porque esa hermandad sigue su curso”, destacó.

En esos inicios el bajo fue su principal compañero, y luego llegaron más instrumentos que en su mayoría todavía conserva, testigos de como el tiempo modeló una carrera oscilante entre el rock tradicional, el jazz y la canción de autor.

“Muy rara vez he vendido instrumentos, y los instrumentos que he vendido me pude deshacer de ellos porque eran instrumentos que los podría llamar genéricos, instrumentos que no los había usado mucho tiempo. (…) Todos los instrumentos que he sentido como propios, de esos instrumentos no me despego jamás. Mi primer bajo todavía lo tengo y me lo compró mi padre cuando tenía 14 años”, declaró.

Cuarentena productiva

La cuarentena está siendo una etapa productiva para Aznar, en parte por su personalidad y su afinidad con los momentos de soledad.

“Soy alguien que habitualmente se lleva bien con la soledad, no creo que sea un castigo, creo que la soledad bien llevada es una posibilidad de encuentro con uno mismo, es una gran posibilidad creativa”, afirmó.

Este tiempo lo ha aprovechado para mejorar sus dotes culinarias, pasar tiempo con sus gatos, escribir lo que será su tercer libro de poesía y trabajar en su nuevo disco en solitario, que espera grabar antes de que finalice el año, y en el que volcará parte de sus sensaciones de esta cuarentena, de la que destaca la lucidez de sus sueños.

“Los sueños en estos tiempos son muy intensos, he tenido sueños muy vívidos, con muchísima información y he vuelto a hacer terapia psicoanalítica en estos meses y he estado mucho sobre ese material, sobre que está haciendo mi inconsciente mientras yo estoy ocupado haciendo otras cosas”, valoró.

Además afirma estar en contacto con muchos de sus colegas, compañeros de escenario y amigos que ha dejado su larga trayectoria, en la que ha modificado tanto su técnica como sus intereses, ya que dice estar abierto a todos los géneros musicales, hasta aquellos más contemporáneos como el trap, en el que Argentina tiene un gran vivero.

“Una cosa importantísima del trap es que ha establecido un vínculo, un puente entre gente muy joven y la poesía y el arte de la poesía improvisada”, concluyó.

EFE

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