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Perelló: “Hoy hay una mafia que fogonea falsas denuncias de abusos sexuales”

Patricia Perelló, reconocida abogada penalista marplatense, denunció que existe un entramado de psicólogos, ONGs y abogados que promueven acusaciones falsas en causas de abuso sexual, muchas veces en contextos de separación de parejas. “Hoy hay más denuncias de abuso que de robos. Es un negocio montado sobre la tragedia de otros”, advirtió.

La abogada penalista marplatense Patricia Perelló fue entrevistada en el programa Mesa Chica, el streaming de LA CAPITAL y Canal 8, y no ahorró críticas hacia un sistema judicial que, a su entender, está atravesado por el miedo, los prejuicios y la presión de la opinión pública. Con más de 40 años de trayectoria en los cuales participó en causas resonantes, sostiene que hoy existe un entramado de intereses que alimenta denuncias falsas por abuso sexual.

“Hay un auge de las falsas denuncias”, advirtió. “Y hay falsas denuncias por dos motivos: porque se denuncian hechos que no ocurrieron, como en el caso de la docente Analía Schwartz, y porque se denuncia como autores a personas inocentes, como en el caso Melmann. Lo vengo diciendo hace más de 20 años: detrás de esto hay una mafia”.

El ejemplo más reciente, dijo, es el de Tomás Ghisoni, quien denunció a su padre de abuso sexual. El hombre pasó tres años preso hasta que su hijo confesó que había mentido, presionado por su madre.

“Ese caso puso sobre la mesa lo que vengo denunciando hace años”, dijo Perelló. “El chico dijo en el juicio que estaba instado por su madre, presionado terriblemente. El fiscal retiró la acusación, pero aun así hubo un juez de Casación que quería condenar igual. Eso demuestra que muchos jueces ya tienen el prejuicio incorporado: si es abuso, condenan”, alegó

Según la abogada, este fenómeno se agravó en los últimos años: “Un juez me decía hace poco que hoy hay más denuncias de abuso sexual que de robos. Eso es inédito. ¿Qué pasa? En divorcios o separaciones conflictivas, muchas mujeres utilizan la denuncia de abuso como herramienta contra sus exparejas. Y ahí aparecen abogados y psicólogos que fogonean esas denuncias”.

Una red mafiosa

Para Perelló, no se trata de casos aislados, sino de un entramado organizado: “Hay psicólogos que siempre aparecen, que cobran los informes negativos contra el imputado, que hasta tienen cámaras Gesell armadas en sus instituciones para ensayar la declaración de los chicos. Eso debería ser un ámbito preservado, impoluto. Y sin embargo lo usan para fabricar testimonios. Es una red mafiosa”, no dudó en denunciar.

Incluso mencionó instituciones y ONGs que, según ella, viven de este tipo de causas: “Reciben subsidios, publican libros y siempre están del mismo lado, con los mismos informes de abuso. Cuando un psicólogo común dice que no ve nada, los padres saben dónde llevar al chico para que el informe sea el que ellos esperan”, añadió.

Según Perelló, “mi único juez es mi almohada. Cuando sé que lo que hago está bien, lo que diga el resto no me interesa absolutamente nada”.

En Mar del Plata, la abogada tuvo un rol clave en el caso de la docente Analía Schwartz, acusada de abusar de más de una decena de alumnos en un jardín de infantes. “Los hechos jamás pudieron existir”, subrayó. “Y sin embargo hubo padres convencidos, chicos interrogados indebidamente y un sistema que se plegó a esa locura. Fue un caso armado que arruinó la vida de una persona inocente”.

En otro tramo de la charla, sobre la muerte de Natalia Melmann, en Miramar, volvió a remarcar sus sospechas: “Yo sigo insistiendo, y en algún momento lo voy a demostrar: los policías no son los autores. El único autor fue el ‘Gallo’ Fernández. La autopsia dice que a Natalia la atacó una sola persona. Sin embargo, hay cuatro condenados y hasta buscaron un quinto. Es un ejemplo de cómo la justicia, por temor y por presión, fabrica culpables”, expresó Perelló.

Y respecto al caso Lucía Pérez, recordó la presión sobre los jueces: “Defendí a dos magistrados sometidos a jury por haber dictado una sentencia justa, pero que no era la esperada. Terminaron suspendidos, escrachados, padeciendo un montón de cosas. Eso muestra cómo la política y los medios influyen directamente en la justicia”.

Monzón y la sentencia escrita de antemano

Perelló también quedó asociada al juicio contra Carlos Monzón, condenado en 1988 por la muerte de Alicia Muñiz. A más de tres décadas, sostiene la misma versión: “Lo condenaron con la sentencia hecha antes de empezar el juicio, no tengo la menor duda. Yo lo vi en la comisaría con la clavícula y las costillas fracturadas, con un hematoma enorme. Para mí fue claro: pelearon en el borde del balcón y se cayeron. Lo que él me contó siempre fue consistente con esa mecánica”, recordó.

Incluso reveló un detalle poco conocido: “Se dijo que Alain Delon había pagado la defensa. Nada que ver. Parte de los honorarios se cubrieron con una entrevista exclusiva que Monzón le dio a Isabel Pisano, pagada por la revista Oggi y un canal italiano de Berlusconi”.

Consciente de las críticas que recibió por defender a acusados en causas de abuso, Perelló recordó que “he sido corrida por la calle, escupida, insultada en redes sociales. Pero tengo la piel curtida. Siempre digo una frase que me define: mi único juez es mi almohada. Cuando sé que lo que hago está bien, lo que diga el resto no me interesa absolutamente nada”.

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