Sostuvo que es necesario buscar los "caminos" para llegar a las "soluciones concretas que permitan reactivar la actividad y preservar las fuentes de trabajo". Pedido por la paz social.
El Obispado de Mar del Plata hizo este jueves un “llamado urgente” a las autoridades nacionales, provinciales y municipales y a los sectores empresariales y sindicales “a buscar caminos de diálogo y soluciones concretas” para “reactivar la actividad portuaria y preservar las fuentes de trabajo”.
En un comunicado, la Diócesis local aludió a la parálisis de la flota congeladora de langostino, que aún no inició la zafra por la falta de un acuerdo salarial con los gremios: propusieron una rebaja salarial del 30% que los representantes sindicales no aceptan.
Ante la “crisis laboral y productiva en el Puerto de Mar del Plata”, frente a los hechos que lo “afectan de manera profunda”, el Obispado expresó su “cercanía y solidaridad con los numerosos trabajadores, familias y actores sociales vinculados a la actividad portuaria, actualmente paralizada por un conflicto que requiere con urgencia la intervención de todos los responsables”.
“Como Iglesia, nos sentimos llamados a acompañar el dolor, la incertidumbre y la angustia que esta situación provoca, especialmente en quienes se ven privados de su trabajo, sustento fundamental para una vida digna”, señaló.
Recordó las palabras del papa Francisco, que sostenía que “el trabajo es una dimensión esencial de la existencia del hombre sobre la tierra, una prolongación de la obra de la creación”, por lo que “quitar el trabajo es quitar la dignidad”.
“Sabemos que las causas de esta crisis son complejas, pero creemos firmemente que, como sociedad, debemos fomentar una cultura del encuentro y del diálogo sincero”, agregó la Iglesia.
Apuntó que “la paz social no se construye desde el enfrentamiento ni desde el abandono, sino desde la
escucha, la Justicia y el respeto por la dignidad de cada persona”.
“Desde nuestra misión pastoral, ofrecemos nuestra oración y nuestra disponibilidad para acompañar todo esfuerzo honesto de diálogo, recordando lo que nos enseñó San Juan Pablo II: el trabajo es para el hombre, y no el
hombre para el trabajo”, acotó.
En ese marco, pidió “sabiduría a quienes deben tomar decisiones, fortaleza a los trabajadores y paz a toda la comunidad”, y que “este tiempo de prueba sea ocasión para renovar el compromiso con el bien común y con una Mar del Plata más justa, fraterna y solidaria”.