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Policiales 22 de diciembre de 2020

Piden que el “mito” de la droga en Mar del Plata vaya a juicio oral

Se trata de Sergio "Cocón" Sala, quien está imputado junto a otras 10 personas de conformar una asociación ilícita que traficaba estupefacientes. En el marco de la causa, hay 15 inmuebles y 48 vehículos embargados.

El dinero que se incautó durante el operativo en el que fue desbaratada la banda de narcotraficantes.

Cerca de un año y medio después del operativo en el que la organización narcocriminal que supuestamente lideraba fuera desbaratada, Sergio “Cocón” Sala, el “mito” de la droga en Mar del Plata, podría ser enviado a juicio oral y público.

Así lo solicitó en las últimas horas la fiscal Laura Mazzaferri, junto a Diego Iglesias, quien está a cargo de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), lo que dio por cerrada una primera etapa de la investigación y requirió la elevación a juicio de la causa que tiene once personas acusadas de conformar una asociación ilícita, haber traficado estupefacientes en territorio nacional e internacional, haber volcado las ganancias ilícitas obtenidas al mercado formal a través de la compra de vehículos y propiedades, entre otras maniobras, o bien haber prestado sus nombres para facilitar el accionar ilícito de la banda.

Además de los 48 vehículos secuestrados, se dispuso el embargo preventivo con fines de decomiso de quince inmuebles, muchos de ellos de gran valor económico y de importancia en materia de recupero de activos en la justicia federal marplatense.

El principal imputado es Sergio Víctor “Cocón” Sala, quien está acusado de ser jefe u organizador de la asociación ilícita, de la que también serían parte familiares y allegados de su círculo íntimo. A través de la distribución de roles y capacidad para articular acciones, habrían desarrollado al menos desde abril de 2008 y hasta su desbaratamiento en marzo de 2019, maniobras de tráfico ilegal nacional y trasnacional de estupefacientes y el lavado de activos. Por otra parte, algunas personas, sin haber compuesto la estructura de la organización, habrían intervenido en alguna de las maniobras concretas, al prestar su nombre para simular operaciones o brindando algún otro aporte específico.

Según se desprende de la investigación a cargo del juez Santiago Inchausti, con intervención de Mazzaferri y la Procunar, las maniobras de tráfico de estupefacientes consistían en la adquisición de clorhidrato de cocaína -y eventualmente otras sustancias, tales como éxtasis- en el conurbano de la Provincia de Buenos Aires o en el norte del país, a través del vínculo que mantenía con otra organización criminal liderada por Gustavo Sancho. La droga era luego transportada hasta Mar del Plata y distribuida dentro de la ciudad y en localidades aledañas.

En paralelo, la pesquisa advierte que la organización contrabandeaba cocaína fuera de las fronteras del país, con destino al Reino de España. Para ello, empleaba distintas formas de ocultamiento como la utilización de personas que llevaban el estupefaciente entre sus ropas -denominadas comúnmente “mulas”-, o bien mediante el envío de piezas postales. En cualquiera de los casos, las sustancias eran recibidas por personas que integraban la organización, con domicilio en el país de destino. Estas maniobras fueron no sólo advertidas por medio de once expedientes judiciales incorporados a la causa que dan cuenta de la vinculación con la organización investigada, sino también por las tareas de campo, intervenciones telefónicas y listado de movimientos migratorios, entre otras tareas.

Entre las causas anexadas hay una condena por contrabando de un hombre que tenía vinculación con Sala y su taller mecánico; la detención de un sujeto en el aeropuerto de Ezeiza con 1250 gramos de cocaína, quien dijo que fue el propio acusado quien le proveyó la droga, como también lo revelaron otras personas detenidas con más de cuatro kilos de cocaína que era transportada a Bahía Blanca. Y son varias las investigaciones que tramitan en el fuero ordinario y federal de Mar del Plata de bandas que eran proveídas por el propio Sala.

Los elementos reunidos en la causa permiten, para la y el representante del Ministerio Público Fiscal, visualizar el control del mercado ilegal de droga que tenía Sala en Mar del Plata y la zona. Incluso, un hombre que prestó declaración como arrepentido en la justicia federal de Bahía Blanca lo señaló como el principal distribuidor de estupefacientes de la ciudad y hasta mencionó que comercializaba cocaína de gran pureza, que luego era transformada al doble o triple de su pesaje con distintos materiales de corte, que también proveía el principal acusado de este expediente sobre el que se requiere la elevación a juicio.

Una causa relevante que se vincula a la organización investigada tramita en el Juzgado Federal Criminal y Correccional de Primera Instancia de San Isidro, cuyos dos principales acusados tienen una vinculación directa con esta organización criminal. Uno de ellos estaba, el 30 de octubre de 2018, junto a Sala, acusado de ser jefe de esta asociación ilícita, cuando fue detenido en un shopping porteño, luego de estar prófugo de la justicia durante un año. El otro estuvo vinculado a un inmueble donde residió Sala y al taller que tenía sobre la avenida Tejedor; e incluso en períodos similares, habrían sufrido el secuestro de familiares directos, vinculados a las actividades de narcotráfico que se les atribuyen.

El dinero del narcotráfico

El beneficio económico obtenido del tráfico de drogas fue colocado por los distintos miembros de la organización en el mercado formal, a través de operaciones comerciales y actividades de fachada que permitieran ocultar el origen ilícito del dinero. Entre las maniobras desplegadas estaba, principalmente, la adquisición de bienes inmuebles y de automóviles de alta gama, de competición, vehículos antiguos, cuatriciclos y motos de agua, para lo cual los vendedores mantenían su titularidad registral pero entregaban a los integrantes de la organización toda la documentación del bien, o registraban tales bienes a nombre de terceras personas que actuaban como como testaferros.

En un número importante en materia de recupero de activos, fueron identificados y embargados con fines de decomiso 15 inmuebles que la organización habría adquirido con el producido de las maniobras de narcotráfico, sobre los cuales realizaban actos de administración, mejoras y/o desarrollaban construcciones, a pesar de que, en algunos casos, ocultaban su propiedad real bajo una titularidad dominial aparente. Doce de los inmuebles están situados en Mar del Plata, dos en el Partido de Mar Chiquita y el último en Pinamar.

En los allanamientos realizados el 27 de marzo de 2019 se había secuestrado además de los vehículos, más de un millón de pesos y casi 31 mil dólares, una escopeta y 27 teléfonos celulares, entre otros elementos. Tras el análisis de la documentación recolectada y el resultado de los procedimientos, se dispuso el secuestro preventivo con fines de decomiso de 48 vehículos que fueron considerados como parte de las maniobras de lavado de activos desarrolladas por la organización criminal.

Otra modalidad que desarrollaron algunos de los integrantes de la banda, detectada por la investigación judicial, fue utilizar tarjetas de crédito para adquirir bienes, muchos de ellos de alto valor, cuyos saldos eran abonados con dinero proveniente de las actividades ilícitas. También se crearon sociedades y hasta una agencia de autos, situada sobre la avenida Colón, que funcionaba como la principal pantalla para canalizar el dinero obtenido del tráfico de drogas. De hecho, ninguna de las personas que integraban la organización tenía una actividad lícita declarada ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) que justifique el patrimonio real que detentaban en inmuebles, automóviles y gastos en general. Permanecen en investigación otras personas y bienes vinculados al lavado de activos.

Una maniobra trunca

Sala junto a una de sus ex parejas está acusado también de haber transportado en un momento no determinado -pero comprendido entre julio de 2017 y enero de 2018- unos 1600 gramos de metanfetamina MDMA, a bordo de una camioneta Fiat Strada, que según la División Laboratorio Científico de la Policía Federal Argentina serviría para producir entre 15 mil y 20 mil dosis de éxtasis.

Fue encontrada en la guantera del vehículo y debajo de las bolsas con estupefacientes había una llave de la camioneta. El vehículo había sido denunciado como robado por una ex pareja de Sala en enero de 2018, pero llamativamente fue encontrado en julio del mismo año en la vía pública, cerrado, sin daños y en buen estado de conservación.

“Ello no hace más que confirmar la hipótesis de que el automóvil fue utilizado para realizar una modalidad de maniobra de tráfico de estupefacientes que consiste en ‘…cargar el vehículo, pactar un lugar para dejarlo y que luego, la otra parte de la organización lo retira de ese lugar, haciendo esto las partes no llegan a tener un contacto directo entre sí, y es muy posible que luego de un tiempo prudencial, más precisamente luego de descargar el vehículo se lo denuncie como robado…’”, según se desprende del requerimiento de elevación a juicio.

La camioneta había sido adquirida por Sala, por intermedio de su cuñado -quien estaba al frente de la agencia de autos- y si bien intentó deslindar su responsabilidad en el hecho, al aducir que había sido vendida a su ex pareja y concausa, la investigación dio por acreditado que los vehículos pertenecían a la organización criminal y por lo tanto eran de uso común, confundiéndose con su patrimonio.