A tres semanas del crimen del kiosquero Cristian Velázquez (50) en un local del barrio Peralta Ramos Oeste, el fiscal Alejandro Pelegrinelli solicitó este lunes a la Justicia de Garantías que los dos principales acusados por el hecho permanezcan detenidos hasta el juicio.

El investigador solicitó al Juzgado de Garantías N° 2, subrogado en este momento por el magistrado Juan Tapia, que dicte la prisión preventiva de Cristian “El Guachín” Monje y de Ignacio Bustos Nieto, en calidad de coautores del delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”.

El crimen de Velázquez se produjo el lunes 3 de febrero por la tarde, cuando Monje ingresó armado al kiosco de Jacinto Peralta Ramos al 700. Tal como puede apreciarse en los videos de las cámaras de seguridad del local, Velázquez intentó defenderse con un aerosol de gas pimienta y Monje abrió fuego con un revólver. El proyectil impactó en la cabeza del comerciante y le produjo la muerte instantánea.

Tras disparar contra Velázquez, Monje salió al encuentro de Bustos Nieto y ambos escaparon en una motocicleta de 110 centímetros cúbicos.

En horas de la madrugada siguiente, y durante una serie de allanamientos, fue detenido Bustos Nieto. Mientras que Monje cayó el jueves siguiente. Ambos se negaron a declarar y quedaron alojados en la Unidad Penal de Batán, acusados por el crimen.

Para el fiscal Pellegrinelli, los dos principales sospechosos detenidos fueron los autores del asalto que derivó en el homicidio y las pruebas en su contra son contundentes, como el video en el que se ve claramente a Monje cuando le dispara a quemarropa a Velázquez y en el que huye en la moto junto a Bustos Nieto.

“El Guachín” había sido condenado en 2020 a 6 años de prisión y presentaba pedido de captura por al menos otros dos asaltos. Fue detenido en la zona de República de Cuba y Mario Bravo, en cercanías donde días atrás también había sido atrapado Ignacio Bustos Nieto.

Cristian Velázquez tenía 50 años al momento de ser asesinado en el kiosco que atendía en Peralta Ramos al 700 -casi Irala-, y ya había sido asaltado entre cuatro y seis veces previamente. En varias de ellas, así como en la última que terminó con su crimen, intentó resistirse con gas pimienta.

Lo mismo había hecho en abril del año pasado. En esa ocasión, logró sobrevivir y contó lo ocurrido a distintos medios de prensa. “Sentí que me podían haber matado. Me salvaron los paquetes de chicle“, fueron entonces las palabras de Velázquez a LA CAPITAL tras ese violento asalto sufrido en el mismo comercio, donde dos delincuentes le dispararon, sin llegar a herirlo, y huyeron.

El homicidio de Velázquez causó conmoción en la comunidad marplatense, tuvo repercusión nacional y provocó el descabezamiento de la Jefatura Departamental local.