Arte y Espectáculos

Pilar Sordo: “Creo que es el tiempo de la conciencia”

La psicóloga, conferencista y escritora chilena, presentó en Mar del Plata su conferencia "Mujeres de hoy". "El modelo patriarcal dañó a hombres y mujeres, y todos y todas tenemos cosas que aprender" asegura.

Pilar Sordo realizó Mar del Plata, la única presentación de la temporada de su propuesta “Mujeres de hoy”.

La psicóloga, escritora y conferencista asegura que “creo que es el tiempo de la consciencia” y que “el modelo patriarcal dañó a hombres y mujeres, y todos y todas tenemos cosas que aprender”.

“Es importante desde lo femenino, cambiar la relación con el cuerpo, desarrollar pareja interna y conocer esos enemigos que nos impiden crecer” asegura la especialista que, en “Mujeres de hoy”, invita, a la luz de la investigación, a reflejar los desafíos que tenemos todos y trasformar este mundo en un lugar más pacífico e igualitario entre todos.

– ¿Cómo llegás a percibir que éste es el tiempo de las mujeres, qué señales fuiste viendo?

– No es que llegue a percibir que es el tiempo de las mujeres, creo que es el tiempo de la conciencia, es el tiempo de hacernos cargo como seres humanos, de elegir vivir en paz y en la mayor armonía posible, y en ese camino debe aumentar la conciencia. Uno de los pasos más importantes es romper paradigmas que nos han hecho mucho daño, entre otros los mandatos de sufrimiento, o los mandatos judíos cristianos, y por supuesto los mandatos patriarcales. De hecho, la charla se llama “Mujeres de Hoy”, no porque sea una charla para mujeres, es una charla para hombres y para mujeres, pero nosotras somos las que hemos mostrado el cambio y ahí hay una diferencia. Entonces bajo ese punto de vista creo hay un protagonismo femenino que empieza a mostrarse en todo orden de cosas desde el mundo público hasta el mundo privado que a mí me parece seductor, interesante, alegre y que invita a los hombres a la misma deconstrucción a la cual nosotras también fuimos sometidas.

– ¿El tiempo de las mujeres ya empezó o empezará?

– El tiempo de las mujeres empezó hace mucho tiempo y creo que se va a ir consolidando en la medida que vayamos integrando aspectos de mayor conciencia en nuestro desarrollo interno. Hay mucho del trabajo femenino que es adentro de nuestras cabezas todavía y mucho que es un trabajo de ejercicio público, pero ese ejercicio público no se puede hacer de buena forma si es que no hay un trabajo interior primero, si es que yo no aprendí a desarrollar mi amor propio como mujer, si yo no estoy trabajando en eso es muy difícil que desde ahí salga a la sociedad sana, deconstruida, a vivir y a exigir, o a pedir, o a demarcar relaciones afectivas igualitarias y equitativas. Creo que, como todo crecimiento parte desde el mundo interior, eso es lo que es más importante entender.

– ¿Qué se espera de nosotras en este contexto, qué rol tendríamos que asumir?

– No sé lo que se espera de nosotras, yo creo que lo clave es lo que esperamos nosotras de nosotras mismas y eso por redundancia tendrá que esperar o recaer en cumplir o no las expectativas que socialmente se tienen. El tema es qué esperamos nosotras, y creo que nosotras deberíamos esperar, mirarnos entre nosotras de forma mucho más solidaria, dejar de competir entre nosotras, ya que por siglos nos enseñaron a odiarnos entre nosotras, empezar a amarnos, a aceptarnos sin emitir juicios. Como consecuencia a lo que esperamos de nosotras mismas, creo que se espera que seamos capaces de tener relaciones vinculares sanas donde no conectemos el amor con el sufrimiento y aprendamos a decir que no, de verdad, a la violencia desde los vínculos más privados hasta los más públicos con todos los tipos de violencia y abusos que hay. Y que aprendamos a querernos entre nosotras, a desarrollar mucho amor propio porque cuando se desarrolla el amor propio uno no solo se quiere, sino que además se cuida y se respeta. Y creo que lo que más debiéramos esperar de nosotras es entender que nadie nos va a cuidar como nos cuidamos nosotras, que nadie nos va a querer como me quiero yo, que nadie me va a respetar como me respeto yo, que nadie me va a mimar como me mimo yo. Y que cuando yo entiendo que me auto nutro en forma satisfecha recién ahí estoy preparada para salir a elegir sanamente afuera, para salir a ejercer mis derechos sanamente afuera, para que esos derechos sean ejercidos desde la abundancia y nunca desde la carencia, desde la falta o desde la necesidad.

– ¿Qué reflexión te merece Chile?

– Chile me merece mucha reflexión, me merece la esperanza de un Chile distinto, de algo que era necesario que prueba que el crecimiento económico no es una variable por sí sola si eso no se distribuye de forma equitativa. Que la contención emocional nunca es sana, que termina siempre reventando mal. Que tenemos todas las condiciones para producir un país más justo, más digno y más equitativo. Somos un país resiliente, frente a muchas otras situaciones nos paramos, tenemos una economía sana que es una variable muy importante para poder sentarse a hablar de estos temas y que otros países no tienen. Hemos llegado a acuerdos por la carretera del medio en momentos históricos muy importantes y que espero que eso mismo se pueda mostrar o probar ahora. Y que la clase política, la clase empresarial y de donde dependen las decisiones logren llegar a esos acuerdos sin ser binarios, ni extremos, ni polares, sino que se pongan a mirar el bien de Chile y no de sus egos particulares. Chile me merece esperanza, angustia de a ratos, miedo en otros, pero por sobre todo mucho amor por mi país, incondicional.

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