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La Ciudad 29 de abril de 2020

Por el aislamiento, las industrias trabajan al 50% de su capacidad 

El dato surge de un estudio realizado por la Universidad Nacional. El informe arrojó una fuerte caída de ventas y una preocupación por la continuidad de la cadena de pagos. Las cooperativas y los comercios son los más afectados por las medidas.

Un informe de la Universidad Nacional de Mar del Plata reflejó un panorama preocupante. Si bien el aislamiento social, preventivo y obligatorio tuvo claros resultados positivos al ralentizar el tiempo en el que los contagios demoraban en duplicarse, la medida también impactó de lleno en el sector productivo local que, según señalaron los propios protagonistas, está trabajando a la mitad de su capacidad, con una fuerte baja en las ventas y ante la dificultad de hacer frente a la cadena de pagos con casi nulos ingresos.

El trabajo realizado por investigadores de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, en colaboración con el Consejo Social, contó con la participación de empresarios del sector industrial, comercial y turístico, además de referentes de cooperativas y organizaciones sociales, lo que permitió tener una idea acabada de lo que sucede por estos momentos en la economía local.

Entre los datos más llamativos del informe está el que refiere al difícil momento que atraviesan las empresas industriales de la ciudad donde señala que “la capacidad instalada utilizada por este sector se ha visto reducida a la mitad a partir del comienzo del aislamiento, con empresas con valores iguales a cero y con una fuerte caída en las ventas”.

Esta situación va más allá de las empresas que aún no están operando por no encontrarse entre las actividades exceptuadas. Según se señala en el informe, esta abrupta reducción obedece mayormente a dos razones: la baja en las ventas y un amplio porcentaje del personal licenciado por estar dentro de los grupos de riesgo.

El motivo principal es la fuerte caída en las ventas (en muchos casos nulas) que enfrentan las firmas en este período. En promedio, las empresas de la muestra han reducido sus ventas a menos de la mitad, si se las compara con la operatoria habitual en esta época del año. Esto resulta particularmente preocupante si se tiene en cuenta la elevada proporción de costos fijos que deberían continuar pagando aún sin ingresos”, advierte el trabajo.

En cuanto a la segunda razón, los investigadores señalan que “la mayor parte de las firmas se encuentran operando solo con una parte del plantel de trabajadores: prácticamente todas tienen ocupados en grupos de riesgo (mayores de 60 o con afecciones crónicas) o personal con menores a cargo”. Además, muchas de las empresas, por el tipo de trabajo que realizan, pueden adaptar la modalidad de trabajo remoto,  útil bajo estas circunstancias.

Un análisis a nivel sectorial muestra que, en términos generales, la industria Textil y confecciones es la más afectada por la actual coyuntura, seguida por la Metalmecánica. Ambas actividades son las que presentan proporcionalmente más empresas cerradas y una mayor reducción en la capacidad instalada utilizada en comparación con lo observado antes del confinamiento obligatorio.

Por el contrario, además de las actividades que siempre se mantuvieron operativas (alimenticia y química), el sector software y de servicios informáticos tuvo un “relativo mejor desempeño en el contexto actual”. Asimismo, por las características del trabajo, se pudo dar una continuidad laboral con el total del personal trabajando desde sus casas.

Continuidad de pagos

Así y todo, la preocupación más fuerte del sector industrial de la ciudad está vinculado a la continuidad de los pagos. De hecho, un tercio de la muestra encuestada por los investigadores de la UNMdP reconoció no haber pagado impuestos en el mes de marzo, lo que le permitió concluir a los investigadores que “los efectos negativos del ASPO no se observaron aún en su plenitud”.

“Más allá de las diferencias sectoriales observadas, existe una preocupación compartida por casi todas las empresas respecto de la continuidad de los pagos en los meses próximos, tanto de salarios como de impuestos, proveedores, servicios y alquileres. La opinión general es que los efectos negativos del aislamiento no se observaron aún en su plenitud, considerando el efecto recesivo que se espera sobre la demanda y el poder adquisitivo de la población”, señala el informe.

Además, si bien las encuestas arrojaron que el pago de salarios fue “la prioridad de las empresas por sobre otras erogaciones”, el informe también advierte que “la reducción de carga horaria fue una medida relativamente más frecuente, alcanzando a alrededor de un tercio de la muestra”. Otras alternativas utilizadas fueron la eliminación de horas extras y la suspensión de la contratación de trabajadores externos.

La tendencia a utilizar estas medidas, destacan los investigadores, aumentó durante el transcurso del mes de abril, sin llegar a despidos.

El trabajo también evidenció complicaciones para hacer frente a otras obligaciones. “Con excepción de los servicios, donde no se observan diferencias importantes, entre marzo y abril se incrementa la proporción de empresas que estima no va a poder pagar los impuestos, a sus proveedores o el alquiler“, advierten los investigadores.

Ayudas del Estado

En cuanto a las ayudas otorgadas por parte del Gobierno nacional, las empresas industriales evalúan “satisfactoriamente” las herramientas del Estado, aunque destacan “falta de disponibilidad”, especialmente de los
créditos subsidiados para el pago de salarios, y la dificultad de acceder a los beneficios para empresas medianas.

En este sentido, señalaron que “más de un tercio de la muestra” accedió a alguno de los beneficios, mientras que un porcentaje similar se encuentra en proceso de evaluación para la adjudicación de las mismas.

Dentro de las medidas más utilizadas o solicitadas aparecen: el financiamiento bancario a tasa subsidiada para el pago de salarios, el programa de Ayuda al Trabajo y la Producción (ATP), beneficios impositivos (generalmente diferimiento) y pago de salarios por parte del Estado a través del Programa de Recuperación Productiva (Repro).

Comercios

Por otra parte, el relevamiento también abordó la situación que atraviesan los comercios en la ciudad y, según surge del trabajo de campo, los investigadores advierten que la mayoría de los locales se encuentran cerrados, mientras que los que continúan trabajando, vieron “fuertemente disminuídas sus ventas por la poca circulación de gente en la vía pública”.

Además, el trabajo revela que el contexto forzó a que muchas empresas busquen adaptar la modalidad de trabajo virtual, pero solo una pequeña proporción contaba con un sistema de venta digital, lo que limitó a muchas firmas la posibilidad de recuperar ingresos.

Los empresarios del sector advirtieron que una prolongación del aislamiento podría derivar en la reducción de personal.

Las cooperativas operan
al 20% del nivel habitual

El trabajo de la UNMdP también contó con la participación de representantes de cooperativas de la ciudad, quienes señalaron el complejo panorama que también vive su sector.

Según se desprende del relevamiento hecho por la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, “la gran mayoría de las cooperativas de trabajo se encuentran produciendo menos del 20% de su nivel habitual o están completamente paradas, como es el caso de cooperativas de educación y de servicios profesionales.

En este sentido, los investigadores advierten que aquellas cooperativas cuya actividad no es esencial, “se esperan serias dificultades para sostener a sus asociados, ya que los fondos de reserva y ahorros son insuficientes o nulos”.

Además, aseguran que las ayudas económicas brindadas por el Estado, por la cantidad de documentación exigida, “no suelen ser accesibles para las cooperativas”, lo que dificulta aún más el escenario

 

 

 

 



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