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La Ciudad 20 de septiembre de 2021

Por la pandemia, 3 millones de personas en Argentina empezaron un home office “forzado”

Aquel 19 de marzo del 2020 recibíamos la noticia de que la pandemia del coronavirus ya estaba cómodamente instalada en nuestro país. Con la declaración del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), alrededor de 3 millones de personas en Argentina dejaron sus lugares de trabajo y tuvieron que seguir desde sus casas para empezar un vínculo remoto.

Portal Universidad dialogó con Luciana Barilaro, Especialista en Administración de Negocios y Directora del Área de Administración de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, quien aseguró que “el teletrabajo o home office, como hoy lo entendemos, se viene hablando desde la década del 70. No es un tema nuevo pero, a partir de la pandemia, hubo una aceleración muy fuerte de este proceso que no necesariamente es home office, ahí directamente nos mandaron a trabajar a casa”.

En este sentido, la especialista explicó que “el home office, pensado desde la administración de los recursos humanos, es un proceso que debiera estar planificado y tener objetivos claros de qué es lo que se busca a partir de la implementación de un teletrabajo. También es muy importante definir el medio que se va a utilizar, es decir, si el home office va a ser una política, un programa o un proyecto y debiera planificarse cuál va a ser la asignación de recursos que se le va a dar a esta actividad”.

Sin embargo, al comparar esa definición con lo vivido durante la pandemia, Barilaro declaró que “el año pasado todos pusimos el hombro y tratamos de llevar adelante la situación de la mejor manera posible, fue un home office forzado. Cuando pensamos en trabajar desde casa, la empresa debiera planificar los recursos y equipamientos que necesita el trabajador, así como cuál va a ser la implementación: generalmente se hacen procesos pausados de determinados días a la semana y otras veces se combina la presencialidad con el teletrabajo, eso no pasó”.

En cuanto a los sectores que son más viables para trabajar de esta manera, la especialista indicó que “el trabajo remoto implica una distancia física muy importante en términos de construcción de vínculos y relaciones, no todas las actividades se prestan para eso. Por ejemplo, las tareas de cuidado y acompañamiento físico, como puede ser terapia ocupacional, claramente no se adaptan al home office”.

A nivel local, Mar del Plata, cada vez más, está siendo pensada como un destino de los trabajadores para hacer home office. “Eligen la ciudad porque entienden que las condiciones de conectividad, infraestructura y logística ya están dadas. Esto le permite al trabajador mudarse a nuestra ciudad y seguir desarrollando sus actividades en línea hacia el lugar del mundo donde estén trabajando. Nuestra ciudad tiene una oportunidad enorme de recibir muchos teletrabajadores”, consideró.

En este marco, la Universidad Nacional de Mar del Plata invita a los estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales a una charla-debate sobre la implementación del home office a cargo de los docentes Gabriela Mattio y José Luis Lago. El encuentro que tendrá lugar el viernes a las 16 será gratuito y se realizará de forma virtual a través de la plataforma Zoom.

Con respecto al futuro de esta actividad, Barilaro afirmó que “hay que ser muy optimistas y aprovechar las ventajas que da el home office pero también hay que repensar cómo minimizar algunos de los aspectos más débiles que presenta esa modalidad”.

Tenemos que explotar el lado positivo y encontrar la resolución de aquellos inconvenientes que puedan ir surgiendo. Es una modalidad muy importante de desarrollo laboral”, finalizó.



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