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Opinión 10 de octubre de 2017

Por qué el taxi cuesta lo que cuesta

Según cifras del Sindicato de peones de taxis, este año se siente una merma en la recaudación que oscila entre el 35% y el 40%. Cuál es el costo de tener una unidad en la calle. Para diciembre pedirán un aumento de tarifa entre el 25% y el 30%.

por Agustín Marangoni

Los denominados remises truchos se manifestaron frente a la municipalidad para pedir licencias oficiales. De inmediato, taxistas, remiseros y sindicatos salieron al cruce. Mar del Plata, argumentan, tiene la cantidad de móviles necesarios: uno cada 213 habitantes. De extender más licencias, bajaría la recaudación para los choferes registrados, que ya están en una situación delicada. De acuerdo con la cifras que desliza el tesorero de Supetax, Jorge Carrasco Martínez, este año están sintiendo una merma que oscila entre el 35% y el 40%, en comparación con los números de 2015.

Los remises truchos son autos particulares. No tienen central ni oficina, sólo usan un celular corporativo, no pagan seguro, no usan reloj (cobran por kilómetros recorridos aproximados), no facturan, no tienen cargas sociales, no cumplen con ningún control mecánico ni de higiene, los choferes no están identificados y llevan a los pasajeros en el asiento de adelante para pasar desapercibidos. Así y todo, la diferencia de tarifas entre un vehículo oficial y uno trucho no supera el 20%. Es decir, en un viaje de 100 pesos, un trucho cobra entre 80 y 85 pesos. De acuerdo con la cifras de Supetax, hay 3000 vehículos que operan en estas condiciones. Para el municipio, no llegan a 400. De todos modos, la queja principal de los choferes habilitados, además de la ilegalidad, apunta a los costos que ellos están obligados a afrontar para sacar una unidad a la calle. Lo cual, aseguran, representa una competencia desleal. Los mismos argumentos deslizan en contra de la plataforma Uber.

En números concretos: el costo fijo de un taxi alcanza los $13.000 mensuales, sin contar reparaciones complejas, por ejemplo choques. El seguro de un taxi –que incluye por ley a cuatro pasajeros y al chofer– cuesta $5000 por mes. De combustible, se gasta un tanque de gas por turno. En un día se hacen dos turnos y cada tanque cuesta $100 aproximadamente. Son $6000 por mes, que se pagan mitad y mitad entre el chofer y el dueño de la licencia. De gomas, promedio, se gastan tres juegos al año, lo que suma unos $18.000, además de las pinchaduras. El modelo de los coches, por ordenanza, no puede superar los doce años de antigüedad. Explican desde Supetax que en los últimos dos años se actualizó más del 80% de la flota. Esto significa que casi todos los autos están provistos de computadoras en sus motores, lo cual tiene un costo de mínimo de $2500 en cada chequeo. Se hacen, como mínimo, dos chequeos al año. También está el gasto de patente, la radio y el mantenimiento del reloj.

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Un taxi normal hace entre 150 y 200 kilómetros cada doce horas. En dos turnos, son 350 kilómetros promedio, un día de trabajo fluido. “De domingo a jueves, el movimiento es mucho menor. A veces ni te conviene estar dando vueltas en la calle”, explica Carrasco Martínez.

La bajada de bandera cuesta $27,60 y cada ficha $2,30, por 160 metros recorridos. En jornadas normales de trabajo y sin complicaciones mecánicas, las cuentas más directas muestran que un taxi factura $1400 por turno, lo que equivale a $42.000 mensuales. Si se le descuentan los gastos, quedan $36.000. Es decir, un chofer que trabaja un turno de 12 horas, todos los días, gana cerca de $20.000 mensuales. La mayoría de los autos hacen dos turnos por día. El arreglo con los dueños de las licencias es siempre 50 y 50, menos el gas.

El titular del gremio, Donato Cirone, señaló que están analizando un pedido de aumento en la tarifa del taxi que rondará entre un 25% y un 30%. “Todavía no lo charlé con la cámara de patrones. En realidad debería ser un poco más que esas cifras, la inflación de estos meses la absorbimos nosotros. Pero también hay que ser muy cautelosos, porque sabemos que el bolsillo de la gente está complicado. Vamos a intentar ese aumento para los primeros días de diciembre, como todos los años”, explica. El número hipotético sería de $34,50 para la bajada de bandera y $2,90 para cada ficha.

En Mar del Plata hay 2147 taxis, 715 remises, 287 autos rurales y 150 autos de alta gama habilitados. Son 3299 vehículos para 700.000 habitantes, divididos por zonas. Los días de lluvia, por ejemplo, la demanda es intensa y la cantidad parece insuficiente. Lo mismo pasa los días pico de temporada. El resto del año, explica Carrasco Martínez, el trabajo cae. “Los lunes a la noche hay nadie en la calle. Es cuestión de fijarse la cantidad de coches que van a esperar la llegada del tren o a la puerta de casino. Son pocos los lugares con algo de circulación. Los viernes y los sábados es distinto, pero no se vive de dos turnos a la semana”, agrega.

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Los peones de taxi están blanqueados en un 90%, según cifras del sindicato. El costo aproximado de estar en blanco es de $50 pesos por día, que puede modificarse de acuerdo a lo pactado con el titular de la licencia. El 15% del total de choferes son mujeres y se cuentan con los dedos de una mano las que hacen el turno noche. Los viajes se generan en un 75% en la calle. El otro 25% es a través de los sistemas de radio. Aunque hay choferes que le dan prioridad a las llamadas, en general por cuestiones de seguridad.

Una licencia tiene un valor de mercado de 70 mil dólares. Casi ningún dueño la vende, salvo excepciones o por necesidades urgentes. Alquilarla cuesta entre $5500 y $6000. Carrasco Martínez señala que el valor de las licencias no se diluye porque está controlada la emisión. Si el municipio comenzara a entregar licencias ante cualquier reclamo ese capital también se perdería.

Se calcula que los viernes y los sábados se rechazan entre dos y tres viajes por noche. La inseguridad sigue siendo un reclamo básico entre los taxistas. Un viaje desde La Normandina hasta un barrio alejado puede representar hasta 200 pesos, dice Martínez, pero hay quienes prefieren no hacerlo. Elijen viajes más cortos, con menos chances de tener una mala experiencia. “Un chofer que tiene una familia y paga alquiler trabaja doce horas por día y no le alcanza. Es matemático. Además de ganar lo justo, estamos expuestos todos los días a la inseguridad y al tránsito. Los trabajadores del taxi tenemos realidades que muy pocos ven”, apunta el tesorero.