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La Ciudad 22 de mayo de 2018

Prefectura recordó su actuación durante la Guerra de Malvinas

La fuerza inauguró un monumento en Mar del Plata. Memora los acontecimientos del 22 de mayo de 1982.

Con un acto encabezado por el prefecto mayor Raúl Rodríguez y el intendente Carlos Arroyo, Prefectura Naval Mar del Plata homenajeó la actuación de la fuerza en la Guerra de Malvinas y conmemoró el 36° aniversario del combate aeronaval del guardacostas “Río Iguazú”.

El recuerdo de aquellos acontecimientos, en los que murió el cabo primero Julio Benítez, quedó perpetuado desde ayer en un monumento.

El 6 de abril de 1982 zarparon del puerto de Buenos Aires los guardacostas “Islas Malvinas” y “Río Iguazú”. Arribaron a Puerto deseado cinco días después para realizar el último abastecimiento de víveres y combustibles. Por el bloqueo naval impuesto por Gran Bretaña, un día después debieron continuar la navegación.

Las crónicas leídas en el acto memoraron que el cruce del Atlántico sur no fue fácil. “Además de la temida presencia de los submarinos nucleares, se debió luchar con un mar embravecido”, señalaron. Los guardacostas lograron burlar el bloqueo y arribar a Puerto Argentino en la madrugada del 13 de abril. Se sumaron así a los aviones y helicópteros que, junto con un grupo de efectivos de la Agrupación Albatros, crearon la Subprefectura de Puerto Argentino.

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El 22 de mayo, un día después del desembarco británico en las Islas, al Río Iguazú le fue asignada la tarea de trasladar dos cañones del Ejército a Puerto Darwin.

Bajo el comando de su capitán, el entonces oficial principal Eduardo Olmedo, y una tripulación de 15 hombres, en el viaje recibió una alerta roja e instantáneamente fue atacado por dos aviones. En vuelo rasante, los Sea Harriers dispararon cañones de 30 mm y causaron averías en el timón, lo que provocó la inundación de la sala de máquinas.

Durante el enfrentamiento, Benítez perdió la vida en su puesto de combate, con una ametralladora a bordo del guardacostas. De inmediato, el suboficial José Ibáñez tomó su posición y abatió a uno de los aviones atacantes.
El guardacostas, pese a sus averías, fue encallado en la costa y quedó a salvo todo el material trasladado y sus ocupantes.