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La Ciudad 12 de diciembre de 2017

Preocupa la falta de respuesta a las redes comunitarias de los barrios

Desde el área de Defensoría General advierten un "decaimiento" de las organizaciones civiles ante la imposibilidad de concretar objetivos. Destacan una "continua negativa" por parte del municipio.

“Téngase presente para la asignación presupuestaria pertinente”. Esta u otras respuestas en las que se hace referencia a la emergencia económica son las que, según señalan las redes comunitarias de vecinos de la ciudad, reciben en cada oportunidad que formalizan un pedido por las vías administrativas disponibles. Quienes las asesoran en materia judicial temen que las “continuas negativas” terminen por desalentar a las organizaciones vecinales.

A partir del año 2009, la Defensoría General Departamental de la provincia de Buenos Aires comenzó a brindar asesoramiento legal en cuestiones del ámbito civil en centros neurálgicos de la ciudad, especialmente en las sociedades de fomento de los barrios más vulnerables.

Como una manera de acercar la comunidad a la justicia, abogados de la Defensa Pública establecieron bocas de atención para trabajar en conjunto con los vecinos y las diferentes redes comunitarias que se fueron conformando de los años ’90 a esta parte.

Allí, los vecinos podían recibir asesoramiento sobre distintas temáticas, que iban desde la solicitud de un semáforo en una intersección transitada hasta consultas sobre divorcios o cuotas alimentarias.

“La idea siempre fue y es abrir la defensa pública desde los fríos despachos de Tribunales a toda la comunidad”, indicó a LA CAPITAL el secretario de la Defensoría General de la ciudad, Julián Villarreal, quien aclaró que ellos brindan asesoramiento, delegando el patrocinio público a las áreas correspondientes.

Así las cosas, esta dinámica logró tejer redes de colaboración que permitieron el desarrollo y coordinación de importantes objetivos que favorecieron no sólo al vecino que se acercaba a realizar su consulta, sino también a alcanzar mejores niveles de eficiencia en lo que respecta a la función pública.

Una actividad sin límites

Villarreal señaló con orgullo el camino recorrido que, hace ya ocho años, comenzó con charlas de prevención de adicciones en las escuelas públicas de la ciudad y llegó a acompañar reclamos como la apertura de los polideportivos, la falta de mantenimiento de las calles, como así también cuestiones de familia y violencia de género.

“Hemos crecido un montón y sabemos que no hay límites porque hay muchas áreas para abarcar. Empezamos trabajando con las redes comunitarias. La primera fue la red del barrio Libertad y después decidimos profundizar el trabajo en otras redes también”, indicó.

Actualmente, el equipo de abogados trabaja, participa y cubre las redes de: Playas del Sur (Playa Serena, Acantilados, San Jacinto); Lejano Oeste (Florentino Ameghino, La Herradura, Santa Rosa de Lima, Hipódromo); Juntos por Camet (Caisamar, Alto Constitución, Alto Camet, Félix U. Camet, Grosellar); Villa Primera, que funciona en ese barrio con el enclave en la biblioteca municipal; la 9 de Julio, que funciona casi siempre en el Banco Credicoop de Luro y Tres Arroyos; y la red Puerto.

“El aporte es muy variado. La defensa pública cuenta con decenas de profesionales del derecho, abogados y abogadas fogueadas, y a nosotros nos parecía un desperdicio que únicamente se limite al ámbito de Tribunales semejante capital humano y profesional. Ahí fue cuando comenzamos a trabajar en las redes comunitarias”, recordó.

La consecuencia de muchos “no”

En el marco de fin de año, los balances de la Defensoría lejos están de ser los esperados. A diferencia de otros años, la imposibilidad de concretar objetivos importantes, como la apertura de los polideportivos o la limpieza de microbasurales a cielo abierto, llevó a muchos vecinos a desmotivarse ante el trabajo comunitario.

“Notamos que las presentaciones que hacíamos de dos años para atrás en la Municipalidad no todas tenían el cien por ciento de resolución, pero actualmente la respuesta a los expedientes administrativos, salvo cuando alcanzan estado público a través de los medios de comunicación, es o la emergencia económica o ‘téngase presente para la asignación presupuestaria pertinente’, que es al año siguiente”, indicó Villarreal y agregó: “En pocas palabras, se difiere la cuestión, se la lleva el tiempo y no se soluciona la cuestión puntual que se pide”.

En este sentido, el defensor concluyó que el balance “lamentablemente, no es positivo” y expresó su preocupación ante la consecuencia que “la continua negativa” puede generar en los vecinos.

“Todo esto generó en las redes un decaimiento; no sé si una apatía, pero al menos el debate de que hay que redireccionar los objetivos.

La repetición de negativas a los expedientes genera frustración. Entonces, al advertir ese decaimiento, quienes tenemos más experiencia buscamos nuevos objetivos, más tangibles, para generar un sentimiento de conformidad en la red ante la falta de respuestas de la Municipalidad”, expresó.

Sin embargo, evitó brindar un escenario desesperanzador y destacó la “habilidad” de este tipo de organizaciones para fortalecerse.
“Puede haber ciclos ascendente o descendentes, pero las redes subsisten y trabajan en la modificaciones de objetivos para hacerlo. Creo que siempre que llovió paró. Cuando la Municipalidad empiece a responder se seguirán haciendo los mismos pedidos porque las necesidades siguen estando”, concluyó.



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