El Movimiento Feminista de Tango presentará hoy el “Protocolo para situaciones de violencia en espacios milongueros”. La iniciativa, que busca contener y erradicar las expresiones machistas en estos ámbitos, se dará a conocer durante un festival en el Centro Cultural América Libre. La jornada incluye intervenciones, clases de tango y música en vivo. Será desde las 20 en el escenario de San Martín y XX de Septiembre.

El documento, que se repartirá entre quienes promueven milongas y entre las personas que asisten a ellas, se dará a conocer bajo el lema “Milongueando contra el neoliberalismo”.

Además del protocolo, que ya fue presentado también en Buenos Aires, durante la jornada de hoy se podrá disfrutar de las actuaciones de Karina Levine, Luis Reales y Victoria Freijo; del DJ set de Adriana Albino y Ramiro Podestá; de una clase de baile a cargo de Belén y Martín; de una feria de emprendedores y del arte de Julián Roura, que pintará en vivo en este centro cultural.

La idea principal de esta iniciativa es que exista un criterio común para responder a situaciones de violencia y así, entre todos y todas, generar en el ambiente tanguero una mayor igualdad de género.

La invitación es al público en general, pero también lo es para aquellos organizadores de milongas y prácticas de baile que puedan adherir al protocolo y así constituir una lista de espacios seguros.

“Más allá de brindar las herramientas para identificar las posibles situaciones de violencia, el protocolo proporciona información sobre cuáles son los pasos que tienen que seguir los y las organizadoras”, contó Paula Rocca, integrante del Movimiento Feminista de Tango.

El material establece roles de actuación para estas situaciones: cómo tratar con la víctima y al agresor y a qué lugares recurrir en caso de producirse un hecho de estas características. Además, el protocolo tiene en cuenta la Ley 26.485 de Protección Integral a las Mujeres y la Ley 26.743 de Identidad de Género, vinculadas a la temática.

“Este protocolo debe entenderse como una serie de recomendaciones, o como una guía de acciones a seguir en pos de esa transformación que tanto anhelamos. Y no como un documento rígido y punitivo. De ahí que este protocolo constituya un testimonio vivo sujeto a constante revisión y autocrítica”, apuntó Rocca.