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Primero hay que saber sufrir…

Argentina cerró invicta la fase inicial del básquetbol panamericano masculino. Venció en suplementario a Dominicana y es semifinalista como líder de grupo.

Por Marcelo Solari

Aunque le alcanzaba si perdía por poco (ante un eventual triunfo posterior de Venezuela ante Panamá, como finalmente ocurrió), la premisa de Argentina era marcar presencia de arranque y, de paso, alejar fantasmas.

La historia empezó bien pero se complicó sobremanera, aunque en definitiva, Argentina se impuso a República Dominicana, por 82 a 81 (tras empatar en 74), y así concluyó en el primer lugar del Grupo A con pleno de victorias.

El primer cuarto “albiceleste” fue excelente. Con notable prestación defensiva, ajustando y derrochando intensidad, y repartiendo juego adelante, sacó rápidas y apreciables diferencias en el resultado (14-2). El aletargado equipo dominicano regresó con más energía del tiempo muerto, pero aún así, no consiguió recortar la brecha.

Hasta los 7m30s los centroamericanos seguían anclados en dos puntos convertidos (16-2) y se escuchaba nítida la voz del entrenador Leandro Ramella. “¡Bien, bien! ¡Seguimos así!”, en un inequívoco intento de que sus dirigidos conservaran el nivel de concentración y ejecución. Y así evitar sorpresas.

Mientras a Dominicana no le salía nada, Argentina impuso un abrumador dominio del rebote, toda vez que el rival fallaba todo desde el perímetro. Y atrás ofrecía resquicios muy bien capitalizados por las situaciones de pick and roll, para abastecer a Tayavek Gallizzi o Javier Saiz.

Apenas iniciado el segundo segmento y ante un panorama similar en el juego, Néstor García pidió un “minuto”. Allí pareció encenderse el entrenador bahiense con su particular estilo para dar ampulosas indicaciones prácticamente en el medio de la cancha. La arenga dio resultados. Al menos en parte, porque Dominicana se activó. Gelvis Solano convirtió el primer triple de su equipo en el partido, sus compañeros presionaron con más decisión, imprimieron más velocidad, forzaron situaciones y sembraron las primeras dudas (“minuto” de Ramella), aunque en el ida y vuelta casi no hubo cambios en la distancia en las cifras.

Claro que ese intercambio le había dado pistas a Dominicana. Entonces insistió con esa identidad que le da tantos resultados. Y si bien Solano estuvo mejor controlado, se abrieron otras vías de gol. Porque buscó sus tiros abiertos sin abusar (y con porcentajes variables), pero sobre todo, atacó la canasta con rompimientos de sus perimetrales. Aquel dominio devastador de Argentina ya no era tal, y la amplia ventaja en los números tampoco existía. Claramente, el contexto del partido era bien diferente. Había llegado la hora de sufrir.

Dominicana llegó a pelear de igual a igual el rebote, obligó a numerosas pérdidas de balón, y llevó a Argentina a entrar en una vorágine que no le convenía, por momentos se tomaron buenas decisiones, eligiendo bien la ocasión para el tiro abierto o buscando con frecuencia a Saiz en el poste bajo.

Pero no pudo hacerlo siempre, y Solano reapareció en todo su esplendor (69-66 a 3m20s).

Los dominicanos empataron en 74 con dos libres de Jonathan Araujo a 23 segundos del epílogo, y luego Javier Saiz tuvo un tiro corto para ganar. Pero falló, y hubo que ir al alargue. El peor escenario para Argentina, porque le daba la chance a su rival de obtener una diferencia mayor.

La prórroga fue muy friccionada, con roces, protestas y dificultades para anotar, aunque Argentina, con Saiz como figura, logró establecer una leve ventaja que le permitió quedarse con el juego.

El análisis de Leandro Ramella

Luego de la victoria, el entrenador marplatense ofreció sus impresiones sobre el juego y la evolución del equipo argentino.

“Parece que si no sufrimos, no vale. Estábamos tranquilos en el cierre porque sabíamos que teníamos una diferencia de 10 puntos pero estaba claro que no queríamos ir al suplementario. Intentamos ganarlo en el tiempo regular, no pudimos, y en la última bola del alargue sí les pedí que no hicieran foul, ante el riesgo de ir a otra prórroga.

Es muy difícil estar pensando en lo táctico y al mismo tiempo si conviene que te hagan foul, o tirar de dos, o tirar de tres. Se complicó un poco la situación en el cierre, pero pudimos sacarlo adelante y ganamos”, consideró.

Y también se refirió al valor de las victorias, por la calidad de los rivales, y el compromiso de los jugadores: “Le ganamos a un gran equipo, que vino al torneo con aspiraciones, con jugadores que fueron al Mundial, y a pelearle el título a Brasil. También vencimos a Venezuela, otro equipo importante. Estamos en semifinales después de armar un equipo en poco tiempo. No es sencillo. Dependés mucho de la voluntad del jugador. Estoy muy contento por ellos. Muchos son muy jóvenes y tienen su primera experiencia en la Selección mayor. El grupo sobrellevó muchas situaciones y estamos intentando lo que nos propusimos desde el primer día: ser el mejor equipo posible. Creo que lo estamos logrando”.

Síntesis

Argentina (82): F. Baralle 10, B. lugarini 3, J. Bocca 4, M. Cuello 12 y T. Gallizzi 9 (FI). P. Barral 7, F. Ramírez Barrios 0, J. Saiz 19, S. Scala 5, L. Giovanetti 5, A. Pérez Tapia 5, K. Hernández 3. DT: Leandro Ramella.

Rep. Dominicana (81): M. Dicent 2, J. Suero 13, J. Pérez 12 (x), A. Peña 1 y J. Araujo 5 (FI). G. Solano 30, A. Castillo 3, J. Guerrero 13, B. Francis 0, R. Bautista 2. DT: Néstor García.

Estadio: Polideportivo 1.

Árbitros: Johnny Batista Palermo (Puerto Rico), Kristian Páez Arteaga (Ecuador) y Alan Dos Santos (Brasil).

Parciales: 19-4, 42-29, 57-53 y 74-74.

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