Policiales

Prisión preventiva para el sobreviviente del atrincheramiento mortal en el barrio Libertad

La jueza de Garantías Rosa Frende resolvió que Flavio Basualdo siga detenido, acusado de los delitos de “violación de domicilio, privación ilegal de la libertad y encubrimiento agravado”.

La Justicia de Garantías dictó la prisión preventiva del sobreviviente del atrincheramiento mortal en el barrio Libertad.

Tal como lo había solicitado el fiscal Carlos Russo, la jueza Rosa Frende resolvió que Flavio Basualdo (40) siga detenido, acusado de los delitos de “violación de domicilio, privación ilegal de la libertad y encubrimiento agravado”, en el marco del hecho en el que murieron un delincuente y su presunto cómplice el pasado 11 de septiembre.

La magistrada entendió, al igual que lo había hecho Russo cuando realizó la pesquisa, que Basualdo no habría concurrido a la vivienda de uno de los fallecidos para revisar una moto que antes le había reparado, sino que su objetivo era el de avisarle al otro, apodado “Pata de Palo”, que la policía allanaba en ese momento el domicilio en el que estaba escondido en los últimos tiempos.

En su declaración formal, el imputado había expresado que no mantuvo como rehenes a las tres mujeres que estaban en la casa donde se produjo el atrincheramiento posterior. Incluso, su versión fue similar a la suministrada por las víctimas, quienes manifestaron que el acusado no fue quien las mantuvo encerradas sino que les repetía, en todo momento, que si salían del inmueble podían morir en el tiroteo.

Basualdo, quien por el momento permanece detenido en la Unidad Penal Nº 44 de Batán, reconoció que en horas de la tarde del último jueves 11 de septiembre se hallaba con Matías “Pata de Palo” Cornejo y Nahuel Niz en una propiedad de República Árabe Siria al 800, a la que -según dijo- había concurrido para revisar una motocicleta que le había reparado, tiempo atrás, al segundo. En ese momento, conforme indicó, arribó al lugar la policía para detener al primero y se desencadenaron los hechos.

Según agregó entonces, fue entonces que Cornejo y Niz le dijeron que saltara un paredón hacia la vivienda lindante y le repitieron que él “no tenía nada que ver” con lo que ocurría. Interrogado acerca del motivo por el cual no se entregó en ese momento, Basualdo contestó que fue por miedo de que la policía lo matara.

La secuencia continuó con Cornejo disparándole a uno de los efectivos que lo habían ido a detener, debido a que se encontraba prófugo desde mayo. Al sargento la bala le impactó en la pierna y le atravesó la tibia y peroné, casi una venganza del “Pata de Palo” de lo que le había pasado diez años atrás, cuando en un enfrentamiento con la policía le destrozaron una de sus extremidades, lo que le valió del apodo que lo acompañó hasta su muerte.

Una década después de ese evento, la policía actuó de otra manera y se manejó con absoluto  profesionalismo y cautela, a pesar de que un uniformado había sido herido. Los efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local actuaron en conjunto con integrantes de diferencias dependencias y grupos especiales, todos coordinados por el fiscal Russo, que al saber que tenía acorralado a un peligroso delincuente armado -que contaba con dos cómplices y tres rehenes-, debía tomar todos los recaudos necesarios para que no terminara en una masacre.

Poco después, los efectivos irrumpieron en la propiedad y Niz fue hallado prácticamente en la puerta, con parte del cuerpo fuera. Tenía una herida de arma de fuego en la cabeza y agonizaba, por lo que fue llevado de urgencia al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), donde finalmente falleció a las pocas horas de ingresar.

Por su parte, Cornejo tenía un impacto de bala en la sien y fue hallado muerto por los integrantes del grupo GAD. Estaba cubierto de sangre y en el lugar también se podían observar impactos balísticos en las paredes.

Flavio Basualdo, en tanto, no tenía ninguna herida y fue inmediatamente detenido. Las tres rehenes, una mujer de 72 años y sus nietas de 19 y 17, también salieron ilesas, fueron rescatadas y llevadas a la DDI para dar testimonio de lo sucedido.

Las preguntas se acumularon y aún no existen respuestas. ¿Se pudo tratar de un doble suicidio? ¿Uno le disparó al otro y después se quitó la vida? ¿Se dispararon a la vez? ¿Hubo participación de una tercera persona? En un primer momento, se sospechó de Basualdo, pero las mujeres relataron que mientras se desarrolló la secuencia permaneció sentado en un sillón en un sector de la casa y que Cornejo y Niz se fueron hacia otro ambiente, donde luego se produjeron los disparos. Y una versión similar, inclusive, dio ahora el sobreviviente.

Lo que se sabe es que Cornejo, Niz y Basualdo estaban juntos cuando se produce el primer enfrentamiento con el policía que resultó baleado. También que los tres saltaron el paredón para ingresar en la casa de las víctimas, una propiedad lindera a la vivienda de Niz. Sin embargo, el único que era buscado por la policía por el crimen de Rubén Darío “Viruta” Ordóñez era “Pata de palo” Cornejo.

Los investigadores consideran que la escena no muestra una evidente mecánica suicida, pero no descartan la posibilidad. Las víctimas, parientes de Niz, ya que es primo del padre de las dos jóvenes, expresaron que escucharon una discusión entre los hombres y que incluso los oyeron decir “nos matamos, nos matamos”, pero no pudieron ver nada porque fueron encerradas en el baño.

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