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Arte y Espectáculos 16 de septiembre de 2021

Prisma vuelve a Mar del Plata: “Para hacer un tributo a Pink Floyd, la técnica es tan importante como la música”

Antes del show de esta noche en el Radio City, el cantante de la banda, Francisco Fresard, habló de los desafíos de recrear el amplio mundo de la icónica banda inglesa.

Recrear el amplio, preciso y complejo mundo de la icónica banda Pink Floyd es el desafío que abrazó la banda Prisma, desde su creación, inicialmente como un hobbie, pero que se convirtió en profesión.

Músicos, músicas y técnicos de Pinamar y Madariaga trascendieron las fronteras con este tributo que, hoy, vuelve a Mar del Plata.

El show será a las 21.30 en el Teatro Radio City y es el primero de la extensa formación en la ciudad desde 2019.
“Mar del Plata para nosotros es una ciudad muy importante, siempre nos ha abrazado de una forma increíble en cada presentación. Hace bastante tiempo que no vamos, por razones obvias, así que estamos muy preparados para una noche muy especial” contó a LA CAPITAL el cantante Francisco Fresard.

La banda se completa con Diego Martínez y Franco Stramana en guitarras; Maxi Vegas en batería, Mariano Caraccioli en bajo; Fausto Penacca en teclados; Mili Bottini y Melany Flores en coros y Angel Villafañe en saxo, percusión y coros.

“Prisma siempre está innovando. Pink Floyd tiene muchísimos temas para recrear, así que los vamos cambiando entre presentación y presentación. Obviamente que hay canciones que deben estar siempre, pero jugamos con el resto. Gracias a la tecnología y los avances, cada vez vamos incorporando más técnica, procurando mantener la estética de Pink Floyd como la pantalla circular y todas las luces” señaló Fresad, quién destacó, además “hay músicos nuevos”, por lo que la propuesta llega, renovada, a la ciudad.

-¿Qué desafíos tiene la tarea de desmenuzar cada parte de las creaciones de Pink Floyd, absorber su esencia, para reinterpretarlas y revivirlas, tanto desde lo artístico como desde lo técnico?

– Cuando uno se interna en la música, en cada acorde, en cada nota, cuando tratamos de ponernos en el lugar y en el contexto en el que fue creada cada canción de Pink Floyd, sentimos un desafío muy grande. Es muchísimo trabajo, no queda otra opción. Tenemos un amplio trabajo no solo al momento de revisar cada tema de los discos, sino también cuando analizamos versiones que han hecho ellos mismos de sus propios temas en toda su carrera. Cada uno trabaja desde su lugar y estudia su puesto. Con mucho trabajo y dedicación realmente se logra, esa complejidad y sentimiento de la música de Pink Floyd.

Desde lo técnico, Prisma siempre ha tenido una puesta en escena muy fuerte. No importan los kilómetros que tengamos que hacer para ir a tocar, cuando se mezclan lo artístico y lo técnico es muy lindo trabajo y la gente lo siente en cada recital. Para hacer un tributo a Pink Floyd, la técnica es tan importante como la música.

– ¿Qué matices de cada uno intentan mantener de la banda original y cuál es la impronta propia que le ponen cada uno de los integrantes de Prisma?

– Los matices son siempre respetando la canción y al artista. Cada músico de Prisma trata de poner su impronta y su estilo, pero siempre manteniendo y respetando la canción original. En mi caso que soy el cantante, tengo que hacer el trabajo de dos cantantes que son muy diferentes: Roger Waters y David Gilmour. No imito la voz, intento poner la mía. El resultado es muy lindo.

-¿Coinciden como banda en la preferencia por alguno de los materiales de Pink Floyd?

– En general coincidimos en cuanto a qué material hacer. Cada integrante tiene sus temas favoritos y eso se respeta mucho. Son muchísimos temas, debemos tener más de 70 canciones ensayadas.

– ¿Cómo comenzaron? ¿Cómo se definieron por recrear los shows de Pink Floyd?

– Prisma nace en el año 2013. Nos juntamos varios músicos de la zona de Pinamar y Madariaga. Cada uno tenía su proyecto personal. Diego Martínez y su hijo, guitarrista y bajista respectivamente, tuvieron la idea de juntarse para hacer temas de Pink Floyd. A partir de allí llegaron más músicos a la banda. Fue algo accidental.

Sonábamos bastante bien y en diciembre de ese mismo año nos ofrecieron tocar en un teatro en Pinamar. Gustó, la gente se fue contenta y nosotros también, muy conformes.
Así fuimos haciendo más y más shows. De Pinamar fuimos a Mar del Plata y gran parte de Provincia de Buenos Aires; y con el tiempo no paramos y recorrimos todo el país a lo largo y ancho en estos años.
Todo comenzó como un hobby para disfrutar, y hoy se convirtió en algo totalmente profesional.