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Arte y Espectáculos 7 de mayo de 2024

“Punto y coma”, el disco de Javier Chiabrando que no busca trascendencia y tiene el sello del cine y la literatura

Escritor, editor y músico, el autor decidió volcar en estas catorce canciones las referencias culturales que lo atraviesan y los géneros que conoce: bossa nova, jazz, blues. El disco solo se pude escuchar en Youtube y lo hizo junto a "El combo de Chiabrando".

La tapa de "Punto y coma", tal como aparece en Youtube.

Fiel a mantener vivo “el revoltijo” que tanto le gusta, llamó “Punta y coma” a su segundo disco, tras el primero que editó hace algunos años y que tituló “Etcétera”. Músico y escritor, también columnista, editor y dramaturgo, Javier Chiabrando sentó, además, sus límites en este nuevo material de catorce canciones que están cosidas por su voz artesanal: a diferencia de aquel, en este disco canta y compone cada una de las letras.

“Busqué salirme de la corriente de casi toda la música que está dando vueltas hoy, por ejemplo una decisión que tomé fue no trabajar en lo que uno llamaría pop-rock, porque no es algo que yo conozca demasiado”, explicó, en una entrevista con LA CAPITAL.

 


“Es muy difícil buscar la trascendencia en la música en esta época, es desgastante”


 

En cambio, fue a sus propias fuentes: y “a la música que toqué durante toda mi vida: bossa nova, blues, jazz y no me importó que tenga desde temas eléctricos a un bals”, siguió y contó que esos géneros no aparecen puros, sino reinterpretados.

“Punto y coma” fue gestado de manera independiente, en un estudio de Balcarce. Se lo puede escuchar solo en Youtube y no está prevista una presentación en vivo. Entre otras cosas, porque no está armada la banda para llevar adelante un show; casi todos los acompañantes de la llamada “El combo de Chiabrando” viven en esa cuidad serrana, como él mismo al momento de grabar estas canciones.

“Estoy en un proceso de hacer las cosas y dejarlas que funcionen solas, aunque funcionen un poco, no me preocupa mucho la trascendencia. Prefiero hacer las cosas y que las cosas queden en algún lado, que es la ventaja de esta época… Es muy difícil buscar la trascendencia en la música en esta época, es desgastante”, criticó.

No obstante, tiene la pretensión de que su segundo material discográfico sí “invite a sentarse a escuchar”, tal como sucedía en el pasado, tiempo mediante para dejarse llavar por las melodías y por las referencias culturales del autor, que quedan plasmadas en los catorce temas.

El músico Gato Pérez, el poeta Federico García Lorca, la Nouvelle Vague y otras intertextualidades atraviesan el material, que parece retroalimentarse de la literatura y del cine, tal como lo hace el mismo autor en su vida.

“No me parecía razonable escribir canciones despojado de lo que yo soy y que sean, digamos, simples de entender. Si hay una complejidad es parte de la complejidad y de las referencias que uno tiene inevitablemente del cine, de la música y de la literatura. Me parecía también que esa es una carga que uno tiene y que está bien ponerla en juego”, indicó a sus 63 años y oriundo de un pueblo de Santa Fe.

“A veces las menciones a otras disciplinas u otros artistas dentro de la misma canción pueden tornarse un poco esquemáticas, pero en principio me parece que está equilibrado”, agregó sobre esas incorporaciones. “Sirve para aislarse un poquito y buscar al oyente que tiene un grado de curiosidad más aguda”.

 


Podés escuchar el disco acá:


 

-¿Hay algo de esnobismo?

-No creo que sea una música snob, ni yo lo soy tampoco, pero no puedo dejar de ir sobre las ideas que trabajo todo el tiempo. Aún así hay canciones que son un poco snob, ponele, pero hay canciones que son muy simples como los blues o como para la primera que se llama “Con qué ropa”. Se llama así por un homenaje a Noel Rosa, el compositor brasileño, que compuso su primera canción famosa que se llama “Con qué ropa”. Vi la película que contaba su vida y me senté a escribir una canción que no tiene nada que ver.

-¿Consideás que el punto fuerte del disco son las letras?

-Las letras son las letras típicas de la canción, hay amores, desamores, desencuentros y momentos de la vida de uno, a veces tomo una idea más de orden temático como por ejemplo el homenaje al Gato Pérez, el homenaje a Lorca. Son temas compuestos en diferentes etapas de mi vida. Para mí la letra es poesía, pero no siempre. A veces es parte de la música, es parte de la musicalidad de la canción, no necesariamente uno tiene que encontrar una idea poética ahí sino a veces es parte del fundamento de la canción misma. La forma de escribir mis letras, si prestas atención, vas a ver que melódicamente las canciones son muy cargadas en melodías, las melodías son muy notorias y la letra va en esa sintonía. Entonces, hay canciones que se terminan llenando de letras, lo que hace que sean difíciles de cantar.

-¿Salen fácilmente las canciones, sos muy prolífico?

-No me genera mucho inconveniente una canción, obviamente no siempre salen como uno desearía. Cuando uno está en actividad y en relación con el instrumento no es tan complejo, a veces la letra demora un poco más. La música sale o no sale. Yo tengo la ventaja de que como no me remito a un género único sale lo que sale, si sale bossa nova o un blues voy por ahí. A veces pensé en hacer discos temáticos.

-Sos escritor, músico, editor, ¿cómo te definís?

-A mi me gusta ese revoltijo, me siento más cómodo así, siempre pongo músico y escritor en mi curriculum. Me formé primero en la música y luego en la escritura, pero para mí es todo parte de una misma cosa. Sentarse a escribir es hacer una canción, hacer una letra, escribir una nota (para un diario), no diferencio mucho, incluso ahora voy a abordar también una obra de teatro, posiblemente para el verano que viene, y no me genera contradicciones. Me parece que el proceso creativo no se diferencia mucho, una vez resuelta la cuestión técnica. Para mí escribir o hacer música es lo mismo, pero en la música hay un complemento que es abordar la cuestión de la relación con el instrumento, incluso después producir una canción, pero una vez resuelto eso para mí es todo parte del mismo proceso creativo. Tal vez si yo hubiera encontrado una forma de vida en lo profesional dentro de la música nunca habría llegado a escribir o a hacer colaboraciones con los diarios, porque hubiera estado más concentrado en la música, pero como no se dio eso, no me preocupa saltar de una cosa, incluso abandonar por un momento una actividad para dedicarme a la otra. Por ejemplo, en este momento no estoy escribiendo literatura.