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Policiales 3 de marzo de 2022

“Quedate quieto vos que soy policía”, el diálogo entre el efectivo y el ladrón al que abatió

El fiscal Leandro Arévalo dio detalles del caso ocurrido este miércoles a la noche en el barrio San Cayetano, donde un integrante del Escuadrón de Caballería mató a un delincuente que quiso asaltarlo cuando se hallaba junto a su novia. Para el investigador, fue un caso de legítima defensa.

-Quédense quietos.

-Quedate quieto vos que soy policía.

El diálogo fue breve y le siguieron siete tiros. Cinco fueron del efectivo, en busca de repeler los dos primeros que disparó el delincuente, quien más tarde fallecería en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA).

Así se desprende de la investigación que hasta el momento lleva adelante el fiscal Leandro Arévalo, y de la que este jueves a la mañana se conocieron más detalles. Todo comenzó pasadas las 22 de este miércoles en el barrio San Cayetano, donde el integrante del Escuadrón de Caballería aprovechaba su tiempo libre (vestía de civil porque estaba de franco) junto a su novia.

La pareja se encontraba en una parada de colectivos ubicada en el cruce de Nasser y Bolívar, cuando dos “motochorros” frenaron a pocos metros de distancia. Uno de ellos descendió del rodado y, conforme especificó el investigador, se aproximó al hombre y a la mujer.

Fue entonces que extrajo un revólver y los instó a que no se movieran, pero se sorprendió al escuchar que una de las víctimas era policía, y después de ese breve diálogo se produjo el intercambio de disparos. “El acompañante (de la moto) baja, muestra un arma y le dice que se queden quietos por lo que el policía se identifica como tal y saca su arma reglamentaria”, explicó Arévalo en una conferencia de prensa realizada en Tribunales este jueves a la mañana.

De acuerdo a la reconstrucción preliminar del caso, el asaltante disparó entonces al menos dos veces, mientras que el efectivo lo hizo en cinco oportunidades. A esa conclusión arribaron los peritos al analizar los accidentes balísticos que quedaron en el frente de una casa y en un automóvil estacionado.

Dos de los cinco tiros del policía impactaron en el tórax del delincuente, que de todas formas alcanzó a subirse a la motocicleta que conducía su cómplice para escapar del lugar a través de la calle Bolívar. Sin embargo, y como consecuencia de las graves lesiones, cayó del vehículo y quedó tendido en una plaza ubicada a unos 100 metros de allí, hasta que más tarde una ambulancia lo trasladó al HIGA.

Como no portaba ningún tipo de documentación, a pesar del pedido de ayuda del uniformado y la intervención rápida de sus compañeros de la fuerza, el ladrón no fue identificado en el nosocomio, donde finalmente falleció media hora después del hecho. Recién se supo su nombre este jueves al mediodía: Brandon Samuel Blanco.

Entre los elementos de prueba que se incorporaron a la investigación, el fiscal Arévalo cuenta con videos tomados por cámaras de seguridad privadas. Esas imágenes le permitieron establecer cómo se produjo la secuencia.

“Según se ve en otras imágenes, el conductor baja de la moto, toma el revólver que estaba caído en el piso y escapa del lugar”, explicó el instructor judicial ante los medios de comunicación. Eso explica que en el marco de la causa no se haya secuestrado el arma de fuego utilizada por los asaltantes.

Conforme pudo saber LA CAPITAL, el policía no fue aprehendido ni tampoco separado de la fuerza, debido a que para el fiscal no existen, a priori, motivos para considerar que existieron irregularidades en su accionar. En ese sentido, tampoco designó defensor particular en el expediente, que actualmente está en poder del personal de la Delegación Departamental de InvestigacioneS (DDI) local.

 



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