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Policiales 7 de diciembre de 2025

Quién es Ian Ruiz, el policía que lucha por su vida tras ser baleado en la cabeza

Nació y se crió junto a sus tres hermanos en el barrio Libertad. Fue a la Escuela Nº 13 y luego se inscribió en la fuerza. Es hincha de Boca y cumplió 20 años el último 30 de julio. A poco de terminar su instrucción en Bahía Blanca, entró al área de Drogas Ilícitas, donde trabajaba el pasado jueves, cuando le dispararon durante un operativo.

Por Bruno Verdenelli
[email protected].

A los 36 años, Yésica sabe de luchas. Cuando tuvo a Ian, al que en realidad todos conocen como Joaquín y llaman “Joaco”, era tan solo una adolescente y ser madre parecía una tarea imposible. Sin embargo, logró salir adelante. Inclusive, no sólo crió a “Joaco”, sino que hizo lo mismo con dos hijos más -uno discapacitado- y un cuarto que nació de su actual pareja con Walter.

Los chicos se hicieron grandes en una casa del barrio Libertad. El mayor fue a la Escuela Provincial Nº 13, ubicada en Alió e Ituzaingó, y al finalizar sus estudios decidió que sería policía.

Influencias no le faltaban: Walter, quien prácticamente lo educó y lo acompañó durante su crecimiento, es perito de la Policía Científica. Y de alguna manera Yésica también estuvo relacionada a la fuerza y la Justicia: trabajó un lustro como empleada de maestranza en Tribunales.

“Joaco” se instruyó como policía en la Escuela “Juan Vucetich” de Bahía Blanca y tras finalizar el curso le llegó su destino: la Delegación Departamental de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas Mar del Plata. La noticia lo puso contento, porque de esa forma regresaría a vivir con sus hermanos Agustín, Demian y Rodrigo.

Ian Joaquin Ruiz, al momento de partir de Mar del Plata para realizar su instrucción en la Escuela "Juan Vucetich" de Bahía Blanca.

Ian Joaquin Ruiz, al momento de partir de Mar del Plata para realizar su instrucción en la Escuela “Juan Vucetich” de Bahía Blanca.

En ese momento, Walter le preguntó a su ahora colega si, a pesar de su alegría por volver a casa, esa designación realmente lo convencía. De lo contrario, tal vez podría consultar en su área o en otra acerca de la posibilidad de que pudieran necesitar refuerzos y solicitar así su incorporación. Pero él le contestó que así como se habían dado las circunstancias estaba bien, que le interesaba hacer la experiencia en el sector para el cual había sido oficializado, e investigar la comercialización de estupefacientes en los barrios de la ciudad.

"Joaco" y su madre Yésica.

“Joaco” y su madre Yésica.

Cuando se formalizó el nombramiento, hace seis meses, “Joaco” se instaló nuevamente en Mar del Plata y comenzó a trabajar activamente. Como ocurre siempre en este tipo de instituciones verticalistas, son los jefes y los compañeros de rango superior los que les marcan el camino a los más nuevos. En ese contexto, aprendió de ellos distintas cuestiones y se le asignaron, también, cada vez más tareas de campo.

Mientras tanto, la vida familiar transcurrió normalmente. Sus hermanos estaban felices de volver a tenerlo en casa y, casi como una sorpresa, empezaron a insistirle con hacer un viaje muy especial. Querían ir juntos a la mítica Bombonera a ver a Boca, equipo del que todos son hinchas.

Los tres hermanos en la Bombonera.

Los tres hermanos en la Bombonera.

La iniciativa, al final y por razones de calendario, estuvo enmarcada en el festejo de cumpleaños número 20 de “Joaco”. La celebración sería el 30 de julio y, días después, el 9 de agosto, el equipo “xeneize” enfrentaría a Racing como local. Así que no hubo que pensarlo demasiado: los jóvenes se contactaron con la Peña “Roberto Mouzo” y concretaron su ansiada meta.

El resultado fue un empate 1 a 1, pero aquello no empañó la anecdótica vivencia. Tan es así, que al día de hoy es para los tres hermanos uno de sus recuerdos preferidos.

La pesadilla

El último jueves, “Joaco” se fue a trabajar a las 10 de la mañana. Ese día debía afrontar la realización de un operativo en cercanías de la Villa Gascón.

Según trascendería después, su misión era abordar una moto junto a otro policía y llevar a cabo un seguimiento encubierto de una camioneta marca Volkswagen Amarok perteneciente a una supuesta vendedora de droga, previo a que sus demás compañeros allanaran su vivienda.

El procedimiento se inició cerca del mediodía en el centro y participaron, además, otra moto y una camioneta de la fuerza sin identificar. Los tres rodados iban a una distancia prudencial del de la sospechosa, que circulaba en compañía de su hija.

Al parecer, y en base a las imágenes que tomaron las cámaras de seguridad, la mujer se había puesto en contacto poco antes con otra motociclista, en la zona de Luro y Alió. Es posible que ese encuentro haya sido para alertarla de que la seguían, pero ese dato deberá ser confirmado por las autoridades judiciales próximamente.

Lo cierto es que al llegar a Termas de Río Hondo y Rawson, a poca distancia de la zona conocida como Monte Varela, tres jóvenes en otra motocicleta interceptaron el rodado en el que iba “Joaco” y efectuaron cuatro disparos: uno de los proyectiles le impactó en la cabeza.

El policía cayó entonces al suelo, mientras su compañero se puso a resguardo. Otro video tomado por una cámara de seguridad mostró parcialmente pero con nitidez la siguiente secuencia: los agresores se le acercan cuando ya estaba gravemente herido y le dan varias patadas en el piso. Luego, le roban su arma reglamentaria.

Se trató de una emboscada que tuvo lugar a apenas dos cuadras del “point” que iba a allanarse minutos más tarde, en Coronel Suárez al 2600. Para los investigadores, existió una clara premeditación del ataque a tiros.

Cuando “Joaco” cayó baleado, el personal policial que estaba cerca, a bordo de la camioneta del área de Drogas Ilícitas, lo asistió y activó el protocolo de emergencia. El joven presentaba un único disparo en la cabeza, por lo que se lo socorrió y se coordinó el traslado hasta el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA). Allí fue intervenido quirúrgicamente, pero los cirujanos no pudieron extraer el proyectil. No obstante, sí lograron colocar un catéter y descomprimir la cavidad craneal.

El joven policía cumplió 20 años el 30 de julio pasado.

El joven policía cumplió 20 años el 30 de julio pasado.

Casi en simultáneo, un escuadrón fue hasta la casa de Yésica y Walter. Al ver a los uniformados, que casi sin darles información los convocaron de urgencia al nosocomio, ambos se dieron cuenta de que algo malo había ocurrido.
“Su hijo tiene un tiro en la nuca y no pasa de esta noche”, le dijo una médica a la madre de “Joaco”. Se iniciaba entonces para la mujer una pesadilla que aún no termina.

La esperanza

Una vez estabilizado, y por expresa insistencia de Yésica, “Joaco” fue derivado al Hospital Privado de Comunidad (HPC), donde la policía posee un convenio de atención especial para sus miembros. Para realizar el traslado, se planificó un operativo sumamente veloz que incluyó el corte de tránsito por la avenida Juan B. Justo.

Ya consumada la nueva internación, el joven volvió a ser operado y su cuadro clínico, si bien sigue siendo grave, evolucionó. Este sábado, volvió a respirar por sus propios medios y su familia comenzó a esperanzarse con una posible mejora, luego de 48 horas críticas. Por la tarde, en el templo evangélico “Río de Bendición” ubicado en Luro 6575, se llevó a cabo una misa en su homenaje, bajo la denominación de “Noche de los milagros”.

Yésica, que a los 36 años sabe de luchas, de alguna manera también volvió a respirar. Siente que casi no lo hacía desde que le dieron la noticia de lo sucedido en el HIGA. Como si el tiro contra su hijo, de alguna forma, también lo hubiera recibido ella. De hecho, el joven está internado puertas adentro del HPC, y ella lo está afuera, en su auto, que se encuentra estacionado en la puerta de la guardia. No se mueve de allí. Lo poco que come lo come adentro del coche y lo poco que duerme lo duerme también ahí. La acompañan sus hijos y los amigos de ellos, que colocaron una bandera de Boca en la que dejan sus mensajes para “Joaco”.

La bandera de Boca que colocaron los amigos y familiares de "Joaco" en la puerta del HPC.

La bandera de Boca que colocaron los amigos y familiares de “Joaco” en la puerta del HPC.

Por la vereda también pasan de visita los compañeros policías del joven y también sus maestras de escuela. “Siempre fue un buen chico, sano y muy querido por todos”, lo describen.

Ningún dirigente político ni miembros de organizaciones sociales se pusieron en contacto con la familia de “Joaco”. Ninguna autoridad se pronunció, tampoco, respecto de lo sucedido a nivel público.