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Quilmes logró despertar a tiempo para cambiar murmullos por aplausos

El equipo marplatense superó a Gimnasia (LP), 91 a 80, por la Liga Argentina de Básquetbol.

Por Marcelo Solari

La postura dominante con que terminó el partido poco tuvo que ver con un arranque que había dejado muchas dudas. Lo cierto es que Quilmes supo corregir el rumbo y obtuvo una trabajada aunque incuestionable victoria sobre Gimnasia y Esgrima La Plata, por 91 a 80, y cortó así tres caídas seguidas como local en la Liga Argentina de Básquetbol.

Quilmes pareció empezar el partido casi 8 minutos más tarde que el salto inicial. Casi como si se hubiera equivocado de horario para llegar demorado a una cita. En ese comienzo incierto, Gimnasia lo madrugó (nunca mejor empleado el término). Le anotó puntos de todas las formas y colores: de tiro abierto, de contraataque, de posteos de sus internos.
La defensa quilmeña no podía hacer pie y adelante se le hacía difícil anotar sin tiro exterior y con el camino hacia el aro prácticamente clausurado.
En 6 minutos, el “tricolor” caía 4-20 y el panorama se vislumbraba sombrío. La reacción tenía que llegar de atrás para adelante, y en ese sentido, Gregorio Eseverri fue el primero que pareció enseñar el camino. El local interceptó mejor la línea de pase, consiguió correr esporádicamente, encontró un par de tiros lejanos que no se le habían dado, y Luis Cequeira empezó a manejar mejor al equipo.
El esbozo de reacción que asomó en el tramo final del primer cuarto se cristalizó en el segundo. Especialmente con una apreciable mejoría en ataque, derivada de mayor precisión y continuidad en el pase hasta encontrar un mejor tiro. Así, apareció Ezequiel Dupuy y Eseverri aportó mucho, en tanto Luciano Ravera y Jerónimo Barrionuevo dieron una mano importante desde el banco.
El desarrollo se hizo muy equilibrado, y a los de Luis Fernández solo les restó defender algo mejor para poder bajarle el goleo al rival.

Pero ya estaba decididamente en partido y la tercera falta de Facundo Vallejos también era una buena noticia.
El fornido ala-pivote arrancó el complemento con un triple, pero enseguida cometió su cuarto foul. Y su obligado descanso representó una preocupación menos.
Con ajuste más certero sobre algunos tiradores y los problemas de faltas de Franco Barroso y Vallejos, Quilmes fue construyendo un incipiente cambio de mando en el juego que también se trasladó al resultado (64-57) al ingresar en los 2m30s finales del capítulo. Lo concretó aún sin resolver del todo ciertos desajustes defensivos y con una pobre producción de Brandon Simpson (en otra sintonía, el extranjero miró todo el segundo tiempo desde el banco).
Ante un “tricolor” fortalecido, a falta de 7 minutos (73-64), Fabián Renda, el entrenador visitante apostó todo con Barroso y Vallejos, ambos con 4 faltas, en cancha. No modificó demasiado el desenlace. Para esa altura de la noche, Quilmes estaba firme y confiado, más seguro y, del otro lado, Gimnasia fue perdiendo eficacia y ya no pudo sostener su plan.
Síntesis

Quilmes (91): L. Cequeira 17, E. Dupuy 20, B. Simpson 3, G. Eseverri 16 y T. Nally 14 (FI). L. Ravera 8 (x), F. Arraiz 0, J. Barrionuevo 5, A. Ecker 8. DT: Luis Fernández.

Gimnasia (LP) (80): A. Moreno 10, N. Gianella 18, S. Mazza 5, F. Vallejos 14 (x) y F. Barroso 19 (FI). I. Berrios 0 J.P. Lancieri 3, L. Aaliya 2, Y. Sánchez 9. DT: Fabián Renda.

Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.

Árbitros: Fernando Sampietro, Cristian Salguero y Martín Pietromónaco.

Parciales: 14-22, 44-45 y 69-64.

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