Opinión

Israel -Palestina, los meses más oscuros

por Raquel Pozzi

El conflicto palestino-israelí es uno de los más cruentos que afronta la región en Oriente Medio, tan complejo como difícil de comprender por las implicancias históricas, políticas y territoriales.

Desafortunadamente la escalada de violencia en Franja de Gaza entre el ejército israelí y manifestantes palestinos en el contexto de la Primera Jornada de la Marcha del Retorno se tiñó de rojo con la sangre de muertos y heridos gazatíes.

Sin salvo conducto y acorralada por la gravedad de los hechos la ONU a través de su secretario Antonio Gutiérrez exigió a Israel evitar la utilización de la “fuerza letal” y convocó urgente reunión del Consejo de Seguridad. La ONG Internacional Human Rights Watch (HRW) se sumó a la lista de los que condenan los ataques por considerarlas “ilegales y calculadas” la misma aduce que es necesaria la intervención de la Corte Penal Internacional para abrir una investigación acerca de los crímenes perpetrados por el ejército israelí.

El temor por la profundización del conflicto que no parece tener precedentes desde el año 2014, se expande a todos los agentes tanto internos y externos como también a las organizaciones supra-nacionales, no obstante existe una cierta tensión interna dentro del Estado de Israel con la profundización de las políticas ortodoxas y radicales impuestas por el presidente Benjamín Netanyahu y el arco político liderado por el partido Likud sobre todo en lo que respecta a Palestina y la solución de los “dos estados”.

El ataque perpetrado hacia los manifestantes generó un punto de inflexión en la lectura del conflicto, más allá de todas las justificaciones que el ministro de defensa Avigdor Lieberman infiera con respecto a la violencia gestionada por algunos integrantes de Hamas visibles en la manifestación, lo cierto es que las imágenes plasmadas y viralizadas revelan el potencial armamentístico que poseen las Fuerzas de Defensa Israelí para dispersar a los manifestantes lo que concluyó trágicamente en la muerte de diecinueve personas y más de dos mil heridos.

En la conmemoración del Día de La Tierra para los palestinos, Gaza se ha declarado en emergencia sanitaria sumado al bloqueo al cuál se hayan sometidos los gazatíes conjuntamente con la asfixia propiciada por el eterno enfrentamiento entre Hamas e Israel. Habida cuenta que las posiciones tanto de Hamas como de Israel se endurecen, el proceso de paz permanece bloqueado y las condiciones de vida de los palestinos cada vez más deplorable ante la negativa de Netanyahu de rever la posibilidad de los “dos estados”.

Lejos de una solución

Todo parece indicar que la solución se aleja cada vez más del inicio del proceso de paz en 1991 en la Conferencia de Paz en Madrid como también en: Los acuerdos de Oslo septiembre 1993; Oslo II en l995; la cumbre de Wye River en Maryland, EE.UU y el memorándum firmado por Netanyahu y Arafat en octubre de 1998; El intento fallido de Camp David II en el año 2000 entre el primer ministro Ehud Barak – Yassir Arafat y Bill Clinton con los “Parámetros de Clinton”; La Hoja de Ruta de G. Bush 2003; La cumbre de Annapolis 2007; Las iniciativas de Paz de John Kerry 2013/2014 y las giras de paz emprendidas por Barak Obama.

Tampoco la comunidad internacional pudo gestionar soluciones a través de sus organismos frente a dos posiciones irreconciliables con retóricas narrativas muy contrapuestas y retroalimentándose entre sí la exclusión del otro con odios históricos y animadversión. La intromisión del presidente D. Trump con la declaración de Jerusalén como capital de Israel como también las radicales respuestas del presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbás multiplica la inquina.

No obstante nada debe justificar el grado de violencia que escala día a día en el 70 aniversario de la creación del Estado de Israel -14 de mayo 1948-. Netanyahu ha justificado los ataques del ejército considerando una amenaza el acercamiento de los manifestantes a la valla de seguridad que separa Gaza de Israel en el marco de las protestas de La Gran Marcha del Retorno que reivindica no sólo la protesta por territorios que consideran los palestinos como “ocupados” sino el retorno a esas tierras.

Las marchas constantes en las fronteras será el combustible altamente inflamable que tendrá alerta a toda la comunidad internacional ya que no cesarán y se radicalizarán cuando llegue el día del festejo que tiene preparado el Estado de Israel en el mes de mayo en su septuagésimo aniversario.

Oscuro panorama

A sabiendas que ninguna de las partes comprometidas en el conflicto abandona la postura que ha hecho fracasar innumerables intentos de paz, el panorama es desalentador con el agravante de mensajes cargados de ira tanto de Benjamín Netanyahu como el del líder del ala política Hamas, Ismail Haniye.

Por otro lado La Liga Árabe y la Organización para la Liberación de Palestina han levantados las voces calificando de asesinatos sistemáticos los perpetrados por las Fuerzas de Defensa israelí. Del mismo modo el príncipe heredero saudí Mohammed Bin Salman al Saud agita las aguas turbulentas al expresar admiración hacia Israel en un claro intento de despejar dudas con respecto a la disputa regional que posee con Irán, la respuesta de uno de los dirigentes de Hamas no se hizo esperar al considerar que Arabia Saudí profesó “insulto a la sangre limpia de los mártires”.

Gran parte de los estados en América Latina se han pronunciado a favor del pueblo palestino como también otros callaron sus voces ya que la fisura es cada vez más ancha y todo el que se manifieste con respecto a este conflicto corre el riesgo de quedar liado a alguno de los lados

En este triste panorama lo que sobran son las apreciaciones que conduzcan a generar más indignación ya que los muertos en esta escalada del conflicto se cuentan en un solo lado avalado por las imágenes que tienden a inclinar la báscula hacia quienes padecen todo tipo de restricciones como el agua, medicamentos, alimentos y otros.

Resulta incomprensible el bloqueo a los cinco pasos fronterizos bajo control Israelí que entró en vigencia en el año 2007 en un territorio de sólo 40 km de largo por 9,5 km de ancho transformándose en el castigo colectivo hacia toda la población gazatí en su mayoría niños y niñas cuando los verdaderos responsables en encontrar una solución a la ausencia de paz vociferan sin escucharse engendrando más violencia a una población violentada por ejércitos y armas poderosas en una lucha tan desigual como injusta.

(*): Analista en Política Internacional/Profesora en Historia. Twitter: @raquelpozzitang

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