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La Ciudad 19 de mayo de 2020

Reacciona el campo contra nuevas medidas del Central y de la AFIP

La presión combinada del Banco Central y de la AFIP genera fuerte malestar entre los productores agropecuarios. Luego de los anuncios de créditos accesibles para el sector, recepcionados con satisfacción, la nueva obligación de retener no más del 5 por ciento de los granos, como condición para acceder a esos préstamos bancarios, vuelve a tensar la relación casi siempre complicada entre gobierno y campo.

La renovación tecnológica en las tareas agropecuarias alcanza especialmente a las cosechadoras de precisión.

Esta semana despuntó para las productores agropecuarios con una fuerte contradicción, de manera que su ánimo está deslizándose desde el optimismo a la preocupación.

La confianza se fundamentaba en dos factores: uno es el clima excepcional de este otoño, que podría ser, de seguir así hasta fines de ese mes, uno de los más cálidos en la historia meteorológica del país. En efecto, las condiciones han sido las mejores a pedir por ganaderos y agricultores. Durante el mes de marzo los registros óptimos de  lluvias y temperatura posibilitaron buen desarrollo de las pasturas. Ya en abril y mayo, con las temperaturas por sobre el promedio histórico de la época y las pocas heladas, ha sido posible un gran avance de las cosechas de soja y de maíz.

Otros motivos de tranquilidad para los productores, al comienzo de la cuarentena, habían sido la decisión del gobierno nacional de considerar esencial a la actividad agropecuaria, con lo que podía continuar desarrollándose con normalidad, y el estímulo a los bancos para que ofrecieran al sector líneas de crédito con tasas accesibles.

Del BCRA

Sin embargo, esa “primavera” en pleno otoño, con un aparente alivio en la típica relación difícil entre gobierno y campo,  parece haber encontrado freno bruscamente con la reciente decisión del Banco Central de la República Argentina (BCRA) de excluir de los créditos lanzados al 24% a los productores que guarden más de un 5 % de soja o trigo. Esos préstamos eran destinados a capital de trabajo, en el marco de la emergencia creada  por la pandemia de coronavirus.

Obviamente, la medida del Central busca obligar a la venta de los granos a fin de que ingresen más dólares por exportaciones.

La presión oficial también incluye a la AFIP que en algunas provincias del norte comenzó a solicitarles a los productores que adelanten sus estimaciones sobre la producción que obtendrían en la actual cosecha, requerimiento que sorprendió porque es una información que siempre se entrega en octubre. Además se sospecha que esa exigencia de información se extenderá a todas las regiones.

El presidente de la Sociedad Rural de Mar del Plata, ingeniero Esteban Area, expresó su malestar por las referidas novedades del Central y de la AFIP. “Otra vez vemos discriminación e incomprensión hacia el campo –señaló a LA CAPITAL–, que es el motor productivo del país, generando recursos, divisas y alimentos cuando más se los necesita, pero que se lo castiga negándole el acceso al crédito”.

Luego de explicar por enésima vez que el productor no recibe en la comercialización el dólar blue sino el oficial, debiendo afrontar además las retenciones, y que luego debe comprar insumos al dólar de mayor valor, el ingeniero Area también reiteró una aclaración respecto del acopio de los granos. “El productor no guarda parte del grano por especulación con la evolución del tipo de cambio –señaló– sino como capital de trabajo para, financiándose con él, afrontar la compra de semillas, los insumos, los alquileres, los arrendamientos, los servicios. Es mucho el dinero que se pone riesgo en cada campaña”.

Freno a la renovación

El anuncio de los créditos, refirió Area, había caído muy bien porque hizo prever que, una vez aplicados fundamentalmente a la compra de nuevas maquinarias, posibilitarían completar la adaptación tecnológica en la que están empeñados no pocos productores de cultivos extensivos.

“La tendencia de hoy –señaló—es la que se denomina agricultura por ambiente o de precisión. Ya no es algo extraordinario planificar pensando en el uso de cosechadoras con georeferencia y relacionadas con plataformas informáticas. Así cada vez se logran mayores rendimientos, se maximiza la efectividad de los insumos y al mismo tiempo se contamina menos y se preserva la calidad de los suelos y el medio ambiente”.

El presidente de la Sociedad Rural de Mar del Plata concluye en que “así estamos ante un problema muy serio, porque nadie va a invertir, nadie va a renovar sus maquinarias y hasta podría decidirse no cosechar por el temor a ir a pérdida…y este retroceso se daría cuanto más necesita el país asegurar la provisión de alimentos y las divisas que genera el campo”.

“El buen clima para el trabajo y los negocios que se había creado –desde hacía un mes había oferta de crédito por parte de los bancos Nación, Provincia, Santander, Galicia, Macro y Francés—se arruina de golpe otra vez por decisiones desacertadas”, concluyó.



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