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La Ciudad 3 de febrero de 2019

Retiran plásticos de la Playa Popular e insisten en prohibir sorbetes y vasos descartables

Voluntarios de Greenpeace juntaron desechos arrojados en la playa más concurrida de Mar del Plata. Piden que se cree una ordenanza para impedir su uso. Hay un proyecto en el Concejo con ese fin desde hace siete meses y además el intendente Arroyo anunció en diciembre que firmaría un decreto, pero aún no lo hizo.

(Foto: archivo)

Voluntarios de Greenpeace llevaron a cabo este fin de semana una jornada de limpieza en la Playa Popular, la más concurrida de la ciudad como cada verano, enfocada principalmente en retirar de la arena los plásticos arrojados. Encontraron la arena llena de bolsas plásticas, vasos descartables y también sorbetes, entre otros productos que los integrantes de la ONG ambientalistas piden prohibir debido al daño que causan, algo que en el Concejo Deliberante se propuso hace siete meses y que el intendente Carlos Arroyo también anunció, pero hasta ahora no concretó.

Fue un grupo de unos 30 voluntarios y activistas el que llevó a cabo esta limpieza en el inicio de febrero, enfocada en plásticos de un solo uso, para concientizar sobre sus efectos en los océanos y la vida marina. Tras esta recorrida por la playa, desde Greenpeace señalaron que Argentina es uno de los países que más basura arroja al océano: se tiran 12 millones de botellas de plástico por día y solo se recicla un 30%. 

“Un objeto como una botella o un vaso desechable, que usamos solo por unos minutos, contamina y afecta a la fauna marina durante años. Turistas y ciudadanos somos responsables”, dijo Victoria Menghini, integrante del grupo local de voluntarios.

A nivel global, en tanto, cada segundo más de 200 kilos de basura van a parar a los océanos del mundo, y el 80% proviene de la tierra.

Voluntarios y activistas de Greenpeace realizan una limpieza de plasticos de un solo uso en Playa Popular, para concientizar sobre los efectos adversos en océanos y su vida marina. Argentina es uno de los países que más basura arroja al océano: se tiran 12 millones de botellas de plástico por día y solo se recicla un 30%

En esta época del año las costas se ven más afectadas por la gran cantidad de personas que visitan las playas. Por eso, la ONG ambientalista hizo un llamado a optar por opciones no desechables y comenzar a separar los residuos: plástico, metal, vidrio y papel siempre limpios y secos por un lado; restos de comida o elementos sucios por el otro. “Todos somos parte del problema y también de la solución”, agregó Menghini.

En la jornada también estuvo presente Ignacio Fernández, vecino de Mar del Plata y voluntario del equipo de Greenpeace en la ciudad, que creó una petición en la plataforma “Hagamos Eco” pidiendo por una ordenanza que prohíba el uso de bolsas, sorbetes y vasos descartables en la ciudad.

“Ya son varias las ciudades que están intentando acabar con la contaminación plástica; es el momento de dar el ejemplo con campañas de concientización y, sobre todo, con una ordenanza que nos libere de los plásticos de un solo uso”, expresó.

La petición

Semanas atrás Greenpeace lanzó una petición virtual a través del sitio hagamoseco.org a través de la cual se pide “por la salud de nuestras playas, por la conservación del medio ambiente y por cientos de especies marinas que terminan ingiriendo los plásticos que llegan al mar, es importante contar con una ordenanza que prohíba el uso de bolsas, sorbetes y vasos descartables”.

En esa petición, indican que “el 90% de la basura que llega a los océanos, son desechos plásticos: uno de los peores contaminantes que existen” y advierten que “es imposible evitar que diariamente lleguen al mar cientos de toneladas de este material en todo el mundo y los principales contaminantes, en las ciudades costeras, son las bolsas, sorbetes y vasos descartables que, sea por descuido de las personas, o por efectos del viento o las lluvias son arrastrados hacia el mar”.

El anuncio de Arroyo

El intendente Carlos Arroyo anunció en diciembre del año pasado que estaba evaluando firmar un decreto con el objetivo de prohibir en Mar del Plata el uso de sorbetes y vasos plásticos para evitar que estos productos contaminen la ciudad y en particular las playas.

El anuncio surgió justo en la antesala de la temporada, en el marco de una recorrida que el jefe comunal encabezó para colocar carteles que advierten el “peligro de derrumbe” en varios puntos de la costa marplatense.

Sin embargo, pasó enero y aquella decisión no se materializó en un decreto ni en un proyecto de ordenanza presentado hasta el momento por el Ejecutivo. Al menos públicamente, el intendente no volvió a ahondar en el tema.

Ya había un proyecto

Para cuando Arroyo anunció que quería firmar un decreto para prohibir el uso de sorbetes y vasos plásticos, hacía seis meses ya había sido presentado en el Concejo Deliberante un proyecto con ese mismo objetivo.

El proyecto fue impulsado por Santiago Bonifatti (Sumar por Mar del Plata), con la firma de otros concejales de distintos sectores, como Ariel Ciano (Frente Renovador), Natalia Vezzi (UCR), Ariel Martinez Bordaisco (UCR), Marcos Gutiérrez (Unidad Ciudadana) y Marcelo Carrara (Agrupación Atlántica).

El proyecto se presentó en junio debido al impacto ambiental que produce este tipo de desechos. Cuenta incluso con el apoyo del secretario de Salud del Municipio, Gustavo Blanco. Hasta el momento el expediente ya fue aprobado en dos comisiones del Concejo Deliberante, la de Medio Ambiente y la de Calidad de Vida y Salud. El próximo paso -y último antes de llegar a sesión en el recinto- será su tratamiento en la comisión de Legislación.

Concejal Santiago Bonifatti.

El proyecto de ordenanza está pensado en dos etapas, contemplando el menor perjuicio posible para los comerciantes que se hayan estoqueado en la compra sorbetes y vasos plásticos; por eso se consideró una primera etapa de reducción y después del verano, se plantea la prohibición del uso de estos productos plásticos.

De la misma manera, para distribuidoras y fabricantes del producto, se busca que el tiempo otorgado permita no volver a comerciarlos y, al mismo tiempo, reconvertir el proceso productivo.

 



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