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Deportes 31 de marzo de 2021

Retorna la acción del bodyboard con el “Semana Santa Contest”

Se realizará entre este viernes y sábado, en playas del Alfar, para todas las categorías, en la celebración por los 40 años de la actividad en el país y los 50 a nivel mundial.

Gabriel Nannini y Gustavo Alba en Playa Grande, con sus bodyboards y sus aletas.

Entre este viernes y sábado se desarrollará el “Semana Santa Bodyboard Contest” en las playas del Alfar. Así, retornará la actividad competitiva de una disciplina muy tradicional en la ciudad.

La organización está a cargo de Gustavo Alba, con el aval de la Asociación de Surf Argentina (ASA) y el Emder. Estarán habilitadas las categorías M12, M14, M16, M18, Amateur masculino (sin límite de edad, para atletas no profesionales) y Amateur femenino (sin límite de edad, para atletas no profesionales).

El cierre del registro de inscripciones está previsto para este jueves, y se pueden comunicar al 223-5222151 o a través del Instagram de @bodyboardersargentinos, en donde también podrá consultarse por cualquier otra información adicional.

El certamen, para el cual de acuerdo al pronóstico habrá olas de buena calidad, cuenta con muy buenas y reconocidas empresas en calidad de patrocinantes y celebra los 40 años del bodyboarding en Argentina y los 50 años de su invención.

Las dos jornadas se desarrollarán a partir de las 8.30 y se respetarán todos los protocolos sanitarios y de distanciamiento.

Para ofrecer una visión más integral sobre el bodyboard, LA CAPITAL reunió al organizador del certamen, Alba (bicampeón argentino profesional, campeón argentino amateur invicto, campeón argentino junior, cinco veces campeón intercolegial, participante en Mundiales y Panamericanos) y a Gabriel Nannini, un pionero del bodyboard, a tal punto que practica la disciplina desde hace 40 años, es decir, desde que ingresó al país.

-¿Cómo está el bodyboarding en la actualidad?
-El deporte ha crecido una enormidad, se puede apreciar en la costa. Cuando hay olas chupadas, en La Perla, La Pepita, en Mariano, en las playas del sur en las que desembocan arroyos. Con la única tabla que podés llegar hasta la oridlla seca (porque no tiene quillas que puedan encallar) es con la de bodyboard (Nannini).
-Con el bodyboard se pueden hacer maniobras más acrobáticas en lugares donde las olas son más críticas, más chupadas, más cerradas, con mucha más cantidad de tubo. Es más fácil droppear y es una tabla especial para volar. Vas más pegado a la tabla, los bodyboarders hacen maniobras en donde a veces, los surfistas no pueden. Hay maniobras nuevas muy radicales y están surgiendo maniobras nuevas cada vez más difíciles, más perfeccionadas. Y bodyboarders hay muchísimos. Lo que faltan son eventos (Alba).

-Entonces, el deporte ha crecido pero no hay suficientes torneos. ¿Cómo se soluciona?
-Los eventos son la carta de presentación que le sirven al mucho al deporte. Tanto a los atletas como a las marcas. La forma de hacer más eventos es que la gente que está hace mucho tiempo en este deporte, se una para formar una nueva Asociación y de esa manera poder generar más eventos y ser más constantes. Teniendo constancia se genera credibilidad y una imagen de seriedad. Con esos dos atributos, los sponsors se acercan y junto con la organización, se pueden hacer más y mejores eventos cada vez. Apuntamos al objetivo de generar una nueva Asociación de Bodyboard en Argentina para poder hacer campeonatos no solo en Mar del Plata, sino también en toda la Costa Atlántica: Necochea, Miramar, Pinamar, Villa Gesell, Santa Teresita… (Alba).

-¿Cómo es la historia de Tom Morey?
-Es un estadounidense surfista que se casó, tuvo hijos, se divorció y se fue a vivir a Hawaii. Un día rompió su tabla de surf y se agarró de la única parte que había quedado flotando y llegó hasta la orilla. Entonces, en su casa la cortó, la “shapeó” con un cuchillo, le puso cola vinílica, unos diarios y le pasó una plancha doméstica. Se volvió a meter al mar con eso y le anduvo bárbaro. El 7 de julio de 1971 (se cumplen 50 años) patentó el Morey Boogie Board por 10 dólares. Y en el primer año vendió 80.000. Se fue a Carlsbad, California, y lo fabricó durante 20 años antes de vender la empresa. Hoy tiene 85 años y vive en Hawaii, haciendo música.



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