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La Ciudad 30 de julio de 2017

Lavagna: “La política económica no da resultados porque es mala”

El economista advirtió que "hay intereses muy fuertes que se benefician con un esquema económico al que defienden a pesar de que deja al grueso de la población al margen".

En medio de una nueva escalada del dólar, el jefe del equipo económico de 1País, Roberto Lavagna, advirtió sobre la actuación de “capitales especulativos” que frente a la situación de incertidumbre que vive el país han decidido “tomar su ganancia” y no descartó que el incremento del valor la moneda estadounidense se traslade a los precios.

El ex ministro de Economía participó este viernes de la presentación de libro “Argentina presente y futuro” que sintetiza las propuestas económicas del espacio político que lideran Sergio Massa y Margarita Stolbizer, tras lo cual, le dijo a LA CAPITAL que “cualquier precio que suba -en este caso el dólar- en un contexto con inflación alta, seguramente es un problema”

– ¿Por qué ha decidido escribir y publicar junto a Massa este libro en este momento de campaña?

– La inquietud es ver cómo lograr que arranque la economía argentina. La economía argentina lleva 10 años de estancamiento y ese no es un hecho transitorio o casual. Empieza a ser una cuestión estructural y permanece a pesar de cambios de política.

– Políticas marcadamente distintas….

– Ha habido políticas absolutamente opuestas entre los primeros 8 años y en los últimos 2 de este período. Ese es el péndulo argentino que se mueve de políticas populistas a políticas conservadoras y nunca parece encontrar el punto que le asegure a Argentina crecimiento con estabilidad.

– Diez años durante los cuales ha habido algunas buenas oportunidades para alcanzar ese objetivo.

– Sobre todo en un momento en el que internacionalmente ocurrieron dos cosas extremadamente favorables para el país. A partir de 2007 hubo un cambio geopolítico con la irrupción de China que permitió que el principal producto de exportación argentino, que es la soja, que valía 245 dólares, subiera hasta 600 y siguiera teniendo un precio mucho más alto que antes. El otro es el cambio tecnológico en Estados Unidos a través del fracking para explotar el shale gas. Esas dos cosas han impactado sobre el potencial de Argentina, pero ese potencial no se ha podido traducir en un beneficio económico.

– Y en esta década los problemas coyunturales siguen siendo exactamente los mismos: tipo de cambio, deuda, inflación y pobreza.

– Eso es el resultado de no haber encontrado ni unos ni otros el camino correcto. Hubo un primer período de 8 años que fracasó y está cerrado. Sobre él no se puede hacer más nada, salvo estudiarlo para la historia. Sobre el actual, los errores son claros. El ingreso de los argentinos per cápita va a caer en estos dos primeros años un 2%. Ahí todavía hay cosas que hacer y hay que tratar de modificar el rumbo. En estos dos años los otros poderes del Estado, la Corte y el Congreso, se han ocupado de corregir algunos errores del gobierno, atenuándolos. Lo hizo la Corte cuando le puso límite al aumento de tarifas que era del 1000% y lo hizo el Congreso mediante la Ley Pyme y la Ley del Impuesto a las Ganancias.

– ¿Cuán preocupante es para usted el fuerte crecimiento que está registrando la deuda externa?

– No se percibe por el común de la gente pero claramente viene subiendo. El peso de los intereses en el presupuesto, según cifras oficiales, es demasiado grande. Es el único rubro que creció en un 70% este año. Ese es el mejor reflejo de que la deuda está creciendo sin efectos que puedan ser evidentes sobre la economía porque por ejemplo no se ha creado empleo.

– ¿Qué conexión se puede hacer entre el ritmo del endeudamiento y la nueva escalada del dólar?

– Lo de los últimos días es un tema que también hemos vivido en otras oportunidades. Han ingresado al país capitales especulativos. En los primeros 5 meses del año se hicieron diferencias en dólares del 11%, cuando en el mundo a lo mejor se puede conseguir un beneficio del 2%, 3%. En Argentina se pudo ganar tres veces o más en muy poco tiempo. Esos capitales especulativos que no crean empleo ni aumentan la producción se van rápidamente cuando perciben que hay riesgos. En este caso lo que está pasando ahora es que se percibe que ese riesgo está aumentando en parte por el estancamiento económico y en parte por la incertidumbre política. Ahora esos capitales especulativos deciden retirarse tomando su ganancia.

– ¿Considera que el equipo económico está teniendo una visión acertada sobre naturaleza de este tipo de problemas?

– La época de la convertibilidad duró 11 años. Y duró tanto porque no sólo se trata de entender los problemas. También hay intereses muy fuertes que se benefician con un esquema económico al que defienden a pesar de que deja al grueso de la población al margen. No quiero decir que el actual estado de cosas vaya a durar 11 años porque el punto de partida es distinto, pero estos procesos suelen durar tiempo porque hay obstinación desde el punto de vista de conceptual e ideológico, pero sobre todo, porque hay intereses muy fuertes para mantenerlo.

– ¿Cree que la dispersión en la gestión económica sigue siendo un problema?

– Nunca me quise meter mucho en eso porque me parece una distracción. En última instancia siempre hay alguien que coordina. Se lo puede llamar ministro, secretario o subsecretario. Esto de decir que porque la política económica está más dispersa hay peores resultados es un escapismo. Lo que yo creo es que la política económica no da resultados porque es mala.

– ¿Hay que temer porque el nuevo aumento del dólar deteriore aún más el poder adquisitivo?

– En principio hay numerosos convenios con un mecanismo de indexación salarial, la cláusula gatillo, que va a atemperar un poco los malos resultados que vienen del lado de la inflación.

– Y a incrementar costos y gasto público…

– Y bueno, pero cuando una política económica está fuera de foco, está fuera de foco. No es una cosita lo que permite arreglarla. Como en un mecanismo de relojería, cada engranaje tiene que mover al otro de determinada manera. Cuando se habla del dólar por un lado y de los impuestos por el otro, no se llega a ninguna parte.

– ¿Cómo ve a la economía mundial en función de la expectativa de que la economía argentina arranque?

– Los europeos están creciendo más rápido, Estados Unidos está creciendo a una tasa estable y en América Latina hay países como Uruguay, Bolivia o Perú que están creciendo. Hay situaciones diversas. Sí es cierto que Brasil está en una situación complicada en el orden político y económico. Yo creo que hay que tener cuidado sí con algunas asociaciones que se le plantean a Argentina. Hoy la OCDE, este organismo al que país intenta entrar -por ahora ha tenido menos votos que Rumania para lograrlo- está jugando el rol que jugaba el Fondo Monetario Internacional hace algunos años. No nos confundamos. Son organismos en los que se debe estar si se tiene en claro para qué. Si no se corre el riesgo de estar solamente para aplicar las recetas que ellos recomiendan y eso ya lo vivimos.