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Policiales 13 de diciembre de 2025

Robos en casas: una problemática grave resumida en el accionar de una banda

El caso testigo ocurrió en octubre pasado en una casa del barrio Peralta Ramos Oeste. Cuatro de cinco autores del asalto están detenidos y con prisión preventiva.

Imagen ilustrativa generada con IA.

Por Fernando del Rio

Los robos a mano armada en viviendas particulares son uno de los grandes temores de la sociedad. Ser vulnerado en su sitio seguro, de intimidad, es para un ciudadano, un vecino, el extremo de lo que se conoce inseguridad, ya que muchas veces acaba con personas heridas e incluso psicológicamente traumatizadas.

Aunque la fiscalía a cargo de Mariano Moyano trabaja intensamente desde hace ya una década para aplacar esta problemática, con estrategias investigativas de entrecruzamiento de expedientes, seguimiento de bandas e individuos, la cada vez más profunda y degradada realidad termina por imponerse: el delito está en expansión en Mar del Plata y esta categoría no está ajeno a ello.

Nadie debería ofenderse por una verdad: hay marplatenses, nacidos y criados, que entienden que está bien robar y ser violentos contra otros marplatenses. Que compran y venden motos sustraídas, que andan armados, que venden droga, que cometen pequeños robos, que son motochorros o que forman bandas para ir “de caño por las casas”. En términos de pocentaje poblacional son unos pocos, pero hacen mucho daño. Las víctimas, la gran mayoría, son “giles”.

Y si alguien, aún ante la evidencia cotidiana, se ofende, debería manifestarlo y ponerse a disposición de la sociedad para negar esa realidad y esperar la respuesta.

La situación, dramática para algunos, promedio para otros, lógica para técnicos que analizan una ciudad de casi un millón de habitantes, bien puede quedar reflejada en el asalto sufrido por una familia del barrio Peralta Ramos Oeste en el mes de octubre.

Cuatro miembros de la banda de asaltantes -un quinto logró escapar- están presos hasta el juicio oral luego de que la Justicia local concediera la prisión preventiva solicitada por el fiscal de la causa.

A.E. (19 años), D.I. (23), B.R. (24) y J.T. (28) fueron apresados tras una persecución en la que la policía pudo recuperar todo el botín del que se habían apropiado bajo amenazas y por medio de un ardid que bien pudo ser un error o una estrategia: “¡Dale, largá las 100 lucas verdes de los chinos!”, había dicho uno de los ladrones que tenían sometida al matrimonio y a una hija. Las víctimas no tenían idea de qué le estaban hablando, pero los asaltantes consiguieron llevarse 9 mil dólares, más de 200 mil pesos, alhajas y otros elementos de valor.

La preservación de las identidades obedece a que existen otras investigaciones en curso y revelar datos filiatorios podría atentar conta el esclarecimiento posterior.

El análisis de los teléfonos celulares secuestrados aportó un elemento clave para reconstruir la trastienda del asalto. Lejos de tratarse de una acción improvisada, las comunicaciones previas revelaron coordinación, logística y una clara referencia a la existencia de un objetivo definido. En uno de los intercambios, mantenido la tarde anterior al hecho, uno de los imputados escribió sin rodeos: “Ya tengo un pikee”, expresión que para los investigadores no deja dudas sobre la detección previa de una vivienda a robar. Minutos más tarde, el mismo chat sumó otro dato revelador: la necesidad de reunir dinero para cargar combustible y pasar a buscar el vehículo, lo que terminó de delinear el plan operativo.

Durante la madrugada del 23 de octubre, las comunicaciones se intensificaron. A las 00.02, uno de los imputados le avisó a otro que ya estaba “yendo a buscarlo”, mensaje que encaja con la secuencia posterior de movimientos detectados por las cámaras de seguridad. Horas más tarde, a las 6.11, una consulta aparentemente trivial terminó adquiriendo valor probatorio: ante la pregunta de su pareja sobre dónde se encontraba a esa hora, uno de los acusados respondió escuetamente que estaba “en un patio”, frase que la fiscalía vinculó con el período en el que los delincuentes permanecieron ocultos dentro del inmueble antes de ejecutar el asalto.

El entrecruzamiento de llamadas también resultó elocuente. En la mañana posterior al robo, ya con la persecución consumada y el operativo policial en marcha, quedó registrada una llamada perdida entre dos de los integrantes de la banda. Para los investigadores, ese intento de contacto fallido refuerza la hipótesis de desorganización tras la huida y confirma la comunicación constante entre los acusados antes, durante y después del golpe. A esto se sumó la utilización de chats con mensajes temporizados, configurados para autodestruirse en 24 horas, una modalidad que, según los peritos, apunta a dificultar el rastreo de las conversaciones y evidencia un conocimiento previo de mecanismos de encubrimiento digital.

El hecho

Según surge de la investigación judicial, los cuatro detenidos y un quinto hombre no identificado se movilizaron esa mañana a bordo de un Fiat Siena negro hasta las inmediaciones de las calles Bestoso y Ayolas. El rodado quedó estacionado mientras cuatro de ellos descendieron, con el rostro cubierto y prendas destinadas a dificultar su identificación. El quinto permaneció dentro del vehículo, en actitud de vigilancia, cumpliendo el rol de “campana”.

Los cuatro delincuentes treparon una reja de aproximadamente dos metros de altura e ingresaron a una vivienda de la zona. Una vez dentro, no actuaron de inmediato: se ocultaron en el patio interno y aguardaron el momento oportuno para concretar el plan. Se conoce esa modalidad como “La Dormilona”. Minutos después de las 8, abordaron a uno de los moradores cuando salió por primera vez al exterior y lo obligaron a reingresar al inmueble.

Ya en el interior, los asaltantes redujeron a quienes se encontraban en la casa, ataron a uno de ellos con un cable y exigieron la entrega de dólares y objetos de valor. Mientras uno custodiaba a las víctimas, los otros tres recorrieron distintos ambientes en busca de dinero y pertenencias. Consumado el robo, los delincuentes escaparon del mismo modo en que habían ingresado: saltando nuevamente la reja. Uno de ellos huyó a pie, mientras los otros tres corrieron hasta el Fiat Siena, donde los aguardaba el conductor. La fuga, sin embargo, duró poco.

A las 8.45, un llamado al 911 alertó sobre el asalto y brindó la descripción del vehículo. Personal policial que realizaba recorridas preventivas localizó al Siena negro y ordenó su detención. Lejos de acatar, el conductor aceleró y dio inicio a una persecución por distintas calles del barrio. Durante la huida, los ocupantes realizaron maniobras evasivas y se internaron incluso por pasillos de un asentamiento.

El escape terminó abruptamente cuando el vehículo ingresó a la zona de Diagonal Canossa y, tras perder el control, colisionó contra el cordón cuneta, quedando inutilizado. Los cuatro ocupantes descendieron y continuaron la fuga a pie, dispersándose por calles y terrenos baldíos.

Con un rápido despliegue y apoyo de varios móviles, la Policía logró aprehender a los sospechosos en distintos puntos del barrio. Uno fue reducido en la vía pública, otro intentó ocultarse dentro de una vivienda, un tercero fue hallado detrás de una chapa en un terreno descampado y el último fue interceptado a varias cuadras, aún con una mochila en su poder.

Dentro de esa mochila se halló la mayor parte del botín: dólares estadounidenses, pesos argentinos, joyas y un reloj, todos elementos que luego fueron secuestrados como prueba. También se incautaron teléfonos celulares y prendas utilizadas durante el hecho.

Reincidentes

En línea con aquella certeza de que hay personas que exclusivamente se dedican a cometer delitos, trascendió que uno de los detenidos había recibido el 22 de agosto pasado una condena a 8 meses de prisión por un hurto agravado en grado de tentativa.

Más pesado aún resulta el historial de otro de los acusados, quien cuenta con una condena de siete años de prisión dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 3 en 2017. En aquel fallo fue hallado responsable de un homicidio agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, en concurso con la tenencia ilegal de un arma. Esa pena tuvo vencimiento en diciembre de 2023.

Por otra parte, el vehículo Siena había sido robado en el sur de la ciudad el 15 de septiembre último. En esa ocasión tres delincuentes encañonaron al dueño del Fiat y se lo sustrajeron.

Lo preocupante de esta historia es que no es la única.

 



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