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Arte y Espectáculos 10 de enero de 2019

Rottemberg estima que la actividad teatral podría bajar un 40% respecto a 2018

Análisis comparativo con la temporada del año pasado. "La entrada es cara para muchos e insuficiente para producir. Entonces queda el escenario vacío" sostiene el experimentado empresario.

Teatro Auditorium.

Tras la aparición de las estadísticas de venta de entradas entre el 31 de diciembre y el 6 de enero, el empresario teatral Carlos Rottemberg trazó un panorama un tanto pesimista de la situación de la actividad hasta el momento y vaticinó que la temporada, terminará con un decrecimiento importante en comparación con la del año pasado.

En una nota con LA CAPITAL, analizó la situación y  sentenció: “La entrada es cara para muchos e insuficiente para producir. Entonces queda el escenario vacío” y agregó:”El bolsillo de la clase media, el principal “cliente” de esta actividad, tiene otras prioridades, máxime si el regalo de fin de año fue saberse que con el frío llegarán nuevos aumentos.

– En noviembre tituló a esta temporada como la de la “Contracorriente”, agregando que sería un final abierto conocer cuál de ellas se impondría sobre la otra”. ¿Ya se puede saber ese resultado?

– A cada temporada teatral de mis 41 en la ciudad las bauticé previamente. De las últimas, hace dos años la llamé “Cauta”, por ser cuidadoso al saberse que llegarían menos espectáculos y existir salas sin programarse.
Eso ocurrió y con tristeza dio como resultado que fue la peor de la historia. Del máximo de 760.000 boletos vendidos en la temporada 86/87, en la del 2016/2017 se perforó por primera vez el piso de los 200.000 en la suma global de la plaza. La pasada la llamé la temporada “Remada”, a partir de la fuerza que desde antes le imprimió la Provincia, promocionando la ciudad en todo el país y logrando, pauta mediante, que los medios vuelvan a observar con simpatía a Mar del Plata. El resultado fue en alza, dato que se notó desde el primer domingo de enero y terminé dando una definición que La Capital publicó. “si estuviésemos ante el Juego de la Oca, este verano recuperamos tres casilleros (empató a la de 2015), lo que no significa ganar el partido”. Con la misma franqueza de anunciar la baja de hace dos años y el favorable crecimiento de la pasada, la curva de este verano ya indica una caída importante sobre el año pasado, en una temporada que solo será comparativa a la del 2016/2017, sin poder saberse aún si será igual, mejor o peor que aquella. Estimamos que podría decrecer un 40% sobre la última, sabiendo que al último domingo el porcentaje de la baja ya confirmado es aún mayor.

– ¿Qué datos hay de Villa Carlos Paz, para poder evaluar las dos plazas estrella de cada verano?

– Le ocurre lo mismo a los colegas y artistas de allí. El número global es menor que la pasada, con el dato que, a diferencia de Mar del Plata, Córdoba había crecido en 2016/2017 y bajado un 20’% en 2017/18, justo lo contrario a Mar del Plata. O sea que Carlos Paz está teniendo una baja sobre la baja del verano pasado.

Carlos Rottemberg.

Carlos Rottemberg.

– ¿Cuánto influye la programación presentada para que esto ocurra?

– Siempre puede tener una incidencia por sobre la coyuntura económica. Sabemos que una cartelera pobre en propuestas puede ahondar en la elección y baja del público, pero si repasamos lo que se presenta en ambas plazas es improbable bucear en otra dirección que en el aspecto económico: decenas de títulos de todo calibre suben a escenarios de ambas ciudades. Desde musicales fastuosos de producción hasta el mejor teatro independiente. Creo que el bolsillo de la clase media, el principal “cliente” de esta actividad, tiene otras prioridades, máxime si el regalo de fin de año fue saberse que con el frío llegarán nuevos aumentos.

– ¿Qué pasa con el tema del precio de la entrada?

– La entrada promedio en MdP creció menos del 20%, porque al precio nominal se le sumaron infinidad de promociones de todo tipo. Desde organismos oficiales, sindicatos, empresas de todo calibre, carteleras en la vía pública y más formatos permiten acceder al teatro con entradas acomodadas. Pensemos y comprobemos en cualquier computadora que cualquier comedia en CABA cobra el precio más alto de $900. Aquí se puede ver “Chorros” a 600, y los menores de 12 años a sólo 200. El enorme musical Sugar terminó allá hace seis meses a $950 y hoy tiene plateas a $1.000 y $800, además de infinidad de promociones. Una revista grande como la del Atlas cobra menos (la más alta) que una comedia de cuatro actores en Bs. As. Por eso hay salas que volvieron a quedar sin programar.

– ¿Entonces el problema no es teatral sino de la crisis general?

– Cuando una parte se lleva la del otro no es crisis, sino que está mal repartido. Cuando a ninguna de las dos le sirve, eso es crisis. Al que cobra no le alcanza y al que paga le resulta mucho. Eso es crisis y da como resultado el cierre de pequeñas y medianas empresas. En lo nuestro es igual: la entrada es cara para muchos e insuficiente para producir. Entonces queda el escenario vacío.

– ¿Cómo vislumbra el futuro en su actividad?
– En mi caso personal siempre reitero que no miro una temporada puntual sino un recorrido de más de cuatro décadas en lo mismo. Fundamos una empresa teatral en épocas de más afluencia turística y mejor bolsillo, antes de modificarse el hábito vacacional y con menores opciones competitivas. Sigo eligiendo Mar del Plata para trabajar y más aún para vivirla como ciudadano. Estas son épocas para vivir del pasado, tanto en la memoria emotiva como en cubrir con empresas sólidas el déficit económico que arroja el balance. El riesgo es la justificación moral del empresario. Simplemente, lo cumplo.



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