Raverta pasa a la fase combativa y se altera la convivencia política
La ex titular de Anses abandonó la moderación tras la condena a Cristina Kirchner. Resistencia y agitación callejera de su agrupación, La Cámpora, y otras organizaciones kirchneristas. Confrontación sin camuflaje con Montenegro.
Organizaciones kirchneristas protestaron ayer en el puente de Punta Iglesia.
Por Ramiro Melucci
Ni tristeza ni congoja, bronca. Eso fue lo que sintió Fernanda Raverta cuando se enteró lo que hacía meses sabía que iba a pasar: la confirmación de la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos a Cristina Kirchner.
La principal alumna de la ex presidenta en Mar del Plata estuvo toda la semana en Capital Federal, cerca de su conductora. Entró una y otra vez a la sede del PJ, fue y vino a la casa de CFK, escuchó cada fragmento de sus discursos y empezó a vivir, in situ, el cambio de fase que experimenta el kirchnerismo. El salto de la oposición a la resistencia.
Una fase que está asociada intrínsecamente con la agitación, con un clima diferente, más hostil. Primero se vio en Buenos Aires, con los destrozos en TN y las pintadas de La Cámpora contra Héctor Magnetto, el CEO de Clarín. Enseguida también hubo evidencias en Mar del Plata. Varias: la vandalización de los juzgados federales, las pintadas en la Facultad de Derecho, el local de La Libertad Avanza y la sede del Ente de Turismo; la toma de la Facultad de Humanidades, el corte de la ruta 2, la manifestación en el puente de Punta Iglesias.
El pase a la etapa combativa de las huestes cristinistas fue confirmado por la propia Raverta en la áspera respuesta a un posteo de Montenegro contra el corte de la ruta 2, de la que participaron algunos de los soldados de la causa, entre ellos los ex concejales Roberto “Chucho” Páez y Roberto “Tata” Gandolfi. Señal de que no está sola en esa sintonía. “Todo vale para defenderse de Milei”, lanzó como consigna Emilio Pérsico, el líder del Movimiento Evita, y uno de sus discípulos, Facundo “Apache” Villalba, fue uno de los que encabezó el corte de ruta en el inicio del fin de semana largo.
Si desde los inicios de su conducción Raverta había cultivado la moderación como un modo de conquistar a los sectores medios que en esta ciudad son decisivos en cada elección, la condena de CFK le puso un fin abrupto a esa estrategia e inauguró otra, en la que la confrontación con Montenegro se produce sin camuflaje de ningún tipo. Es un momento singular porque el intendente también había sepultado su moderación inicial, su vocación de consenso, para parecerse a Javier Milei.
La consecuencia de tanta intensidad será una polarización más marcada de cara a un proceso electoral al que le han cambiado las fichas de lugar. CFK no será candidata a diputada provincial en la tercera sección electoral, como había anunciado en la semana previa a su condena, sino que buscará conducir el proceso desde su lugar de detención. Y la unidad que comenzaba a emerger tras la reunión de la ex vicepresidenta con el gobernador Axel Kicillof ya parece en vías de consolidarse: los gestos de acompañamiento significaron en el peronismo una tregua que difícilmente alguien pueda romper sin ser tachado de traidor.
No está del todo claro, por lo tanto, cómo el mandatario provincial podrá mantener su disputa por la conducción, que venía de poner un mojón con el lanzamiento del Movimiento Derecho al Futuro.
El intendente también había sepultado su moderación inicial para parecerse a Javier Milei. La consecuencia de tanta intensidad será una polarización más marcada de cara a un proceso electoral al que le han cambiado las fichas de lugar.
No solo en la calle se empezó a ver un paisaje distinto. El Concejo Deliberante debía realizar el jueves pasado su tercera sesión ordinaria del año. En el orden del día figuraba, entre otros asuntos, el proyecto del Ejecutivo para que haya servicios de gastronomía en los centros culturales administrados por el municipio. En la reunión del miércoles de los jefes de bloque, Miguel Guglielmotti (Unión por la Patria) transmitió un pedido de cuestión previa por parte de la presidenta de su bloque, Mariana Cuesta, que estaba en Buenos Aires junto a Raverta. Iba a hablar, claro, sobre la decisión de la Corte Suprema. Y no iba a estar sola: la acompañarían todos los militantes que pudieran caber en la barra del recinto.
Parecía innegable que la sesión, si se hacía, podía desmadrarse. El oficialismo intentó una suerte de negociación: se comprometió a no responder las palabras del bloque K si no se mencionaba a Mauricio Macri. Imposible: el kirchnerismo le adjudica al ex presidente y a grupos de poder la deriva judicial de la ex mandataria. Por eso no hubo acuerdo y la sesión se cayó. Con el detalle de que no se pospuso para la semana que se inicia –porque la presentación de CFK en Comodoro Py podía generar un clima aún más conflictivo–, sino para la siguiente.
Para el kirchnerismo el momento exige un monotema. Y eso puede profundizar las diferencias con otros bloques cercanos, como el de Acción Marplatense, que al día siguiente de la condena ya había vuelto a la agenda cotidiana con un cuestionamiento a la política de Montenegro sobre la gente en situación de calle.
El nuevo clima político encuentra al jefe comunal en plena negociación electoral con La Libertad Avanza. El lunes, poco antes de que la ex presidenta diera su discurso en el PJ, el intendente acompañó a Cristian Ritondo y Diego Santilli en una nueva reunión con el libertario Sebastián Pareja en Buenos Aires.
El titular de LLA en la provincia planteó que el frente electoral se llame “Libertad Avanza” y que el color de la boleta (si es que finalmente no son blanco y negro) sea violeta sin vivos amarillos. En esa discusión marco, que según los voceros del PRO todavía no está saldada, Montenegro empieza a garantizarse una consideración especial en el poroteo de cargos y lugares en las listas. ¿La misma que los demás intendentes del PRO? “No de todos”, confiaron a su lado, en alusión a aquellos que todavía no hicieron los suficientes gestos de acercamiento al partido del Presidente.
La negociación de Montenegro con los libertarios no solo incluye su lugar en el tablero político: también al resto de la nómina para el Senado provincial, a la lista de concejales y al gabinete municipal.
El destino del intendente todavía está abierto. Las opciones que se conocen desde hace tiempo son las que todavía están sobre la mesa: la candidatura testimonial a senador provincial por la quinta sección electoral y el Ministerio de Justicia. Podría existir alguna otra variante, pero no asoma con nitidez.
Ese lugar de privilegio podría tener que compensarlo en las otras aristas que contempla la negociación. Incluye al resto de la nómina para el Senado provincial, a la lista de concejales y al gabinete municipal. Una negociación en la que también tallará el marplatense Alejandro Carrancio, vicepresidente de La Libertad Avanza en la provincia.
A la escena le falta otro actor: el senador Maximiliano Abad. Si su sector del radicalismo acuerda o no con La Libertad Avanza (conversaciones no faltan) no solo será un dato electoral, sino también un hecho central para los dos últimos años del gobierno municipal del PRO. O sigue gestionando con radicales y libertarios o cambia definitivamente de socio.
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