La Zona

Rubén Fangio: “Yo sabía que él era mi padre y él sabía que yo era su hijo”

"En el '63 me entero de mi verdadera identidad", recuerda el hijo de Juan Manuel Fangio. Muestra una prudencia, un amor y un respeto a su padre biológico que provocan que no lo juzgue.

Por Sebastián Plaza

BALCARCE (Corresponsal).- Rubén Fangio vivió gran parte de su vida en la localidad de Cañuelas pensando que Juan Manuel Fangio era su padrino y que su padre era Pedro Antonio Vázquez.

Sin embargo, a medida que fue creciendo su gran parecido físico con el quíntuple campeón del mundo de Fórmula 1 fue dejando dudas sobre su identidad. Tan símiles eran sus rasgos y hasta su tono de voz que todo aquel que lo veía le decía: “Sos igual a Fangio”.

Hasta aquí sólo se conocía públicamente que su madre Catalini Basili, quien falleció a fines de 2012 a los 103 años de vida, le había confesado tiempo antes que su llegada al mundo se debía a una relación extramatrimonial que había tenido con el “Chueco”.

Sin embargo, Rubén le confesó a LA CAPITAL durante una larga charla desarrollada en el Museo Fangio -en la presentación de un rally de Asturias- que sabía que Fangio era su padre y que él también conocía que era su hijo.

“Tuve una charla muy corta con mi padre cuando yo fui a verlo por otro tema que me lo voy a guardar.  Yo sabía que él era mi padre y él sabía que yo era su hijo”, recordó.

Si bien no contó detalles del encuentro que mantuvo con el pentacampeón mundial dejó trascender que durante esa charla los dos sabían cuál era su verdadera relación aunque tampoco confirmó si en ese momento lo pudieron hablar entre ellos.

“En el ’63 me entero de mi verdadera identidad”, aseguró Rubén. Aunque claro pasaron muchos años para que se decidiera a confirmarlo y luego atravesar varios escollos para que lo pudiera demostrar. Recién lo pudo comprobar el 3 de febrero de 2016 cuando le dieron el resultado del ADN en un juicio de filiación iniciado por el doctor Miguel Ángel Pierri.

Sin rencores

Rubén -que acaba de cumplir 80 años- muestra una prudencia, un amor y un respeto a su padre biológico que provocan que no lo juzgue. Esto pese a que en vida conociera de su existencia y que la relación se diera bajo un “padrinazgo a distancia” con poco contacto. Inclusive, el cañuelense reconoció que una vez lo fue a ver para que lo recomendara en la empresa Mercedes Benz y lo tomaran como empleado pero esa gestión no prosperó.

“No le guardo rencor a mi padre aunque sí lamento que las circunstancias se hayan dado de esta manera. Entiendo que era otras épocas y otro momento”, reflexionó.

En tanto, opinó que su padre “se habrá asustado o preocupado, que se yo. Tal vez lo que no se asustó en las carreras se asustó en ese momento. Qué cosa extraña no?”. Y agregó: “son cosas que pasan: uno no elige cuándo ni dónde nacer, a mí me tocó esto”.

Pese a todas estas circunstancias Rubén siente orgullo por sus dos padres. “Sé que mi padre ha sido un piloto extraordinario, el más grande del mundo y me llena de orgullo. También me llena de orgullo que el padre que me crío fuera una gran persona: tengo un orgullo doble”, afirmó.

Su lucha 

Rubén tuvo una larga lucha para demostrar que era hijo de Juan Manuel Fangio. “Fue pasando bastante tiempo y con algunos inconvenientes en el camino y luchando con una ruta con troncos grandes que me pedían avanzar”, bromeó.

En el 2015 se hizo la exhumación de los restos de Fangio en el cementerio de Balcarce, el 3 de febrero de 2016 le dieron el resultado del ADN y en el 2017 le otorgaron el documento de identidad. Desde el inicio del juicio que fue en el 2005 recién en el 2017 pudo tener el DNI: “Fue un disparate total el tiempo que transcurrió”, sostuvo.

Al respecto, consideró que “cuando sos joven tal vez no haya tanto apuro. Yo tampoco era que tenía apuro pero sí una necesidad interior de conocer mi identidad. Me tocó vivir ese recorrido pero interiormente sabía quién era mi padre pero había que demostrarlo”.

Sus dudas afrontaron en el ’95 justo el mismo año que falleció Juan Manuel Fangio luego de una larga dolencia. “Fueron una sucesión de cosas las me abrieron los ojos. Mi padrino era el ‘Chueco’ pero todos me decían que yo era muy parecido: pensé acá hay algo más que una coincidencia…”, añadió.

En ese marco, indicó que tardó mucho tiempo en ir a la Justicia y es el día de hoy que aún se arrepiente. “Me arrepiento de haber perdido tanto tiempo, por eso siempre dejo un mensaje: aquel que tiene alguna duda sobre su identidad que la busque porque es necesario. Luego el corazón que haga lo que crea conveniente”.

Sentimientos

Rubén Fangio no oculta su nostalgia por no haber podido compartir una relación de padre e hijo con Juan Manuel y hasta quien sabe si eso hubiera ocurrido si él mismo no se hubiera consagrado también en el automovilismo bajo los consejos y la experiencia de su papá.

“Por supuesto que me hubiera gustado conocerlo un poco más. Vos imagínate que yo me perdí muchas cosas: seguramente cualquier persona de Balcarce conoce muchos más de su historia que lo que puedo conocer yo porque me tocó vivir en otra ciudad”, enfatizó.

Y resaltó que “no pude mamar eso del automovilismo” y también que “recién ahora le pude tomar un poco el gustito pero el tiempo corre y los momentos se acortan. Ya estoy grandecito y hay muchas cosas que ya no se pueden remontar ni rebobinar”.

En ese marco, se mostró complacido de que al menos “sé quien soy: con un padre biológico y un padre que me crío, que no es poca cosa”, se ríe.

La herencia

Nunca se supo bien a ciencia cierta el monto de la herencia de Juan Manuel Fangio y tampoco cuál fue su destino teniendo en cuenta que al momento de su muerte todavía no se había certificado la existencia de sus tres hijos: Rubén Vázquez, Oscar Espinoza y Juan Rodríguez, ahora todos Fangio, por supuesto.

“En general todo se hace alrededor de lo económico pero no es algo con lo que uno tiene que desesperarse sino ocuparse.  Si se puede generar una diferencia económica bienvenida sea porque podés ayudar a alguien. No es lo que me preocupa”, indicó Rubén ante la consulta.

Y contó que “cuando yo le conté esto a un amigo con el que casualmente di los primeros pasos en este tema de mi identidad me dijo: ‘Rubén si vos vas detrás de la plata estás en el horno’ y le dije, quédate tranquilo que no voy a  estar en el horno”.

En tanto, apuntó que “el tema de la herencia sería muy largo de hablar y necesitaríamos horas. Igual te digo que hablamos de una herencia que prácticamente no existió o si existió fue quedando en el camino. Pero no me quitaba el sueño, más me quitaba el sueño el hecho de tener una identidad porque es el sentimiento que tiene uno sobre sí mismo y lo que lo hace distinto del resto de las personas”.

Sin cambiar

En el tramo final de la charla también habló sobre la posibilidad de que al ser Fangio le haya cambiado la vida en alguna medida. Sin embargo, aclaró que “a mí lo único que me cambió fue el DNI: sería un tonto si hubiera cambiado mi personalidad por tener otro apellido. Siempre fui de la misma forma y no tuve diferencias. Solamente me pasa que justamente por esta circunstancia me estás haciendo esta nota”.

Por último, Rubén Fangio indicó que tiene las mismas amistades y alguna más que se sumó por su cercanía con su Balcarce natal y los eventos a los cuales es invitado. “Esto me ha llevado a compartir instancias con otra gente pero nada más”, concluyó.

 

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