“Por fin podré tocar y cantar en vivo las canciones que he estado componiendo durante la etapa de aislamiento”, dice Salomar, el cantante y compositor que se presentará mañana miércoles a las 21 en el Soundroom del complejo Chauvín. No se trata de una fecha más: nunca lo es para el marplatense que recibió un premio Estrella de Mar el verano pasado en el apartado “Mejor espectáculo de música marplatense”.

Es que justo el 27 de abril el compositor cumplirá 38 años. Por eso habla de generar una verdadera celebración. Las canciones nacidas en la cuarentena están integradas en el nuevo EP Family Game y en dos simples. Ellas sonarán en la noche del miércoles junto a otras “de las primeras épocas”. Se centrará en aquellas menos escuchadas en vivo.

“El show está pensado como una celebración. Ese día es mi cumpleaños y pasarlo arriba del escenario es algo maravilloso para mí”, reconoce a LA CAPITAL.

Junto a su compañera de vida Nayla, Salomar lleva adelante su proyecto musical y familiar. Además de ella en la ejecusión del bajo, la banda estará integrada por Ramiro Martínez en batería, Ignacio Po en guitarra eléctrica y Martín Cabello en teclados.

“Family Game es la expresión lírica y sonora de lo que descubrí y redescubrí puertas adentro durante el período de aislamiento mundial. Transformé lo cotidiano en canción, particularmente para con cada integrante de la familia”, recuerda sobre los orígenes de este EP.

“Las sesiones durante las cuales se grabó el material fueron parte de ese proceso familiar. Compuse y grabé todo junto y de a ratos, como en los mejores tiempos. No necesité del silencio, sino que por el contrario, la inspiración fueron les niñes andando alrededor”, agrega el músico, que es padre de dos hijos y una hija.

Más que de etapa, Salomar hablar de ciclo. Un ciclo familiar que arrancó hace ocho años y “continúa en el presente creciendo en amor e intensidad”. “La familia, la pareja, mi hijo y mis hijas, todo un magma que hace que la magia suceda en mi vida. De ese bienestar, que pareciera no pender de lo terrenal, ha venido naciendo la inspiración de los últimos tiempos. Para la música y para los proyectos en general”, asegura.

-¿De qué manera impactó la pandemia en tu obra y en tu música?

-En pandemia volví a componer para mí. Volvió la sinceridad musical, se destrabaron cosas que indudablemente quedaban por destrabar, y se hizo lugar para el disfrute sin presiones. Todo lo que hice fue similar a los primeros tiempos, en los que la inspiración brotaba y solo importaba ir plasmando, con más paciencia y disfrute esta vez, lo que iba llegando. Con más herramientas, con más certezas con menos pretensiones y menos restricciones.

-¿De qué manera ayuda un Estrella de Mar?

-Haber ganado un premio Estrella de Mar fue una emoción muy grande. Lo sentí como un abrazo, como una palmada en la espalda luego de más de veinte años de trayectoria en la ciudad. Un reconocimiento genuino y no buscado. Porque fue la primera vez que me postulé con un espectáculo mío, de mis canciones, en el que reuní toda mi obra y desempolvé algunas melodías de escollera. Por ello, haber ganado la categoría de Espectáculo de música marplatense lo hace aún más lindo. Durante mis primeros discos, solo hacía música marplatense, en el sentido literal de la palabra. Lo viví de manera muy intensa. Disfrutándolo junto a mi compañera, bajista de ese espectáculo, y a mi hija Yoko, que asistió también a la ceremonia. Ensayar y tocar como familia es hermoso y también a veces muy complejo por eso fue lindo poder compartir ese momento junto a ellas.