Misas, procesión, bendiciones y rezos por doquier formarán parte de la celebración al patrono del trabajo hoy en la ciudad, bajo el lema “Peregrinamos, con San Cayetano, sembrando esperanza”. La misa central se celebrará al aire libre en la esquina del santuario, ubicado en Moreno 6776.

Como cada año, la fiesta cristiana en honor al Patrono del Pan y el Trabajo comenzaron con el primer minuto del día de hoy. Anoche se abrieron las puertas del santuario e ingresaron los peregrinos para –después de entonar las estrofas del Himno Nacional– escuchar la primera misa de la jornada, a la que sucederán otras a lo largo de la mañana y la tarde. “Ninguna de las actividades se suspenden por lluvia”, aclaró el párroco del santuario, el padre David Ochoa.

En tanto, ayer a las 23.30 se inició la festividad, con una vigilia, que devino a medianoche en la apertura de las puertas y el ingreso al templo. Hubo los rezos correspondientes y un pedido al extinto papa Francisco por los que menos tienen.

Después comenzó el paso de los peregrinos para saludar, agradecer y pedir frente a la imagen de San Cayetano. Y las puertas permanecieron abiertas toda la noche.

Juntos

Sobre el lema de la convocatoria, “Peregrinamos, con San Cayetano, sembrando esperanza”, el párroco explicó: “Lo elegimos especialmente para Mar del Plata en alusión a la idea de caminar todos juntos, no solos, sin dejar a nadie en el camino. Y sembrar el trabajo se refiere al esfuerzo, el sacrificio, y la esperanza por el Jubileo del Año de la Esperanza, que es un tiempo de perdón”.

Esta es la primera celebración de Ochoa como párroco del santuario y la describió como “una experiencia nueva, con mucha movilización de tanta gente que viene a compartir esta fiesta”.

Previo a la procesión, en la esquina de Colón y Nasser, a las 14.30 la Banda de Música de la Armada dará la bienvenida a los peregrinos ejecutando diversas piezas del cancionero popular.

Impulsora

En el santuario de San Cayetano fue ubicado un cuadro nuevo y especial: el de María Antonia de Paz y Figueroa, Mama Antula, canonizada en febrero del año pasado por Francisco y convertida en la primera santa argentina.

“Ella trajo la imagen de San Cayetano de Europa a la Argentina –contó Ochoa– y se la asocia al pan y al trabajo porque en esa época había una gran sequía y Mama Antula le decía a la gente que le recen a él para que llueva en el campo”.

Entonces, la fe obró “y comenzó a llover”. “Por eso se le agregó la espiga del trigo, que solo acá en Argentina la porta el santo”, mencionó Ochoa.