La Ciudad

Sanar con lectura: el HIGA y una biblioteca nacida de la solidaridad

Se encuentra en el área de Salud Mental y era una solicitud de las personas allí internadas. Se creó a partir de un proyecto de las residencias de Trabajo Social y Psicología.

Creatividad”, reza una leyenda pintada con colores estridentes sobre uno de los muebles de la residencia de Salud Mental del Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), la cual ahora cuenta con una flamante biblioteca que fue posible gracias a la solidaridad de distintos vecinos que se acercaron a donar libros.

Justamente creatividad fue la que emplearon dos jóvenes residentes del nosocomio para responder a un pedido que se repetía entre las personas allí internadas: textos para hacer más llevadera la estadía en esa zona del HIGA.

“La idea surge de la demanda de los usuarios, que querían leer cuentos cortos, poesías o novelas. En base a esa escucha activa que se da por las residencias, y el trabajo interdisciplinario, se pensó en realizar una colecta de libros para la construcción de una biblioteca”, le comentó la residente de Trabajo Social, Mercedes Carballo, a LA CAPITAL, quien, junto a su par de Psicología, Vanesa Garzia, fueron las impulsoras del proyecto.

Para materializar su idea, Carballo y Garzia le solicitaron ayuda a toda la comunidad a través de un medio poderoso, masivo y al alcance de todos: las redes sociales. Lo que no sabían, era la grata sorpresa que iban a llevarse tras realizar su pedido.

“Lo publicamos en las redes sociales, en Instagram y Facebook, esos fueron los únicos medios. Teníamos en mente imprimir los flyers y repartirlos en diferentes puntos de la ciudad, pero a lo largo de una semana nos encontramos con que la convocatoria había superado ampliamente nuestras expectativas”, recordó Carballó y agregó: “En un momento ya no tuvimos más espacio, por lo que tuvimos que cerrar la convocatoria”.

Una compañía

“Si tenés un libro, no estás solo”, solía decir el recordado locutor y periodista Luis María Stanzione y su frase parece explicar la necesidad de lectura que presentaban los pacientes del área de salud mental, a quienes desde la llegada del Covid-19 les restringieron las visitas. Quizás no querían sentirse solos. El tiempo demostraría que no lo estaban.

“La pandemia nos afectó a todos y principalmente al área de internación porque se restringieron las visitas de los familiares y eso era un gran apoyo”, manifestó al respecto la psicóloga Garzia.

No obstante, la residente resaltó que la biblioteca será de ayuda porque “la lectura tiene un alcance muy lindo en ellos”.

“La idea es que los libros no se pierdan, que los puedan leer en la internación y en caso de que estén muy interesados y se los quieran llevar, tener ese seguimiento, porque nosotros con los pacientes luego del alta seguimos en contacto”, apuntó.

Internación

El área de Salud Mental del Higa cuenta con entre 50 y 60 camas de internación, divididas en salas de hombres y mujeres. Allí trabajan, además del personal de planta, las residencias de Trabajo Social, Psicología y Psiquiatría.

Garzia explicó que las internaciones son “lo más breve posible, no duran más de un mes” y que con ellas “se busca de algún modo poder resocializar y reconstruir los lazos con el afuera”.

“Con Trabajo Social y Terapia Ocupacional se ayuda mucho en buscar alternativas artísticas o laborales. También se gestionan pensiones. En fin, es un espacio en el que se trabaja para que cuando salgan estén lo mejor posible”, precisó.

En este contexto, ambas residentes coincidieron en que comenzó a cambiar la percepción sobre las personas con padecimientos psiquiátricos.

Para Garzia, esto “ayudó mucho a que la gente pueda entender un poco más qué es el padecimiento mental y colaboró en que no se les tenga tanto miedo” a quienes lo sufren.

Si bien considera que aún hay un camino por recorrer, la psicóloga manifestó que actualmente se registra un “entendimiento mayor por parte de la sociedad de que son sujetos de derecho”.

Presentación

Por último, las residentes comentaron que aún no les presentaron la biblioteca a los pacientes porque se encuentran en el proceso de realizar un inventario de los libros.

En este sentido, Carballo indicó: “Si bien ya tenemos todos los libros que necesitábamos, ahora tenemos que registrarlos, codificarlos y armar un inventario para saber que textos tenemos y, cuando los usuarios quieran leer, orientarlos en lo que hay disponibles”, explicó.

A su vez, la trabajadora social destacó: “Lo que me parece súper interesante es que se los haya escuchado a ellos. La sociedad se acercó y se superaron las expectativas de todos”.

“Creatividad”, la palabra pintada con colores estridentes sigue destacándose en el servicio de Salud Mental. Y lo bien que hace, porque fue lo que disparó un proyecto de dos jóvenes entusiastas, el cual se materializó gracias a la solidaridad de una sociedad que se une rápidamente ante causas nobles. Ahora, los pacientes tienen sus libros y, lo más importante, no están solos.

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