La Ciudad

Sarasanegro y Furia, las primeras cocinas certificadas de Mar del Plata

Después de un largo camino de trabajo, formación y cuidado, Sarasanegro y Furia se convirtieron en las primeras cocinas certificadas de la ciudad. “Un reconocimiento al esfuerzo colectivo y a la voluntad de seguir elevando los estándares de nuestra gastronomía”, expresaron.

Después de un largo camino de trabajo, formación y cuidado, Sarasanegro y Furia se convirtieron en las primeras cocinas certificadas de Mar del Plata. 

Una certificación que no solo avala procesos, sino una forma de entender la cocina: con respeto, precisión y amor por quien se sienta a la mesa. “Porque detrás de cada plato hay un equipo que elige hacerlo bien, para que cada ingrediente llegue seguro, íntegro y lleno de vida al comensal”, expresó el restaurante, que definió este logro como “un reconocimiento al esfuerzo colectivo y a la voluntad de seguir elevando los estándares de nuestra gastronomía”.

El proceso de obtención de esta certificación les tomó casi un año. “Empezamos primero en Sarasanegro y después lo transmitimos a Furia”, detalló Fernanda Sarasa.

Este camino “fue un poco duro al principio, pero por otro lado fue algo que siempre quise, no la certificación, sino esta forma de trabajo. Que todo esté rotulado, etiquetado. El orden, el profesionalismo”, contó Patricio Negro, chef de Sarasanegro y Furia.

Y reveló: “Me generaba un poco de resistencia el hecho de que te quita un poco de flexibilidad y que obviamente hay que dedicar mucho tiempo a cosas que no tienen que ver con lo que nosotros hacemos. Hoy ya forma parte de la cultura, cómo nosotros queremos trabajar y eso para mí es oro puro”.

“Bueno, en las cocinas lo que se hacen es cocinar, no es sentarse a llenar registros, pero se convirtió en cultura”, explicó Carolina González, asesora en calidad e inocuidad de alimentos, quien los acompañó durante el proceso de certificación. “Es una cultura de trabajo que ya es muy fácil transmitirla”, agregó.

Que las cocinas estén certificadas para el comensal es sinónimo de seguridad, aseguró Sarasa, y afirmó: “Llegamos a lo máximo que podíamos”.

“Primero lo hacemos para nosotros, después lo hacemos para el cliente y por último, creo que Mar del Plata también se beneficia de algo así”, añadió Patricio Negro.

El próximo reto es que la certificación se convierta en una constante. “Que año a año nos vengan a certificar, que sea básicamente un trámite y no tener que arrancar de cero”, deseó.

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