Con el acto formal, que ofició de bienvenida a los más de 4.500 inscriptos de todo el país, ayer quedó inaugurado el “42° Congreso Argentino de Pediatría” bajo el lema “Creciendo Juntos”. El encuentro científico se extenderá hasta mañana en los salones del Gran Hotel Provincial y contará con varios invitados extranjeros.

El presidente del congreso, doctor Carlos Wahren, se mostró muy contento por la cantidad de inscriptos “en estos momentos, con la situación tan difícil, tanto para los pediatras como para la gente en general” y celebró la convivencia “entre los médicos más jóvenes y los de muchos años que buscan enriquecerse en este intercambio de variedad de temas”.

En su discurso de apertura, el pediatra resaltó “la importancia de la prevención, como con las vacunas, que nos preocupa porque hay niveles sub óptimos, los niveles no son buenos y eso depende del Estado”.

“Nosotros prevenimos un montón de cosas, un montón de patologías del adulto -enumeró-, como la hipertensión, la hipercolesterolemia, la osteoporosis, las enfermedades del síndrome metabólico tan común hoy que terminan afectando la calidad de vida”.

En ese sentido, destacó que resulta “más fácil prevenirlas desde la pediatría que tratarlas en los adultos, con una buena dieta, sobre todo en los primeros mil días y evitando la comida superprocesada y el agregado de sal”.

El temario de las tres jornadas abarcan temas muy amplios, que van desde “las patologías prevalentes, patologías infecciosas y de riesgo intensivo a otros que toman el rol social del pediatra, que también es muy importante”.

“Creo que los pediatras -analizó ante LA CAPITAL- , como decía el gran maestro de la Pediatría Carlos Gianantonio, somos los abogados de los chicos junto a los docentes, que los defendemos en las distintas causas y riesgos que hoy en día en el mundo y en nuestro país son muchos. Siento mucho orgullo y responsabilidad por nuestra tarea”.

En ese sentido, más allá del rol científico, el profesional describió que “además de atender a los chicos, escuchamos y contenemos a los padres, e incluso a los abuelos, que muchas veces se angustian el doble: por sus nietos y por sus hijos. Tenemos también un desarrollo de empatía especial para poder ir pivoteando entre generaciones”.

Especial

Sobre la especialidad que ejerce desde hace 46 años en el Hospital Italiano de la ciudad de Buenos Aires, el doctor Wahren consideró que “es muy especial, tratamos de usar usar esa mirada amplia que es un poco la escuela de la pediatría argentina”.

“Estamos orgullosos -aseguró- y merece un reconocimiento que no se si lo tiene, por la retribución que en muchos casos es inadecuada, por parte de las prepagas y las obras sociales, y estamos sufriendo mucho por cosas que vemos como el maltrato que se ejerce sobre la institución pediátrica más importante del país que es el Hospital Garrahan. Creo que son todas cosas por las que peleamos y seguramente van a mejorar”.

Hoy en el país, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) nuclea a “unos 17 mil pediatras”. “Hay muchos concentrados en las grandes ciudades y hay menos en los lugares más alejados, dónde a veces el rol de ocuparse de los chicos lo tiene el médico generalista o de familia”, precisó el especialista.

En el 42° Congreso Argentino de Pediatría, además del temario netamente científico, ayer se comenzaron a abordar “temas como el cuidado del medio ambiente, porque no es que los pediatras tengamos la posibilidad de actuar directamente, pero sí en este rol de abogados para luchar contra el negacionismo climático, porque los chicos son los más expuestos. Según Unicef, este tema es la mayor amenaza para ésta generación”, explicó.

En cuanto a otros conflictos sociales actuales, como la pobreza o la ludopatía infantil, el profesional consideró que “afecta un montón y por eso preparamos mesas especiales con estos temas y hasta hicimos un taller sobre las apuestas ayer (por el viernes) en el colegio Don Orione. Buscamos ver que respuestas podemos aportar dentro de lo posible, porque las soluciones tienen que ver con medidas políticas”.

Y, en ese sentido, se refirió al “estrés tóxico”al que se ven sometidos los chicos y adolescentes: “Tienen que ver con estar sometidos a un medio contaminado, a veces con mamás sola o padres vulnerables, con poco o nulo acceso a una buena educación, y todo eso actúa sobre su desarrollo y tiene consecuencias en la salud. Son soluciones complejas que nos preocupan mucho”.

También, a lo largo de tres jornadas, se abordarán temas como “el impacto de la Inteligencia Artificial, si nos va a hacer mejores o peores médicos o cómo podemos hacer para que nos haga mejores y nos nos paralice el cerebro. Son herramientas que depende el uso que le des. También haremos diversos talleres y todo en pos del lema de la SAP ´Por una niñez sana en un mundo mejor´”.