Opinión

Semana del parto respetado

Por Sandra Marañón

“Para cambiar el mundo hay que cambiar la forma de nacer”

Michel O´dent

Desde esta frase nos convoca Michel O´dent a pensar la forma de nacer, a pensar el parto. Del 17 al 24 de Mayo visibilizamos la semana del Parto respetado, un logro en la adquisición de derechos de las personas gestantes y sus familias. Es por este motivo que desde 17 al 24 de mayo todxs aquellxs que trabajamos en el área de la salud perinatal manifestamos nuestra decisión de acompañar las personas gestantes y sus familias en la protección y promoción de sus derechos.

La semana del parto respetado tiene sus comienzos en el año 2004 en Francia, iniciativa propulsada por la Asociación Francesa por el Parto Respetado y desde entonces se replica en distintos países con un objetivo principal: visibilizar el modo en que se atienden partos en todo el mundo, promover y exigir el cumplimiento de derechos vinculados al nacimiento .Propone además problematizar, interpelar el paradigma médico hegemónico y tener una mirada de la salud integral, cuestionando los costos de atención de los procesos de salud-enfermedad, el aumento de la intervención médica en comportamientos sociales, y la falta de abordajes interdisciplinarios que contemplen las necesidades intelectuales, emocionales , sociales y culturales de las familias y las decisiones que ellas tomen.

En nuestro país fue sancionada y promulgada en el año 2004 la Ley 25.929, reglamentada en el año 2015.Esta ley, ley que defiende los derechos de las personas gestantes, lxs recién nacidos/as y sus familias al momento del trabajo de parto, parto y post parto, menciona los distintos derechos que deben garantizarse a los protagonistas de este proceso.

Cuando hablamos de “parto respetado” o “parto humanizado” nos referimos al respeto por los derechos de las personas gestantes, los niños y niñas y sus familias en el momento del nacimiento. Es esencial el respeto por la singularidad de cada familia – sus creencias, su nacionalidad, sus saberes- y este respeto se hace realidad cuando pueden ser autónomas en la toma de decisiones, seguras e informadas.

Tener un parto respetado implica generar un espacio familiar donde la persona gestante y el recién nacido/a sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible. Esto es respetando los tiempos biológicos y psicológicos de ese proceso, poder decidir cómo parir, con quien estar acompañada, poder expresar las emociones que acompañan a ese momento, estar informadas de las intervenciones y evitar prácticas innecesarias. No ser discriminada y promover que el vínculo con su bebé no se vea perjudicado. Todo esto fundamental para que el parir no sea patologizado.

Al sancionarse y reglamentarse la ley de parto humanizado se observó la progresiva adecuación de los estados provinciales a la implementación de la misma pero aún queda un gran camino por recorrer, por ejemplo la adecuación de las instituciones y el ambiente que requiere una persona gestante en el momento del parto.

Con mayor dificultad de acceso en los grupos en situación de vulnerabilidad que no acceden a la información de sus derechos, no solo con aquellos que tienen que ver con el momento del parto. Poner en práctica esta ley implica un cambio de subjetividad que acompañe la letra escrita. Es trabajar en red, con las familias, las comunidades, los profesionales de la salud teniendo como faro el respeto a la dignidad, la autonomía, la intimidad, la historia singular, su cultura y saberes.

 

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