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La Ciudad 26 de junio de 2022

La Iglesia consideró “inaceptable” el número de personas en la pobreza

La Conferencia Episcopal Argentina advirtió que "la concentración excesiva de riqueza desalienta el empleo" y advirtió que pese al crecimiento económico "sigue habiendo un número inaceptable de hermanos en situación de pobreza". La iglesia pidió "profundizar las políticas de redistribución del ingreso" para "cerrar la brecha social".

Este domingo se desarrolló el tercer y último panel de la Semana Social 2022 con Raúl Reyes, Hugo Godoy, Guillermo Moreno, Daniel Menéndez y Monseñor Eduardo Scheinig.

La Conferencia Episcopal Argentina tildó de “inaceptable” a la cantidad de familias en situación de pobreza y advirtió que, pese al crecimiento económico, “es angustiante la necesidad de tierra, techo y trabajo que tiene gran parte de nuestro pueblo”, según expresa el documento presentado este domingo que reúne las conclusiones finales de la Semana Social 2022 realizada en Mar del Plata.

Luego de tres días de deliberaciones en el Hotel Intersur 13 de Julio de nuestra ciudad bajo el lema “Integración y Trabajo para una Patria de Hermanos”, la Iglesia concluyó hoy las actividades con la lectura del mensaje final, redactado tras escuchar desde el viernes a autoridades políticas, eclesiásticas, representantes del sindicalismo y empresarios.

En horas de la mañana de este domingo se llevó a cabo el último panel, integrado por el secretario adjunto de la CTA Autónoma y titular de ATE nacional, Hugo Godoy; el exsecretario de Comercio Guillermo Moreno, el dirigente marplatense Raúl Reyes, el coordinador nacional de Barrios de Pie y subsecretario de políticas de integración y formación en el Ministerio de Desarrollo Social, Daniel Menéndez, y Monseñor Jorge Eduardo Scheinig, arzobispo de Mercedes-Luján.

Luego de las respectivas exposiciones, monseñor Jorge Lugones, obispo de la Diócesis de Lomas de Zamora y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (Cepas), leyó el documento final con duras críticas frente al actual escenario del mundo del trabajo y los índices de pobreza.

“Nos encontramos frente al enorme desafío de aumentar la creación de trabajo con un salario digno que sostenga su poder adquisitivo, reiterando que los planes sociales son necesarios en la coyuntura, hasta la consolidación de modelos de economía popular sustentables, pero que es imprescindible un verdadero plan de Desarrollo Humano Integral que incluya un proyecto de repoblación de nuestro país para encausar la angustiante necesidad de tierra, techo y trabajo que tiene gran parte de nuestro pueblo”, expresa el documento.

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El texto da cuenta del trabajo como “el gran ordenador de la vida humana y la felicidad”, entendiendo que “la posibilidad de acceder al mismo no es un problema individual”, sino “la consecuencia de un modelo que debe anteponer la producción a la especulación, la distribución a la concentración y el acaparamiento, el bien común a la rentabilidad sectorial”.

Luego, agrega: “Recordamos que el empresario es una figura fundamental de toda buena economía. El verdadero empresario es el que conoce a sus trabajadores porque trabaja junto a ellos y con ellos. Escuchamos con atención a empresarios e industriales de todas las escalas, entre los cuales descubrimos coincidencias respecto de que no se puede generar empleo de buena calidad sin una presencia activa del Estado en apoyo a las empresas, en particular a las pymes, sobre la necesidad de construir consensos con articulación público/privado que genere estabilidad en las reglas”.

En lo político, la Iglesia prestó especial atención a “la necesidad de reconstruir la confianza en nuestro país y con ella, el sentido de pertenencia”. Para eso, sostiene el documento final de la Semana Social, se requiere “generar un acuerdo político, social y empresarial” en pos de “una visión superadora de la violencia ligada a la lucha por espacios de poder”, para lo cual se remarcó la necesidad de “profundizar las políticas de redistribución del ingreso para cerrar la brecha social”.

La Conferencia Episcopal expresó “preocupación” por los datos sobre la desigualdad económica y planteó que “la concentración excesiva de la riqueza en pocas manos desalienta el empleo nacional, estimula el ahorro fuera del país, el consumo externo y la fuga de divisas”.

Seguido, la Iglesia subrayó que “aunque se verifique crecimiento en la actividad económica o en el empleo, sigue habiendo un número inaceptable de hermanos en situación de pobreza”.

“Estamos convencidos de que la Patria es tarea de todos, en especial en este tiempo en nuestro país y en la región en que asistimos a una instigación permanente al odio y al desencuentro, que nos impide reconocernos como hermanos y dar pasos trascendentes en términos de unidad”, agrega el documento.

Para eso, remarcaron, se necesitan “políticas públicas que salgan del cortoplacismo” y “más responsabilidad y espíritu crítico ante el poderío mediático que, respondiendo a intereses económicos sectoriales, reduce la política al espectáculo o a la imagen privilegiando el rating, la descalificación, negando la discusión inteligente de las ideas y el discernimiento de la realidad”.

Finalmente, con el objetivo de revertir algunas de las problemáticas antes señaladas, la Conferencia Episcopal Argentina instó al poder político, el mundo empresario, la dirigencia gremial y social, y a la propia Iglesia a “construir los acuerdos que permitan garantizar el trabajo digno y la integración para todos los habitantes de nuestro país”.