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Opinión 4 de noviembre de 2016

Señales aupiciosas

por Miguel Angel Rouco

“No podemos tomar otra vez el atajo. Hay que tener paciencia. Este es un año de reacomodar todas las variables. Es cierto que faltan algunos estímulos para la contratación de personal y para la inversión privada, pero no creo que se pueda hacer un ajuste más intenso. La situación social es muy delicada”.

Así se expresaba un importante banquero cuando se le consultó si se podía ir más rápido en la salida de la recesión y en la generación de un mayor crecimiento.

El empresario se mostró muy entusiasmado con el resultado de la primera etapa del blanqueo, auguró mayores ingresos para cuando se blanqueen los inmuebles en el exterior y consideró que el denominado “tapón fiscal”, es un gran acierto.

Lo dicho por este banquero puede hacerse extensivo a toda la comunidad empresaria que empieza a ver con mejores ojos a la administración Macri, a pesar de los desaciertos de algunos ministros y aunque coinciden en que la inflación es el gran enemigo.

“Es crucial, el esfuerzo que está haciendo Federico Sturzenegger al frente del Banco Central”, afirmó el banquero aunque no se mostró muy entusiasmado con la tarea desplegada por el Palacio de Hacienda.

La apuesta está centrada en que superada la contienda electoral de medio término, el gobierno se lance a una tarea más firme en el ajuste de las cuentas fiscales.

El hombre de negocios se mostró igualmente preocupado por el crecimiento de la deuda del BCRA, debido al esfuerzo que tiene que hacer la autoridad monetaria, para esterilizar el exceso de pesos que hay en el mercado.

“Por ahora, otra cosa no se puede hacer, la situación social es muy complicada. Hay que seguir asistiendo a la gente de menores recursos. Es difícil porque el gobierno no tiene muchas opciones en sus manos”, concluyó.

En los principales escritorios de la city, el diagnóstico es similar pero en las últimas horas resurgió el entusiasmo.
“La situación es distinta en el área metropolitana que en el interior. En las provincias, la dinámica económica es otra. El agro y las industrias conexas ya arrancaron y van a ser una de las locomotoras del crecimiento para el año próximo”, explicó un dirigente rural quien estimó que el complejo agroindustrial aportará casi 1,5 por ciento al crecimiento.

El entusiasmo de la comunidad de negocios se originó a partir de la aprobación del Presupuesto y de la Participación Público -Privada en los proyectos de inversión, en especial, en infraestructura.

“Hay un campo enorme para invertir en obras y servicios públicos. La apertura al capital privado ayudará a dinamizar la obra pública hasta ahora encarada sólo con recursos del Tesoro.”, señaló un empresario de la construcción.

Se estima que la construcción también dejará 1 punto más de crecimiento para 2017 y aunque los más entusiastas proyectan una tasa del PIB del 4 por ciento para el año próximo, nadie ve una suba menor al 3 por ciento, alimentada por el consumo.

Pero lo que más entusiasma a los empresarios son las posibilidades de crecimiento en el sector de infraestructura. “En Brasil, la inversión en infraestructura representa el 42 por ciento del PIB, mientras que en la Argentina sólo llega al 21 por ciento. Si la Argentina logra equiparar esa cifra, se inyectarían unos 100.000 millones de dólares a la infraestructura básica. Si se logra eso, le cambiamos la cara a la Argentina”, detalló el banquero.

Todos los empresarios consultados, remarcaron que si bien no hay un clima de euforia, hay entusiasmo por la Argentina y que hay capital disponible a un costo relativamente bajo. Sólo depende del gobierno y de su capacidad para entrar en acuerdos con la oposición. La reciente media sanción del Presupuesto dejó en claro que todo es posible. El apoyo de diputados del kirchnerismo al proyecto de ley, es una clara señal que hay aires nuevos en el país. Por ahora, son sólo señales, el tiempo dirá si Macri tiene el camino despejado.

DyN.