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Soledad: “Sé lo que represento pero quiero cambiar, así es como aprendo”

Este lunes celebrará su cumpleaños 40 con un show especial, en el que interpretará los temas de su nuevo trabajo discográfico "Parte de mi". Allí aparece “una Soledad diferente, que se toma su tiempo, sin perder la esencia, con el compromiso que siempre tuve, conmigo y con el público, de no estancarme”.

Arte y Espectáculos 11 de octubre de 2020

Por Claudia Roldós

“Sé cuál es mi punto de partida, lo que represento, pero quiero cambiar, y mucho, así es como aprendo”, asegura Soledad, quién dio a conocer su último disco “Parte de mi”, su trabajo “más personal”, en el que se plasma “una Soledad diferente, que se toma su tiempo, sin perder la esencia, con el compromiso que siempre tuve, conmigo y con el público, de no estancarme”.

Es el resultado de una búsqueda profunda y en él comparte su esencia, abre su corazón, homenajea a sus afectos y se planta ante lo que quiere.

Se trata de un trabajo intenso, maduro, en el que como artista y como persona logra plasmar un balance entre la Soledad inquieta, que nunca para y una más reflexiva, que establece prioridades, toma conciencia de las señales de su cuerpo, se adueña de sus sueños y reafirma su convicción de “ser del viento”.

Soledad presentará oficialmente el material este lunes desde el Movistar Arena, en un show en streaming en el que también celebrará su 40° cumpleaños.

Para compartir esta Soledad que se reconoce, reinventa y redescubre, trabajó con cinco productores. Carlos Vives fue el “guía” principal en esta búsqueda en la que también contó con Claudia Brant, Cheche Alara, Juan Blas Caballero y Rodolfo Lugo.

Tras el éxito de “La gringa”, el primer corte de difusión dado a conocer a fines del año pasado y de “La Valeria”, en homenaje a su abuela, se mostraron “Quién dijo”, compuesto por Kany Garcia; “Sigo siendo yo”, con la brasileña Paula Fernándes, la española India Martinez en “La música de mi vida”, el bahiense Matías Carrica en “Volverás” y “Cingui Chingui” con los Auténticos Decadentes.

“Es la que soy hoy”, explica Soledad sobre el nombre del disco, en una charla con LA CAPITAL, en una tarde primaveral, a pocos días de su regreso al escenario.

– Cantás “No me uniformen que soy del viento” ¿es una declaración de principios?

– Si (risas), es una declaración de principios. Yo soy como dice la canción. Siento que a veces a los artistas o a las figuras públicas se nos pone en un lugar o en otro y a veces responder es ponerse en algún lugar si es que lo tenemos. La respuesta que se nos ocurrió con Carlos Vives, sobre todo hablando de la música.

– ¿La necesidad o voluntad de ser más libre estilísticamente?

– Tiene que ver un poco con eso que en mí está bien marcado por haber nacido muy jovencita como artista -entre comillas, porque todavía no lo era, en el folklore, que nunca voy a dejar de lado, pero cuando una explora una canción con otros sonidos no falta quién piensa que es una traición y la verdad que la música hoy nos da la posibilidad de ser súper libres, es un territorio muy vasto y tiene mucho por explorar. Yo se cual es mi punto de partida, se de donde soy y qué es lo que represento, pero también quiero cambiar, y mucho, ahí es donde aprendo.

 


Podés escuchar Parte de mi acá:


 

– En este disco se nota esta búsqueda, hay sonidos variados, pero también una coherencia, una identidad ¿Era la idea mostrar esa diversidad, ese camino exploratorio?

– Hoy siento que tenemos esta posibilidad de hacer un disco más completo y homogéneo y mostrar muchos estados de ánimo, no canciones sueltas. Es es un disco de búsqueda, tiene muchos productores, siento que fui conformando una especie de rompecabezas. Sin perder el marco, fui buscándome a mí misma, porque venía de un disco que fue de festejo, con las canciones que significaron algo muy importante en 20 años de carrera y después sentí la necesidad de ir en busca de una Soledad diferente, que se tomaba su tiempo, sin perder la esencia, con el compromiso que siempre tuve conmigo, con el público, de no estancarme. Yo no soy una persona que se pueda quedar quieta.

– ¿Hay también un componente de autoexigencia que tuviste que analizar?

– Si, eso también lo tuve que trabajar, porque eso muchas veces hace que lo que hago no me llene, no me satisfaga, pero este disco es muy fiel a lo que me pasa, justamente porque me llevó mucho tiempo hacerlo. Fue un recorrido largo al que le puse todo, alma, corazón, vida, todos los sentidos y, sobre todo, la intuición. También intenté dejar de lado prejuicios, miedos. porque siempre miraba mis defectos, lo que no podía hacer, hasta que empecé a trabajar con mucha gente, formando equipos de trabajo. Fue un proceso muy interesante porque fue muy a conciencia, muy de a poco, y creo que por eso, por lo menos a mí, me hace tan feliz. Esa soy yo hoy, la que salta de la cama cada día porque sé que hay algo que aprender, una prueba nueva y eso es lo que me sostiene artísticamente y en la vida.

– Eso se ve porque incluso las canciones con letras que exploran situaciones más tristes o nostálgicas, tienen ritmos muy alegres, invitan al movimiento…

– Es que creo que la vida es así, como en la vida, los estados de ánimo tienen que estar presentes en las canciones. Concibo los discos como un show en vivo, porque me imagino pasar por distintos climas, distintos lugares y en este disco hay un costado que no se venía dando tanto -sobre todo comparando con los discos más folklóricos porque las canciones folklóricas- de explorar otras letras, otras maneras de decir, incluso hablar de mi, de la mujer que se enamora, la que siente dolores, la que lucha, la que no quiere más.

– ¿Creés que no se ve, no se valora todo el trabajo que hay detrás de un artista? ¿El sacrificio, las horas, todo lo que conlleva preparar un show, la profesión?

– Creo en general que de los artistas, no solo de los cantantes, se ve el resultado y esa visión hace que el resultado parezca fácil de lograrse. No se ve todo el proceso, por un lado creo que un poco ocultamos ese camino, porque no siempre es lindo, porque tenemos también nuestros secretos y porque a veces es doloroso. No es tan fácil. Hoy con esta situación nos toca valorar mucho más el trabajo, no solo de los que ponemos la cara, sino los que están detrás, que son muchos. Armar un espectáculo no es tan fácil como se lo ve y tampoco para mí es cantar una horita arriba del escenario y ya está. Para llegar a cantar esa horita arriba del escenario estoy preparándome todos los días de mi vida, desde haciendo streching para que mi cuerpo esté elongado y mis cuerdas también, desde el vestuario, la alimentación, todo tiene que ver para que una pueda dar todo su potencial y creo que es un trabajo que nosotros mismos tenemos que empezar a valorar. Hay artistas que lo hacen, pero es algo que tuve que aprender en los últimos tiempos, a valorar mucho más a la artista y a cuidarla.

– ¿Eso es parte de un proceso de maduración también?

– En mi caso tiene que ver, no con que no había reparado en esto, sino con que desde que arranqué con 15 años no paré de trabajar y a los 15 ya casi llevábamos adelante una empresa, porque tenía a mi cargo a un montón de personas y si yo no trabajaba esas personas no tenían trabajo. Eso se me convirtió, en un tiempo, en una gran mochila. Con los años traté de ir acomodando un poco los zapallos en el carro del que tiraba y también mi cuerpo empezó a decirme mirá si seguís tirando así no tenés un largo camino, entonces empecé a acomodar un poco las cosas y a buscar un balance. M di cuenta que si yo no estaba bien no podía tirar del carro, entonces empecé a buscar otras formas, a decir que no, a cuidarme más y sobre todo a pensar en una larga carrera, que es lo que quiero.

– ¿Te diste cuenta de que vos misma sos tu principal herramienta de trabajo?

– Si, totalmente, pasé de no dormir nunca, de estar en todos los detalles, absolutamente todos a armar equipos que me lo hacen un poco más fácil para poder focalizarme en la música, el arte, mi voz y después, subirme al escenario a disfrutar con el público de lo que hago.

– Pronto volvés al escenario, no en el marco que te habías imaginado…

– No te voy a negar que me gustaría más que sea con público, pero no se puede y es lo correcto. Creo que es un gran desafío ver cómo hacemos para generar un buen clima a pesar de la distancia, a pesar de la cámara. Una cosa es tener el público ahí y dialogar, pero al escenario también hay que manejarlo sin el público, concentrarme en como cantar, disfrutar desde otro lugar, pensar que es una nueva etapa que llegó para quedarse porque también le da posibilidad a gente que no puede viajar, que tiene un impedimento físico, que tiene fobias de ver el show.

– Coincide con el día de tu cumpleaños 40. ¿Lo sentís de una manera especial?

– Es cultural y creo que es así, me está pasando. No quiero llamarlo crisis, pero el año pasado, cuando estaba metida en el proceso de este disco empecé con un montón de preguntas, el cuerpo empezó a darme señales a pedirme que cuide, que valore todo lo que me dio en estos años que corrí como una loca. que lo empiece a disfrutar desde otro lugar y lo estoy haciendo así. Desde ahí hay mucho que aprender y por eso vamos a tratar de festejar.