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Policiales 25 de junio de 2020

Sorprendente giro en el brutal asesinato de Jordana Rivero: hay un detenido y una prófuga

Los pormenores del caso ocurrido el 2 de marzo se conocen ahora y son impactantes: hasta ahora había un solo detenido. Ayer fue detenido un nuevo imputado y está prófuga una mujer. El robo, la privación ilegal de la libertad y el asesinato de Jordana Rivero.

Una imagen de Jordana Belén Rivero obtenida de las redes sociales.

La investigación del femicidio de Jordana Rivero (28), la joven estudiante de psicología que fue asesinada a golpes y arrojada al vacío desde su departamento ubicado en un piso siete, tuvo una asombrosa novedad en las últimas horas al ser acusados de intervenir en el hecho un hombre y una mujer.

El hombre identificado como Hernán Villaverde (32) fue detenido el miércoles en Mar del Plata mientras que la mujer, Paola Rojas (38), no pudo ser localizada en un par de operativos llevados a cabo este jueves en un sector de AMBA. Además hay otro hombre implicado al que aún no se lo pudo identificar.

Vale recordar que ya estaba en prisión Bernardo Luis Baraj (50), a quien la policía encontró dentro del inmueble, encerrado el mismo día del hecho, cuando llegó a comprobar los llamados de alerta de los vecinos. Baraj estaba golpeado y ensangrentado.

Si bien desde un comienzo de la investigación se sospechaba de la presencia de más personas dentro del departamento de la calle Salta, lejos estaba la certeza de saber quiénes eran y que papel habían jugado en el brutal crimen. Y además, que el móvil inicial del asesinato había sido un robo.

El fiscal Fernando Castro avanzó sobre esa línea de trabajo a partir de cámaras de seguridad y del relato de algunos testigos que aseguraban haber visto a la joven llegar al edificio de Salta casi Luro acompañada de tres hombres y una mujer.

Luego de complejas averiguaciones se logró la identidad de dos de las personas que estaban esa madrugada junto a Baraj y, en el marco de un gran hermetismo, esta semana se solicitaron las órdenes de allanamiento y detención al juzgado de garantías.

Lo que los investigadores pudieron reconstruir inicialmente fue que Jordana Rivero y Baraj, un hombre que había llegado a Mar del Plata en el verano y merodeaba el centro de la ciudad, se conocieron el domingo 1° de marzo en el bingo de Entre Ríos y Bolívar.

Por la noche ambos interactuaron, intercambiaron algunas charlas en la calle, y ya en la madrugada del lunes 2 –en el horario de cierre de la sala de apuestas- fueron juntos al departamento de la calle Salta. Pero no lo hicieron solos: iba con ellos otra joven quien resultó ser Rojas. Cámaras de seguridad confirmaron que en el trayecto hasta el edificio se sumaron al grupo otros dos hombres, uno de ellos Villaverde. Recién a las 7 de la mañana los gritos y un estruendo alertaron a los vecinos, quienes llamaron al 911 para que la propia policía interviniera. Al llegar encontraron solo a Baraj.

El cuerpo de Jordana Rivero yacía en una losa saliente sobre la vereda, en la planta baja. La autopsia confirmó golpes y maniobras de estrangulamiento, además de las lesiones derivadas de la caída de casi 18 metros.

Así estaba Baraj al ser encontrado en el departamento de Jordana.

Así estaba Baraj al ser encontrado en el departamento de Jordana.

Las sospechas de más autores

Lo primero que llamó la atención a los investigadores fue que Baraj estaba encerrado en el departamento y que la puerta de único acceso estaba cerrada desde afuera. La probabilidad de que hubieran participado más personas en el hecho surgió con fuerza desde el inicio, sin embargo esa hipótesis fue ocultada del dominio público para preservar la investigación.

La DDI, que por esos días recibía críticas por las derivaciones de la entonces solo desaparición de Claudia Repetto, desplegó recursos para avanzar sobre la pista de la “puerta cerrada”. Luego de relevar cámaras de seguridad y varios testimonios confirmó la presencia de dos hombres más y una mujer, y al mismo tiempo entregó al fiscal pruebas de que Jordana había sido víctima inicial de un robo.

Prendas de vestir faltantes y la actividad de tarjetas de débito de Jordana confirmaron esa hipótesis. Según está plasmado en el expediente, se cree que hubo cinco personas dentro del departamento del séptimo piso de Salta al 1500: Jordana, Baraj, el ayer detenido, la mujer prófuga y un hombre no identificado.

Jordana fue atada y golpeada por el grupo para entregar las claves de las tarjetas de débito. Lo que sucedió luego es estremecedor y es la circunstancia en la que se basará toda la acusación de este caso. Baraj se quedó en el departamento con Jordana, mientras los Villaverde, Rojas y el otro hombre se dirigieron a cajeros automáticos a extraer dinero pero no lo consiguieron. Aunque se desconoce lo que generó el desenlace, está claro que Baraj, en lugar de custodiar a Jordana, volvió a atacarla hasta que se produjo la caída desde el séptimo piso. Baraj tenía golpes y marcas de rasguños en el rostro, evidencia de que Jordana luchó hasta el final y que fue arrojada al vacío.

El relevamiento de las cámaras mostró otro impactante dato y que fue que, al menos la mujer que formaba parte del grupo, regresó al edificio seguramente para conseguir los datos correctos de las tarjetas. Pero al hacerlo, la mujer vio a la policía que ya había llegado al lugar y se dio a la fuga.

Con Baraj detenido, los esfuerzos se dirigieron a identificar a los otros autores del hecho, lo que significó una complicación por el silencio de Baraj, quien hasta hoy no prestó declaración.

No obstante, las tareas de inteligencia dieron sus frutos y se logró saber quiénes eran dos de las personas, un hombre con residencia en Mar del Plata y una mujer que tras el hecho se fue al partido de San Martín, en el gran Buenos Aires.

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Los tres implicados

Baraj en la actualidad está detenido con prisión preventiva acusado de homicidio agravado por ser cometido en un contexto de violencia de género y por un hombre, en otras palabras “femicidio”. De todos modos, el fiscal Castro deberá estudiar técnicamente el caso, porque concurre la figura del homicidio en ocasión de robo e incluso el agravante de “criminis causa”.

Por otro lado, existe un antecedente de este mismo verano  en el que Baraj, en el ámbito judicial de la ciudad Autónoma de Buenos Aires, fue declarado incapaz de ser sometido a un proceso judicial por cuestiones psiquiátricas. Esto podría ser considerado también en esta causa o tan solo desestimado por nuevos informes periciales.

Respecto a Villaverde y Rojas, están imputados de robo agravado por su comisión en poblado y en banda y privación ilegítima de la libertad agravada por haberse cometido con violencia.

A Villaverde se lo detuvo en Perú al 2500 de Mar del Plata y a Rojas se la buscó, sin suerte, en Bahía Blanca 3154 del partido de San Martin y. Rivadavia 4509 P. 3 Dpto. 40  de Caballito, CABA, con autorización de la jueza de garantías Rosa Frende.

El cuatro participante del hecho no está identificado pero seguirán las tareas investigativas para poder hacerlo y localizarlo.