Actor, músico y standupero de Cinco Saltos, Río Negro, Mario Uribe está recorriendo el país con su primer show unipersonal de humor, con momentos musicales, llamado “Buena Petroka”. El comediante salta a las tablas luego de que uno de sus videos humorísticos sobre la forma de actuar de los empleados de la industria petrolera de la Patagonia se hiciera viral en redes sociales.

Tras una serie de streamings, temporada de verano en Las Grutas y shows en Capital Federal, “El Marito”, como se hizo popularmente conocido, llega a Mar del Plata. El espectáculo será este vierens en Vorterix Club (Diagonal Pueyrredon 3338).

“Gracias a Petroka me subí por primera vez a un avión”, valoró el artista en una charla con LA CAPITAL antes de venir con su propuesta teatral. “Creí que era una joda“, reconoció sobre la convocatoria de Bramaicas Productora, tras el famoso “Buena Petroka” que tanto ruido hizo en plena pandemia.

“‘Buena Petroka’ es un espectáculo de humor para toda la familia, en el que no solo vemos al personaje, con sus monólogos y sus historias, también hay una parte en la que hago monólogos sobre mi vida, mi infancia, mi paso por el colegio primario, el bullying de aquella época, la crianza con mis abuelos, el alto valle de Río Negro y Neuquén. Además, el show tiene algunas partes musicales”, relató.

-¿Cómo trabajaste el pasaje del contenido viral a espectáculo teatral?

-Después de la viralización del video, Braian y Sergio Gonal (Bramaicas producciones) me contactaron para realizar un streaming en plena pandemia. Al principio, creí que era una joda y empecé a chusmear la página de ellos. No lo podía creer. Nos sentamos a armar un bosquejo y me puse a escribir material nuevo que la gente no haya visto aún en mi página. Después de eso, comenzamos a salir a los teatros. Yo hago stand up y estudié la carrera de arte dramático, pero aún no había pisado escenarios importantes.

-¿Cómo está siendo la experiencia de presentarlo en lugares en los que la actividad petrolera no es tan común?

-La gente va conociendo poco a poco al personaje y lo que les hace reír, más allá de que conozcan o no sobre la actividad petrolera, es la actitud del Petroka, su forma de hablar, su gran poder adquisitivo y el amor propio que se tiene. Obviamente, me pasó, por ejemplo, en la Calle Corrientes, algunas personas no entendían un remate que tiene un poco de terminología o la jerga de los viejos del campo. Pero sí se conectaban mucho con las historias de Marito. La gente se ríe y eso es lo bueno, es lo que buscamos. Hay públicos distintos: algunos nos dicen que la parte de Marito les gusta mucho más a pesar de que me conocieron por el personaje y otros me dicen que debería meter más tiempo con el Petroka dentro del show.

-¿Cómo estás viviendo esto de girar por el país como actor? ¿Es algo que te imaginabas antes del sketch que se viralizó?

-La verdad es que estoy muy feliz de viajar, conocer lugares y personas. Gracias a Petroka me subí por primera vez a un avión (soy un seco como sobaco de momia, diría Petroka). Creo que alguna vez lo soñé y justo antes de la pandemia traje a mi memoria ese sueño, pensé que ya había pasado los 30 y quizás se estaba haciendo tarde. Recuerdo que en mi pensamiento dije algo así como “Dios, si hay algo preparado para mí con el humor y esto que me gusta hacer, me gustaría vivirlo”. A los días, se me ocurrió grabar un video con la ropa de un petrolero y el personaje se viralizó.

-¿Desde cuándo te gusta la actuación? ¿Cómo ha sido tu camino hacia lo que estás pudiendo hacer hoy?

-Desde que era chico me daba cuenta de que se me hacía fácil hacer reír a los demás. Era también una forma de aceptación en los grupos de la escuela. No jugaba bien al fútbol, no corría rápido, no fui el fachero de la clase, pero los hacía reír. En la escuela secundaria, se repitió un poco esa historia, me animé a hacer radio algunos años, estudié música y después teatro. “Y acá andamo'”.

-¿Qué es lo que más te gusta de hacer reír?   

-Me gusta la adrenalina antes de salir al escenario pensando si lo van a pasar bien, si les irá a gustar. Y me gusta que en ese rato en el teatro la gente se relaja, se olvida de todo y la pasa bien.