En Mar del Plata, la diputada nacional y candidata a renovar su banca dijo que el gobierno de Milei "tocó fondo". Aseguró que Provincias Unidas es hoy "la única alternativa a los extremos" y destacó: "Me espanta que el kirchnerismo vuelva a ser una opción".
Margarita Stolbizer, diputada y candidata de Provincias Unidas, el espacio que encabeza Florencio Randazzo junto a varios gobernadores, visitó Mar del Plata y pasó por la redacción de LA CAPITAL para hablar de la situación del país, del Congreso y del futuro que imagina para la Argentina.
La legisladora no titubeó al referirse al “fracaso rotundo del plan económico” del gobierno de Javier Milei, no solo por haber “ido de rodillas a pedirle prestado a Estados Unidos”, sino por “la realidad diaria” que viven millones de trabajadores y jubilados: “Para la gente, la economía que funciona o no es la de su bolsillo. Podrán decir que la inflación bajó, pero la gente no llega al 15 del mes. Esa es la verdadera economía”.
Con el foco puesto en las elecciones del 26 de octubre, la dirigente del GEN y referente de Provincias Unidas, plantea que este espacio busca ofrecer “una salida por arriba” y que se posiciona como “la única alternativa a los extremos” con proyección nacional para el 2027.
—Provincias Unidas se presenta como “una alternativa a los extremos”, ¿por qué?
—Los que se presentan como extremos y basan su estrategia en repelerse e insultarse, son dos caras de la misma moneda. Es un modelo bastante autoritario, con persecución a periodistas y ahora también con corrupción. El gobierno de Milei, en menos de dos años, ha tenido un escándalo tras otro, y parece que cada nuevo caso tapa al anterior. No terminamos de salir del tema Libra y ya pasamos a ANDIS, a la corrupción en el PAMI, y ahora al principal candidato de La Libertad Avanza, Espert, financiado por el narcotráfico. Todo eso los vuelve demasiado parecidos a aquello que decían venir a combatir. Nosotros planteamos algo distinto: no somos un tercer espacio ni “el medio”. Ellos son lo mismo, y frente a ellos la única alternativa hoy es Provincias Unidas.
—Más allá de esta elección que viene, ¿qué proyección tiene el espacio?
—No solo somos diferentes, somos los únicos que estamos pensando en un proyecto nacional. Lo que le falta a la Argentina, en gran medida, es una visión de hacia dónde queremos ir y cómo se construye ese camino. La ventaja de Provincias Unidas es que está liderada y promovida desde el interior productivo. El liderazgo de los gobernadores es muy importante. Pensamos en cómo cambiar la matriz productiva, cómo lograr que nuestras potencialidades —recursos naturales, biodiversidad, talentos— se traduzcan en una mejor calidad de vida para la gente. Eso nos distingue del resto.
—Mencionó los insultos y las formas en La Libertad Avanza. ¿Cómo analiza los hechos de violencia verbal e incluso física en el Congreso?
—Me preocupa la forma en que se ha naturalizado el insulto como parte del debate político. Me escandaliza, de ambos lados, el uso de palabras brutales para descalificar al otro. Esta sobreutilización de las malas palabras muestra que el insulto está reemplazando la idea. Como no hay ideas ni discusión de contenidos, se insulta. Y esto se repite en cada sesión, incluso con agresiones físicas. Es tremendo.
—¿Le preocupa el mensaje que, en ese sentido, la política le da a la sociedad?
—Uno de los grandes problemas que tiene la Argentina es la falta de ejemplaridad. Es muy difícil exigirle a los de abajo lo que no hacen los de arriba. Se insulta, se roba, se usa un vocabulario lejos del respeto. Además, el debate en el Congreso es cada vez más pobre. Falta gente formada, y hay algo peor: falta de capacidad y de humildad. Hay quienes llegan sin formación y tampoco tienen voluntad de aprender, estudiar o leer… lo mínimo.
—Milei ha descalificado a varios integrantes del Congreso. ¿Qué sensación le genera como diputada y candidata?
—El Congreso ha demostrado que puede construir mayorías parlamentarias, que no deben confundirse con coaliciones electorales, pero que hacen al funcionamiento de la democracia. A mí me enoja cuando el presidente nos tilda con todo tipo de descalificaciones, porque el Congreso está haciendo lo que la Constitución nos manda hacer. La asignación de los recursos públicos le corresponde al Congreso. Sin embargo, hace dos años que no hay presupuesto en la Argentina: Milei gobierna con el presupuesto de Alberto Fernández y Massa, de 2023.
Hay una desactualización enorme, y no quieren actualizar, por ejemplo, los salarios de los docentes universitarios o de los trabajadores del Garrahan, que perdieron el 50% de su poder adquisitivo. La inflación desde 2023 hasta hoy es enorme, y esos trabajadores no tuvieron aumentos.
—El Gobierno celebró la llegada de fondos estadounidenses. ¿Cómo lo ve usted?
—El plan económico del gobierno fracasó rotundamente. El “mejor presidente” y el “mejor ministro de Economía de la historia” vienen muy mal. Primero gastaron recursos públicos de las provincias para intentar contener el dólar con una finalidad meramente electoral, y ahora van a Estados Unidos a pedir dinero. Pero, ¿cuál es la pretensión del swap? ¿Qué hay detrás? ¿Cuál es la condición, el costo? Si se usa solo para contener el dólar, es un gasto inútil. Debería pasar por el Congreso. Acá se repite lo mismo que con el kirchnerismo, que tampoco quiso tratar el swap con China. El problema no es a quién se le pide, sino para qué. Si se usa para infraestructura, educación, salud, infraestructura, innovación, es una cosa. Si se endeudan para “rifarla en el casino”, es otra.
Pero el fracaso económico no es solo tener que ir de rodillas a pedir prestado a Estados Unidos: es el que vive la gente día a día. Aunque digan que la inflación es del 2%, a la gente no le alcanza la plata el día 15 del mes. La economía real es la del bolsillo, y lo que tenemos es una pérdida brutal del valor del salario y las jubilaciones. Ese es el fracaso del plan.
—¿Cómo analiza el después de la elección bonaerense y qué cree que va a pasar el 26 de octubre?
—Ninguna encuesta anticipaba que iban a perder por 14 puntos. Y las reacciones fueron malas: Milei dijo que iba a hablar con los gobernadores, pero ese mismo día vetó la ley de coparticipación de los ATN, además de la de financiamiento universitario y la de las personas con discapacidad. Pierde, insulta, y luego ocurre lo de Espert. Después hace ese acto bizarro, grosero e innecesario del lunes. Es un juego perverso. Ellos apuestan a consolidar su núcleo duro, pero a la Argentina le va muy mal por ese camino. Creo que habrá una reacción: tocaron fondo y van a sacar menos votos.
Provincias Unidas se planta como una alternativa distinta para el 27. A mí me espanta la posibilidad de que el kirchnerismo vuelva a ser una opción, por eso trabajo casi desesperadamente para construir una Argentina distinta. Pasar de los abusos del kirchnerismo a la violencia y la motosierra de Milei no es un camino. Hay que salir por arriba, con equilibrio, sensatez y decencia. Hay que volver a hablar de trabajo, educación, industria, campo, turismo e innovación. Basta de persecuciones.
—Dentro de la proyección nacional, ¿cuál es la línea de trabajo para que el espacio crezca?
—Hay mucho por hacer de acá a 2027. Para nosotros, el diálogo es la base de los acuerdos, pero esos consensos deben tener una agenda clara. No se trata de amontonar gente, sino de definir con precisión qué país queremos, a dónde queremos llegar y cuál es el camino para hacerlo.
De cara al 26 de octubre le pedimos a la gente que nos acompañe, que nos dé esta oportunidad. Me siento muy orgullosa de la lista que integramos. De un lado está la lista con la cara de Espert, del otro, el kirchnerismo. Nosotros trabajamos seriamente con Florencio Randazzo, Emilio Monzó, Alfredo Lazzeretti y Danya Tavela. Es un gran equipo. La gente tiene que hacerse responsable de su voto.