MIRAMAR (Corresponsal).- Un hombre que cumplía arresto domiciliario por una causa de venta de estupefacientes en Miramar se sacó la tobillera con la que era monitoreado, intentó evadir a la Justicia, pero se arrepintió y decidió presentarse en la Fiscalía.

Ese fue el accionar de Néstor Carmona (29), que tenía arresto domiciliario por una causa de “comercio de estupefacientes” desde hace 2 años y 2 meses, pero violó ese beneficio y se liberó su orden de detención en su contra.

El hecho ocurrió cuando, durante un operativo policial que se realizó en Miramar, uniformados fueron hasta la casa del imputado por una causa en en la que unos adolescentes eran acusados de haber cometido una serie de robos. Los efectivos no tenía librada la orden de allanamiento, pero al saber que el hombre debía estar en el lugar tocaron la puerta, pidieron que saliera y se entregara, pero este se negó y cuando los oficiales se retiraron finalmente se fugó.

Horas más tarde, arrepentido y aconsejado por su familia, Carmona decidió entregarse previa comunicación telefónica de su esposa con la fiscal Florencia Salas. Es así que tras acudir a la sede de la UFI, fue derivado a la unidad penal 44 donde deberá esperar que la Justicia decida sobre su situación procesal.

Cocaína y marihuana

El hecho por el cuál Carmona purgaba pena ocurrió a fines de junio de 2016. Por ese entonces durante un operativo conjunto entre la Fiscalía Descentralizada de Miramar y la Delegación de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas local, fue detenido ya que se le encontró en su domicilio una importante cantidad de estupefacientes para fines comerciales.

Según se informó en aquella oportunidad a LA CAPITAL, el seguimiento de esta persona y su circuito de comercialización se venía estudiando desde hacía un mes por lo que el resultado de la investigación resultó positivo en poco tiempo.