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Arte y Espectáculos 20 de julio de 2016

Títeres para chicos en “Los caminos invisibles”

Otra de las propuestas que se presentan en el Teatro Auditorium estas vacaciones es "Los caminos invisibles". La obra está dirigida a chicos entre 5 y 10 años y conjuga el arte de las marionetas con actores en escena.

Dos personajes Lunares y Rayas, se encuentran en un solitario cruce de caminos y dan inicio así a “Los caminos invisibles”, en el ciclo “A desaburrir el invierno” en el Auditorium. Las dos viajeras provienen de mundos distintos y enemistados: una pertenece al pueblo de las Rayas y la otra al de los Lunares. Aunque viajan en direcciones opuestas, en su enfrentamiento, algunas de sus pertenencias se mezclan y de esta mezcla de objetos surge inesperadamente un personaje -simpático, ingenioso y un tanto irreverente- que dice llamarse Pepo. La obra es un juego escénico que muestra lo enriquecedora que puede resultar la fusión de mundos y culturas diferentes. Una historia que habla sobre la búsqueda de caminos que están más allá de lo aparente.
Las actrices titiriteras Sandra Antman y Ema Fernández Peyla le dan vida a Rayas y Lunares y se refirieron al desafío de la manipulación e interpretación de las marionetas en escena “la disociación del actor con el títere u objeto teatral requiere de mucha técnica, concentración y una enorme cantidad de horas de ensayo. Lo tradicional es que el titiritero manipule oculto, pero en la actualidad es muy frecuente que esté a la vista aunque lo más neutralizado posible. En esta obra las titiriteras no sólo están a la vista sino que interactúan directamente con los personajes que ellas mismas manipulan. Pepo ?el protagonista- es un títere de mesa que es manejado por nosotras que incluso hacemos alternativamente la voz del personaje con tal fluidez que el espectador tiene la sensación de que el títere actúa por sí solo”.
Mariano Cossa es el director de la obra y destacó el mensaje que aporta “Los caminos invisibles”: “El objetivo de esta obra es que los espectadores (pequeños y grandes) piensen en lo enriquecedora que resulta siempre la fusión de mundos, culturas, sociedades; en el sentido de igualdad e inclusión social, la identidad, el respeto a la diversidad y la búsqueda del propio camino”.
La obra surgió como una producción integral del Teatro Nacional Cervantes para su programa de promoción federal y esto le permitió a la compañía recorrer todo el país. Al respecto Cossa, quien también es autor de la música, subrayó que “la obra superó las expectativas de todos los creadores e intérpretes que tomamos parte en el proceso de montaje. El haber realizado más de doscientas funciones, tanto en teatros como en escuelas de los más diversos lugares de la república, teniendo siempre la mejor recepción por parte del público, nos hace confirmar que tanto el mensaje transmitido como los recursos elegidos siguen siendo universales y eficaces. La experiencia nos ha demostrado que tanto chicos como adultos, hacen diferentes lecturas de la obra y le encuentran sentido cada uno a su manera”.



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