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La Ciudad 16 de enero de 2020

Torres y Liva: inquilinos de los departamentos que siguen en pie buscan evitar la demolición

Unas cinco viviendas del ala "C" del edificio que estaba sobre la distribuidora fueron los únicos que no sufrieron grandes daños, pese a la destrucción casi total de la estructura. Este viernes se concentrarán en el lugar para que les permitan sacar sus pertenencias.

Así luce la estructura a un mes del incendio.

Inquilinos de los departamentos que aún siguen en pie del edificio que se encontraba sobre la incendiada distribuidora Torres y Liva buscan evitar que se lleve adelante la demolición antes de que se les permita ingresar y retirar sus pertenencias. En este sentido, se harán presentes este viernes en la esquina de Rivadavia y 20 de septiembre en señal de protesta.

El objetivo de la concentración está puesto en unas cinco viviendas del ala “C” que, pese a la destrucción casi total de la estructura que provocaron las llamas, no sufrieron grandes daños. Esta situación, sumado a las noticias de que las gestiones para demoler la estructura ya están en marcha y el operativo sería inminente, profundizó la preocupación de quienes no pierden la esperanza de recuperar algunos elementos de valor.

“Hablamos con gente de Defensa Civil, que nos dijo que iban a tratar (de sacar las pertenencias), pero después dijeron que no. De hecho, nosotros fuimos hasta la fiscalía para firmar un papel en el que eximíamos de responsabilidades a todos y nosotros mismos ingresábamos por nuestra cuenta a retirar las pertenencias“, señaló a LA CAPITAL Liz, una de las vecinas afectadas por el voraz incendio.  La intención no fue avalada por las autoridades y finalmente no prosperó.

Pese a que desde las áreas especializadas destacan el riesgo que implicaría ingresar en lo que queda de la estructura, los vecinos mantienen su postura, probablemente sostenida por la desesperación de que el saldo de lo sucedido no sea tener que empezar completamente de cero. “Yo salí descalza, y veo que mi departamento quedó intacto. Quiero poder sacar cosas”, insistió la mujer, madre de dos hijos de 3 y 13 años y que a raíz del hecho debió alquilar una nueva vivienda.

Según indicó, su opinión es compartida por el resto de los inquilinos de los otros cinco departamentos que pudieron “escapar” de las consecuencias de las llamas, razón por la cual lograron ponerse de acuerdo para concentrarse, este viernes, en la esquina de Rivadavia y 20 de septiembre.

“Este viernes vamos a estar ahí para manifestar nuestro rechazo a la demolición sin antes permitirnos ingresar a retirar nuestras cosas. El lunes, también”, señaló. Es que según indicó Liz, algunos trascendidos ubicarían el inicio de los trabajos de demolición la semana próxima. El tiempo, entonces, es un factor fundamental en la carrera por lograr el objetivo.

Tras el incendio, Liz, al igual que el resto de las 47 viviendas afectadas, debió rearmar su vida a costa de esfuerzo y colaboración de terceros. “Yo no recibí ayuda de nadie. Pude alquilar gracias a la ayuda de los papás del colegio de mis nenes”, señaló la mujer.

Es que según indicó, a diferencia de los propietarios, que al menos mantienen la esperanza de recibir una retribución económica por parte de los seguros de Torres y Liva, aquellas personas que alquilaban quedaron aún más en la “deriva”.

“A todos nos afectó por igual porque ahora todos, propietarios e inquilinos, somos inquilinos o vivimos en la casa de algún amigo o familiar. Pero yo que alquilaba me quedé sin nada”, señaló la mujer, quien también aseguró que, en este mes, mantuvo tres reuniones con el Municipio en dos de las cuales estuvo el  intendente Guillermo Montenegro en persona.